Todos debemos empezar por entender nuestra situación actual, solo así seremos capaces de crear un plan de ahorro adecuado a nuestras necesidades y objetivos. Si no estaremos cometiendo errores al momento de empezar a ahorrar.
Ahorrar es mucho más que acumular dinero. No hacerlo ordenadamente puede llevarnos a cometer errores. En ese sentido, BBVA indica cuáles son los errores frecuentes cuando empezamos ahorrar y cómo podrías salir superarlos para rentabilizar tu dinero.
No ahorrar para el futuro o ahorrar de forma desordenada
En muchas ocasiones ponemos poca atención al futuro, viviendo al día, sin considerar la probabilidad de posibles imprevistos. Es importante ahorrar lo necesario para el futuro, en distintas alcancías o productos, destinadas a cada objetivo de ahorro.
Pensar que somos demasiado jóvenes para empezar a ahorrar
Nunca es pronto para empezar a ahorrar. Cuanto más tiempo dejamos pasar, más caro resultará conseguirlo. Empezar desde jóvenes es fundamental. Cuanto más tarde se inicie, mayor será el porcentaje que deberemos asignar al ahorro.
Utilizar únicamente la hipoteca como vía de ahorro
Al igual que existen diferentes razones de ahorro para el futuro como pueden ser la adquisición de una vivienda, estudios, universitarios, la boda de sus hijos, el monto requerido para jubilarse, posibles contingencias que pudieran surgir, viajes, etc., existen diferentes opciones de ahorro e inversión.
Asumir riesgos excesivos
Las grandes deudas y el uso incorrecto de tarjetas de crédito dificultan la tarea de ahorrar. El dinero que se destina al pago de intereses e impuestos es dinero que podría destinar al ahorro. Una deuda no es necesariamente algo desfavorable, pero sí lo es una deuda muy grande.
Ahorrar de forma esporádica
Una buena planificación del ahorro es fundamental y presenta ventajas importantes. Se trata de una manera de invertir inteligentemente, puesto que supone un menor esfuerzo ya que se va aportando periódicamente una pequeña cantidad. Es importante ahorrar sistemáticamente, haciendo del ahorro un hábito.
Concentrar la inversión en el corto plazo
El 52% de los ahorros de los españoles, está depositado en cuentas corrientes y depósitos a corto plazo, mediano plazo o largo plazo. Concentrar la inversión en el corto plazo conlleva el problema de falta de rentabilidad. Es importante identificar un objetivo de ahorro antes de invertir.
Elegir productos en función de su rentabilidad pasada
Rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras. Las rentabilidades pasadas son un indicador de cómo se ha comportado el fondo en los últimos años, pero no son garantía de que se repetirá en el futuro. Es algo que se debe estudiar, pero que no es infalible. Puestos a analizar el retorno pasado, mejor hacerlo a plazo largos, de tres años en adelante, porque así se comprueba la consistencia del fondo.
No diversificar, concentrar la inversión
El ahorrad tiende a invertir en lo que conoce porque le haces sentir más seguro. El ahorrador medio invierte el 74% en activos locales. La principal ventaja de la diversificación es que permite reducir el riesgo de la inversión. Para ello hay que utilizar clases de títulos, diferentes categorías de activos, sectores, zonas geográficas y estilos de gestión.
No considerar la fiscalidad de los productos de ahorro
La rentabilidad final es la rentabilidad financiero-fiscal, es decir, después de haber cumplido las obligaciones tributarias. Es importante informarse de la fiscalidad exacta que tiene el producto.
Invertir siguiendo los consejos de un asesor
Gestiona tus inversiones siempre con un asesor profesional, con capacidad para ofrecerte una solución a medida, en función de tu perfil y tus objetivos particulares de inversión.
¿Qué opción es mejor, ahorrar o cancelar las deudas?
Cancelar las deudas lo antes posible es una buena estrategia, siempre y cuando no se pierda la capacidad para hacer frente a gastos imprevistos o a conseguir nuestras metas vitales. Es decir, a la hora de decidir entre ahorrar o reducir las deudas, el criterio fundamental debe ser siempre garantizar el bienestar financiero. Para lograrlo no es tan importante saldar las deudas rápidamente como mantener un nivel de endeudamiento saludable.