La trata de personas es la segunda economía ilícita que mueve más dinero en todo el Perú. Se ubica -de acuerdo a cálculos de la organización Capital Humano y Social Alternativo- como una de las más lucrativas para las redes criminales por los 1.300 millones dólares que pueden obtener anualmente. De ese total, 700 millones corresponden a la explotación laboral y 600 millones a la explotación sexual.
“La trata de personas es un delito muy complejo. Es un delito proceso, en donde simplemente por el hecho de captar a una persona con fines de explotación ya se está incurriendo en el delito. Eso hace que sea mucho más complicado calcularlo, porque obviamente no se explícita la intención de explotación sino hasta el final”, afirmó Ricardo Valdés, director ejecutivo de CHS Alternativo y ex viceministro de Seguridad Pública, a Infobae Perú.
“En lo que se refiere a trata de personas, hemos calculado 1.300 millones, 700 corresponden a explotación laboral y 600 a explotación sexual. Se han tomado algunos patrones y valores que han sido calculados por la OIT, que establece que una víctima genera 7.500 millones de utilidad por año. Y eso lo hemos calculado sobre la base de unas cifras que da otra organización internacional para obtener los números”, precisó.
Además, remarcó que la trata de personas es una economía ilícita que está “absolutamente” en todo el país y los procesos de captación para víctimas de explotación sexual o trabajo forzoso “son extensos”.
“Hay zonas de explotación sexual muy conocidas en el Centro de Lima. Para hablar solamente de la capital, está la que se produce en torno al centro comercial Risso, en ciertas zonas de Ate y por la avenida Alfonso Ugarte, en donde hay un proceso de distribución del territorio que, a su vez, es controlado por explotadores que están asociados a otro tipo de delitos como la extorsión y el sicariato”, comentó Valdés.
De acuerdo a información policial, en Lima hay varios puntos donde mujeres extranjeras, en su mayoría venezolanas y colombianas, víctimas de la explotación sexual, ejercen la prostitución callejera. Son presas de estas mafias de proxenetas que nos les tiembla la mano para apretar el gatillo si alguna decide renunciar al oficio o dejar de pagar su “cupo” por ocupar una calle a la espera de clientes.
Violencia de género
Para Andrea Querol, presidenta de CHS Alternativo, uno de los grandes elementos de la explotación sexual tiene que ver con la violencia de género.
“Creo que hay una serie de situaciones que nos llevan a pensar que todo esto tiene ver con un enfoque de género, con la deconstrucción de una serie de estigmas y de roles que se le asignan a las mujeres. Esto lleva a una tolerancia social y a casi una normalización del abuso de las mujeres, de su utilización como objetos sexuales y de la cosificación no solo de ellas, sino muchas veces de niñas, niños y adolescentes. Eso es parte de la educación y eso tiene que empezar desde temprana edad”, aseveró.
Agregó que hay un “elemento mental” relacionado con la violencia que se da en los distintos espacios y reiteró su rechazo a que se esté normalizando y tolerando.
“Me refiero a la salud mental, a la necesidad de no tolerar el hecho de la presencia de feminicidios de manera tan salvaje que se vienen dando en los últimos meses, con una subida impresionante... Esto da cuenta de un problema de salud mental, de control de la ira, de control de la violencia en las personas y de una canalización de esa violencia hacia lo que de alguna manera podría ser considerado el eslabón más vulnerable: las mujeres y los niños”, refirió.