El asesino de Katherine Gómez está prófugo. Luego de haberla quemado viva en plena vía pública él huyó corriendo, nadie lo detuvo y las autoridades no emitieron una orden de captura inmediata, sino hasta el jueves 23. Después de seis días de agonía la joven de 18 años falleció y recién entonces se dispuso que su feminicida, Sergio Tarache Parra, ingrese al Programa de Recompensas del Ministerio del Interior (Mininter) a fin de agilizar su detención. Ofrecen 50 mil soles para dar con su ubicación.
La lentitud de la respuesta del sistema de justicia facilitó que Tarache Parra se halle no habido actualmente. Sin embargo, esta situación no es aislada, ya que deudos de las víctimas de feminicidio denuncian constantemente atropellos y demoras de las autoridades, lo que termina beneficiando a los agresores.
Un claro síntoma de este hecho es que actualmente, junto al asesino de Katherine, hay 30 procesados por feminicidio y tentativa que han sido ingresados al Programa de Recompensas, pues se hallan prófugos. Cualquier información que ayude a dar con su paradero puede ser recompensado económicamente con sumas de 15 mil a 50 mil soles.
Algunos casos datan de varios años atrás, por ejemplo, Luis Estebes Rodríguez, más conocido como el “asesino del cilindro”, expolicía y sindicado como el asesino de Marisol Alva, lleva escapando cuatro años de la justicia.
Hasta el 2019, la Defensoría del Pueblo precisaba que eran cerca de 100 los feminicidas prófugos y, de estos, solo un grupo menor se halla en el Programa de Recompensas. Es decir, el panorama es aún más grave.
Hoy sobre Sergio Tarache Parra pesa una orden de ubicarlo y captura a nivel nacional e internacional, pero esta respuesta del Poder Judicial llegó tarde, pues pudo haber sido detenido en flagrancia, la misma noche del sábado 18 de marzo, cuando ocurrieron los hechos.
“Él sabe el daño que ha causado y yo quiero que las leyes del Perú se hagan cargo y que lo capturen. Quiero la cadena perpetua para este hombre, le ha destrozado la vida a mi hija”, señaló Cinthia Machere, madre de la víctima.
Según las investigaciones, el sujeto quemó a su expareja, luego que ella le comunicara su decisión de poner fin a su relación sentimental. El ataque fue registrado por cámaras de videovigilancia, en las que se visualiza que Tarache huyó a pie del lugar, en la intersección de Plaza Dos de Mayo y Oscar R. Benavides -ex Colonial- donde había discutido con su víctima.
Ser quemadas vivas
En el 2018, un caso parecido estremeció al Perú, pues la joven Eyvi Agreda, de apenas 22 años, murió luego de ser quemada viva al interior de un bus de transporte público en Lima. Aunque la diferencia es que su asesino y excompañero de trabajo, Carlos Javier Hualpas Vaca, fue detenido al día siguiente.
A fines del 2019, María Alvarado Cruz también fue rociada con combustible y prendida viva. Leoncio Daza Tejeda hoy purga una condena de 28 años de prisión, aunque intentó evitar la condena en repetidas ocasiones.
Pese a esta situación de desamparo e impunidad, las últimas declaraciones de la actual ministra de la Mujer, Nancy Tolentino, han despertado gran indignación, pues en la misma entrevista en la que confirmaba la muerte de Katherine Gómez, la alta funcionaria señaló que quisieran “que las jóvenes elijan bien con quién estar”, deslizando la idea de que las víctimas son culpables de la violencia que padecen. Si bien es cierto rectificó -y dijo que Katherine no tiene la culpa- al ser increpada por el entrevistador, quien le indicó que la joven fue atacada tras culminar su relación.
Lo cierto es que desde que el delito de feminicidio fue tipificado en el Perú, se han perpetrado 1.585 feminicidios hasta el 2021, según datos oficiales del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). Y de este gran número, apenas 372 asesinos fueron condenados a prisión, es decir en menos del 25% de casos.