‘Ella Alimenta al Mundo’ es un proyecto de desarrollo enfocado en el empoderamiento económico de las mujeres agricultoras y también en mejorar las prácticas de nutrición y alimentación materno infantil, logrando incidencias y multiplicación del impacto en la población. Julio Nishikawa, gerente del programa de empoderamiento de la mujer de Care Perú, explica que ha podido llevar a cabo este trabajado gracias a las alianzas estratégicas, fundamentalmente con el sector agrario, para proponer el desarrollo de lineamientos para la inclusión de las mujeres agricultoras.
“Nos hemos concentrado en este proyecto en tres regiones costeras del Perú: Piura, Lima e Ica, centrándonos en la zona rural. Precisamente donde hay un alto índice de vulnerabilidad y donde las mujeres prácticamente no pueden vivir. La finalidad es promover el desarrollo de las capacidades productivas de estas mujeres, técnico-productivas, las capacidades de las mujeres agricultoras. También hemos incentivado el liderazgo, el desarrollo de la autoestima de estas mujeres para que puedan liderar las diferentes cadenas de valor que han sido impulsadas”, explicó Julio Nishikawa sobre el proyecto.
Nishikawa señala también que esta iniciativa ha ayudado a impulsar la cadena del plátano orgánico en el norte, la del limón, fresas, camote, además de la cadena de los animales menores, como de porcinos y las aves. “Nos referimos a la producción de huevos orgánicos, hemos hecho que las mujeres tengan esas capacidades para poder articularse al mercado de manera asociativa. En eso hemos incidido y los resultados saltan a la vista”, señaló.
“De manera directa hemos llegado a 16 mil personas y de manera indirecta hemos llegado a 426 mil personas. De manera directa con intervenciones de alta intensidad y de manera indirecta a través de nuestros aliados también. Se ha aplicado un enfoque en territorial, articulando esfuerzos con diferentes actores tanto del sector gubernamental como del sector privado”, indicó.
Herramientas usadas durante la pandemia
Julio Nishikawa contó que ‘Ella alimenta al mundo’ se ha desplegado en un escenario de pandemia, teniendo que usar nuevas herramientas que hoy en día se siguen aplicando. Como las capacitaciones y entrenamientos de tipo híbrido, combinando metodologías virtuales y también semipresenciales.
“Para nosotros ha sido todo un reto. Hemos tenido que adecuar contenidos para ser utilizados en los celulares. Se ha conformado grupos de WhatsApp en el campo, se les ha enseñado a las mujeres a poder utilizar esta herramienta, con el fin de que puedan tener interacción con las líderes y también con nuestros aliados del gobierno. Se ha empleado el Meet, el Teams y otras plataformas, pero el WhatsApp por excelencia ha sido el método de comunicación más efectivo donde se han impartido tutoriales de entrenamiento y los cuales obviamente han sido complementados por llamadas telefónicas que han hecho nuestros técnicos. Hemos tenido un estudio externo, contratado por PepsiCo, sobre la efectividad de nuestros métodos virtuales. Fue gran reto y los resultados fueron muy halagadores, porque hemos sabido optimizar la metodología con el tiempo”, explicó.
“En los lugares donde no llegaba internet, se han usado estas tablets para compartir información y capacitación que funcionan offline. Ellas descargan los contenidos sencillos, las estudian, las comparten con su familia y finalmente, era monitoreado. Care Perú se encargaba de monitorear si estas familias habían aprovechado el uso de los contenidos de estas tablets”, acotó.
“Hemos sabido adaptarnos a la situación, utilizando paquetes de entrenamiento para fortalecer las capacidades técnico-productivas relacionadas al manejo agroecológico de los cultivos, al manejo de plagas y enfermedades, a todo lo que está relacionado con la post-cosecha y el control de calidad de la producción. Y, por otro lado, también hemos desarrollado capacidades financieras y empresariales de las productoras que están vinculadas a esta agricultura familiar o de pequeña escala. Obviamente, hemos facilitado, por ejemplo, las condiciones de articulación al mercado. Para el desarrollo de capacidades empresariales y financieras, las familias han usado estas tablets”, explicó.
¿En cuánto subieron sus ingresos?
Julio Nishikawa detalló que el ingreso económico mensual promedio por hogar se incrementó en 34.5% con respecto a la línea de base. Y el valor bruto de la producción, que tiene que ver con la productividad y el incremento del precio a los cuales han vendido, llegó al 49.5%. La asociatividad se incrementó de 21% a 50.5%. Eso les ha permitido agregar mayor oferta y comercializar en condiciones más ventajosas.
El 79.5% de las mujeres mejoró la toma de decisiones en el hogar. “Las participantes ya logran tomar decisiones en el hogar respecto a la adopción de inversiones productivas, esto es una determinante del empoderamiento económico de la mujer, por la cual nosotros en el proyecto consideramos un gran logro. Igualmente, el 97% de las mujeres ya controlan los activos productivos, participan directamente en la producción y toman decisiones también sobre la producción”, detalló.
“Gracias a la educación financiera, el 43% de las mujeres han mantenido ahorros y se han bancarizado en el sistema financiero”, acotó.
Lucha contra el machismo
Este proyecto también ha tenido que luchar contra el machismo, usando herramientas y talleres que logren concientizar a los varones del hogar, ya sea esposos e hijos.
“Los niveles de machismo y los niveles de violencia son relativamente altos en las zonas donde se ha aplicado esta iniciativa. Lo que se ha implementado es una estrategia de nuevas masculinidades y se han trabajado talleres con los jóvenes y con los varones para poder sensibilizar sobre la reducción, la importancia de la reducción de la violencia, que ellos mismos identifiquen las causas y también compartan responsabilidades en los hogares para poder liberar el tiempo de las mujeres”, detalló Nishikawa, resaltando que es una tarea que aún se sigue trabajando.
“Ese es un gran reto que todavía amerita seguir trabajando porque igual a las desigualdades de género, los niveles de violencia siguen siendo bastante altos”, concluyó.