Han pasado cerca de 20 días desde que un huaico cayó en el distrito de Punta Hermosa por las intensas lluvias, debido al ciclón Yaku. Sin embargo, el sector Pampa Pacta —ubicado a diez minutos del puente del río Lurín— se encuentra olvidada por el desdén de las autoridades. Entre masas de lodos, aguas contaminadas, mosquitos y expuestos a las enfermedades, viven los vecinos.
La situación en esta zona se ha complicado y necesitan trabajos de limpieza con carácter urgente para retirar el agua estancada que se formó en el medio de varias viviendas. Esto originó la presencia de ratas, moscas y plaga de dengue. Además, toros, vacas, cerdos y otros animales que fueron salvados en el momento de la tragedia se encuentran en granjas improvisadas en peligro de ser atacados por insectos.
“Indiferencia y desinterés”: son las dos palabras como califican los vecinos frente al panorama desolador que les toca vivir. Estar posicionados entre el límite de Punta Hermosa y Santo Domingo de Olleros (Huarochirí) no les habría permitido que el alcalde de este último distrito los reconozca en su jurisdicción. Sin embargo, se le olvidó que ante todo son seres humanos que necesitan apoyo.
Infobae llegó hasta la zona más alta de Punta Hermosa, a 48 kilómetros aproximadamente de Lima para conocer la otra realidad de los vecinos damnificados. Afirman que el premier Alberto Otárola visitó a las viviendas afectadas que se ubican frente a las playas, pero nunca se acercó hasta el asentamiento humano, lugar desde donde descendió el huaico.
Atrapados por el barro
Dos huaicos en menos de 24 horas arrasaron con los artículos de su pequeño negocio que había emprendido Olga Águila Rodas. Hace pocos meses, decidió alquilar un espacio frente al asentamiento humano Villa Navarra, lugar donde vive, para ayudar a su esposo, debido a que no era suficiente para cubrir los gastos y las necesidades de sus tres hijos.
Por ello, trasladó algunos juegos de mesas hasta el local para que sus clientes puedan tener un espacio donde comer. Hoy, sus sueños fueron enterrados por el lodo de tierra que se secó tras varios días sin ser removidos, pero le es difícil retirar con sus herramientas.
“Yo me dedico a cocinar comidas criollas, pero con esta situación no puedo hacer nada. Estamos trabajando de otra manera para salir adelante”, expresó Olga.
Asimismo, indicó que la autoridad edil de Punta Hermosa, Guillermo Fernández Otero, no los reconoce como vecinos por no tener título de propiedad. “Él dice que con la parte de arriba de la gente no quiero saber nada. Nos discrimina total”, aseguró Águila Rodas, quien explicó que su terreno fue adquirido a través de un traspaso.
Expuestos a enfermedades
Glorimar Gainza vive junto a su esposo y sus dos hijos en un solo cuarto luego de que el huaico destrozó otros espacios de su vivienda. Desde hace dos años alquila esta casa en este sector, pero hoy las piedras y tierra continúan en el medio de su hogar.
En la vivienda de su vecino, ubicada en la parte posterior, se ha formado una pequeña laguna con aguas contaminadas que tras más de dos semanas no son retiradas por falta de dinero, pero hasta el momento las autoridades no han mandado maquinarias para retirarlo. Esta situación no solo afecta a su familia, sino a la población en general al formarse plagas de dengue.
“Disculpen por las moscas, pero eso es algo de aquí con lo que podemos sobrevivir. Esta parte no hay luz como pueden notar, el agua llegó hasta aquí. Con mi pareja e hijos hicimos limpieza para habitar luego que dos noches que nos quedamos en la intemperie (...) Tenemos mucho miedo con tantos zancudos y moscas”, dijo Glorimar mientras nos muestra su única cama que tiene por el momento para que el menor de sus hijos pueda descansar.
Sin embargo, no solo tienen que vivir con el olor nauseabundo de las aguas empozadas, sino también con la presencia de roedores en su casa por toda la basura que dejó este fenómeno. Es consciente de las enfermedades que están expuestos todos, pero no tiene otro lugar donde trasladarse.
A su vez, cuenta que solo han recibido apoyo de las personas solidarias que llegaron hasta el lugar, pero expresa que con urgencia necesitan una maquinaria para retirar el agua donde los insectos han encontrado un nuevo hogar.
Confusión y olvido
Nilver Pérez es mecánico y tiene su taller en su misma vivienda. El espacio donde duerme se encuentra en la parte de atrás, por lo que no se vio tan afectada; es decir, solo su negocio terminó con algunos materiales destrozados. Desde más de dos semanas tampoco puede trabajar y no tiene ingresos.
Al igual que sus vecinos afirma estar abandonado por las autoridades, quien no los reconoce como pobladores. Pérez dice que no sabe a qué distrito pertenece y está confundido, porque solo la Municipalidad Provincial de Huarochirí mandó una maquinaria para limpiar la carretera que conecta la provincia con Lima.
“No hay maquinaria, uno por sí solo hay que tratar de sacar todo lo que se pueda. Tengo entendido que para el Estado hay un empadronamiento que van a recibir 500 soles mensuales, pero no hay nada. El alcalde de Punta Hermosa dice que no pertenecemos y al final de cuenta no hay apoyo”, relató.
Entre la indiferencia
Para el alcalde de Punta Hermosa, las personas que habitan en estos lugares son porque no “respetaron” las reglas y saben que es una “zona de riesgo geológico”. A su vez negó que sea “racista”. Estas expresiones fueron rechazadas por cada uno de los vecinos que decidieron dar su testimonio a Infobae.
“No puedes ocupar una zona de riesgo geológico, esperar a que te caiga la desgracia y luego pedir ayuda. Tenemos que saber dónde ubicarnos y cómo comportarnos. Si tomas una decisión, tienes que asumir las responsabilidades”, fueron las declaraciones del burgomaestre Fernández Otero.
Este desastre natural también dejó una gran sobreexposición al polvo, el cual deben respirar menores y personas de tercera edad. De esta manera, decenas de estudiantes deben caminar en medio de la tierra, porque el huaico enterró la vía construida a base de brea. A largo plazo esta inhalación puede causar varias enfermedades crónicas.