El último sábado 18 de marzo, la vida y los sueños de tres féminas cambió por completo luego de que estén a punto de ser asesinadas -era el objetivo de sus agresores-. La ciudad de Huánuco; y los distritos de la capital, San Isidro y Cercado de Lima, fueron las escenas de estos intentos de feminicidios que han preocupado a la Defensoría del pueblo y pone al descubierto la poca atención y los riesgos que enfrentan cada día una mujer.
“Expresamos nuestra gran preocupación ante el incremento de los actos de violencia contra las mujeres en nuestro país, los cuales cada vez presentan características de mayor crueldad y ensañamiento contra las víctimas, inclusive en espacios públicos”, se lee en la misiva.
En solo 24 horas se presentan tres casos, los cuales las mujeres se encuentran luchando por su vida en un centro de salud. Uno de los primeros, se reportó en Huánuco, cuando una trabajadora sexual iba a ser estrangulada por Cristian Duran, pero la Policía Nacional del Perú (PNP) pudo rescatarla a tiempo.
Mientras que en Lima, se reportó el caso de Zoila Bocanegra que fue acuchillada en el cuello por su expareja, debido a que ya no quería continuar con la relación. Su agresor fue Rafael Pasachi Mori, padre de sus hijos e incluso salió en libertad hace pocos meses, según información policial.
Otro de los casos y el último que se presentó el sábado, fue el de Katherine. Las escenas de llamas que se visualizan en un video difundido por redes sociales condenan que su agresor solo buscó matarla luego de que ella decida terminar su relación sentimental. Sergio Tarache Parra no ha sido ubicado hasta el momento.
Katherine fue rociada con combustible y luego su pareja le prendió fuego en plena vía pública. Los ciudadanos que se encontraban en la zona buscaron auxiliarla, pero hoy lucha por su vida tras tener quemaduras de segundo y tercer grado del 60% del cuerpo.
Violencia contra la mujer no disminuye
Todas las familias piden una sola cosa:“justicia”. Estos tres casos no son los únicos que se reportan día a día. Por su parte, Defensoría del Pueblo recordó lo sucedido con Eyvi Ágreda, quien también Carlos Hualpa Vacas la quemó en un transporte público. A solo 38 días, ella falleció.
“Sin embargo, a pesar de los avances normativos, el agravamiento de las penas a los agresores, la eliminación de beneficios penales y penitenciarios en estos casos y la creación de nuevos servicios para la atención de las víctimas; los índices de violencia en el Perú no disminuyen”, menciona la institución.
Otras mujeres no tuvieron la misma suerte que sus compañeras. Diana Miraval fue asesinada por sicarios en Huánuco, mientras que dos hermanastras, María Fernanda y Wendy Mena fueron halladas muertas, pero antes habrían sido víctimas de violación sexual en su propia casa. En estos casos no se conoce a los sujetos que cometieron estos delitos.
Ante ello, la institución mencionó que el Estado no puede dejar de lado estos temas, a pesar de la emergencia que atraviesa el país por los huaicos. Una desatención solo impactaría en las cifras.
“En momentos como los que enfrenta el país el solo hecho de ser mujer se torna ahora en un riesgo mayor para la vida y la integridad de las más de 16 millones de mujeres diversas que vivimos en el Perú. Actualmente, ningún espacio, ni público ni privado, es seguro para ninguna de nosotras”, detallaron.
Asimismo, instaron al Estado a implementar con las medidas de urgencia con la finalidad de “prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”. A su vez, pidieron la reactivación del Grupo de Trabajo Nacional y las labores coordinadas con las otras organizaciones e instituciones.
Las mujeres en su diversidad no pueden esperar más, pero sin la implementación de las acciones y medidas como las mencionadas, es poco lo que se logrará cambiar.
Cifras que impactan
Cada año las cifras suben o se mantienen, pero pocas veces muestras una reducción. Solo en el 2022 se reportó 557 casos de tentativas de feminicidio, de acuerdo con los datos del Ministerio de la Mujer. Sin embargo, un alto porcentaje no tiene justicia.