El Ministerio de Salud confirmó este miércoles que, después de 32 años, el Perú registra un caso de poliomielitis aguda, una enfermedad que afecta principalmente a los nervios de la médula espinal o del tronco cerebral.
El paciente es un bebé de un año, residente en la comunidad awajún Nuevo Belén de Loreto, cuyos tutores postergaron su vacunación, según un comunicado difundido por el despacho. El menor presentó fiebre, tos y debilidad en miembros inferiores. Inicialmente, se sospechó de una parálisis flácida aguda.
Luego de la identificación, el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) emitió una alerta epidemiológica para fortalecer “la vigilancia epidemiológica e intensificar la búsqueda activa de casos, así como implementar medidas de prevención y control para mitigar el impacto de daño a la salud pública del país”.
El último caso de polio en el país se presentó en agosto de 1991 en Pichanaki (Junín) y fue, al mismo tiempo, el definitivo de la región, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Más de tres décadas después, en la región selvática, una muestra de heces identificó un poliovirus derivado tipo 1, el cual es asociado a una mayor probabilidad de provocar parálisis. El análisis fue realizado en la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ), dependiente del Ministerio de Salud de Brasil, que envió el resultado el último martes.
El caso se reporta luego de que, en julio de 2022, la OMS, máximo organismo de salud, emitiera una advertencia para que todos los países refuercen su vigilancia epidemiológica ante la reaparición de la enfermedad en Estados Unidos.
En la nación norteamericana, el último caso se había presentado en 2013, y fue excepcional, pues la enfermedad se consideraba erradicada en 1979, después de una campaña nacional de vacunación en los años 50 y principio de los 60.
Se trata de un mal muy contagioso, que entra en el cuerpo generalmente por vía oral, casi siempre transportado por manos que han estado en contacto con materia fecal de una persona infectada.
En rigor, afecta al sistema nervioso central e inflama las neuronas motoras de la médula espinal y del cerebro, lo que deviene en atrofia muscular, parálisis y, con frecuencia, deformidad corporal.
Se propaga por el contacto directo entre personas, el contacto con moco o flema de infectados por la nariz o la boca y el contacto con heces infectadas y afecta mayoritariamente a los niños. La principal protección consiste en la vacunación.