Huaicos, inundaciones, viviendas destruidas, familias que viven en las calles, personas desaparecidas y muertes. Esto y más ha generado el paso del ciclón Yaku en Perú. Son más de 12 mil 800 damnificados a lo largo del territorio nacional, al menos 50 personas que han perdido la vida y cientos de heridos. Además, miles de negocios se han visto perjudicados, generando pérdidas económicas irreparables, sobre todo, en el norte del país.
Para Jorge Capuñay, especialista en desastres naturales de la Universidad César Vallejo (UCV), las consecuencias negativas que ha dejado Yaku en el territorio peruano se debe a la falta de investigación sobre estos fenómenos y, por ende, a la falta de preparación de la población para prevenir sus impactos.
“La falta de estudios, de investigación e identificación de este fenómeno con la anticipación debida es lo que estamos viendo ahora. El ciclón recién se identificó en febrero. En el país tenemos deficiencias en las investigaciones meteorológicas, no hay cruce de información a nivel internacional y esto genera que estos fenómenos no sean bien estudiados”, explicó a este medio.
“Antes no hemos previsto un fenómeno similar. Eso ocasiona que se haga más compleja la evaluación y reacción a este. Es un tema que no hemos tenido mapeado; sin embargo, debemos hacer un trabajo de investigación que se llama evaluación del riesgo. Tenemos que replantearnos muchas cosas, evaluar las quebradas, activas e inactivas. Pero, si no contamos con los estudios suficientes, ¿De qué forma podemos prepararnos?”, informó.
Nula cultura de prevención
Capuñay también se pronunció sobre los niveles de prevención en la sociedad peruana y precisó que esta es casi nula entre los ciudadanos. Según indicó, en el año 1972 se realizó una evaluación de riesgos geológicos y se especificó qué zonas se encontraban en riesgo de desastres. No obstante, pese a esta información, las autoridades han permitido el uso de estos espacios.
“Yo soy de Chimbote y sé que hay terrenos en los cuales no se debe construir por el riesgo que padecen. Ahora hay zonas que están inundados, porque no son aptos para levantar viviendas. Además de los suelos, hay enfermedades, zancudos. Los niños se ven perjudicados por esto. Tampoco hay un buen clima sanitario, pero hay personas que viven ahí”, detalló.
De acuerdo al especialista, es necesario que las autoridades tomen en cuenta las consecuencias que han generado desastres naturales anteriores para que identifiquen en qué riesgos se encuentra su población. “Parece que nos hemos olvidado de los últimos huaicos que vivió el país. No tenemos cultura de prevención. Parece también que hemos dejado de lado cómo quedó Pisco después del terremoto, cómo quedó Ica”, enfatizó.
“Este fenómeno Yaku ha sido poco estudiado, es cierto. Es parte del cambio climático que estamos viviendo y afecta a océanos tropicales con mayor temperatura, y esto va relacionado íntimamente al tema de desastres naturales. Entonces, podemos basarnos en esto para saber que será más recurrente. Por ejemplo, en un inicio tenemos al fenómeno de El Niño, a La Niña, y ahora tenemos al enorme Yaku. Podemos tener un plan preventivo para estas situaciones”, añadió.
Capuñay también detalló que si bien se pueden iniciar acciones después de estos acontecimientos, es necesario que las autoridades y la población tomen medidas preventivas a largo plazo y no solo en un corto período.
Mala gestión, consecuencias negativas
Para el experto, una de las principales razones por las cuales no se tiene un plan elaborado de prevención es por la mala gestión en municipios y resto de autoridades. Para el especialista en desastres naturales, muchas veces la plana de profesionales no es la correcta ni se escogen a funcionarios con la experiencia suficiente para enfrentar las problemáticas sociales.
“A veces, la gestión anterior tiene malas prácticas y te deja cero avances. Ante eso, el personas nuevo que ingresa tiene que aprender y elaborar desde cero una determinada situación. En el tema de gestión de riesgos, no siempre hay personal especializado. ¿Y qué pasa cuando acaba una gestión? Todo el personal vuelve a salir y entran otros que deben de aprender de nuevo”, acotó.
También explicó que las autoridades no siempre ofrecen capacitaciones sobre temas preventivos, por ende, no se tiene al personal suficientemente capacitado. Capuñay dijo que el cambio constante de personal administrativo puede impactar negativamente porque puede retirar a profesionales que sí cuentan con el perfil adecuado para contribuir con estos temas.
“Hay casos en los cuales a los funcionarios no les interesa si retiran a personal especializado, si están verdaderamente capacitados o preparados. A veces sacan a toda una área para que ingrese su gente y desconocen la importancia de la constancia en los proyectos. Entonces, el cambio tiene que ser también desde el lado político”, recalcó.
Importancia de las obras
Finalmente, Jorge Capuñay afirmó que la realización de obras es una de los factores importantes para la cultura de la prevención, pues esta debe ser guiada por profesionales como ingenieros, geólogos, arquitectos y demás para garantizar las seguridad de las construcciones. Sin embargo, muchas de estas no cuentan siempre con expertos en el tema e incluso no son terminadas.
“Tenemos que trabajar con programas de capacitación porque, de lo contrario, hacemos obras que no van acorde a la realidad de estas localidades. Lo que deben hacer las autoridades o los personajes políticos es asegurarse de que estas obras serán construidas adecuadamente y serán terminadas. Cada municipio, por más pequeño que sea, debe tener un su cuadro un profesional encargado de esta planificación y evaluación de estos sitios”, indicó.
Para esto, alegó que es necesario que los ciudadanos sigan de cerca los procesos que cada autoridad realiza para la mejora de los distritos, pues considera que una correcta vigilancia hará que los funcionarios ofrezcan mejores proyectos y obras a favor de la población.