El huaico de 1987, considerado el más catastrófico de Lima

Los huaicos en Perú transcurren desde cientos de años atrás. Uno de los fenómenos más ligados a estos desastres naturales es sin duda el fenómeno del Niño, cuyo registro data desde 1450, cuando los incas se encontraban forjando el Tahuantinsuyo. Precipitaciones, activaciones de quebradas, fuertes lluvias, relámpagos forman parte de la zona norte del país, durante los primeros meses del año. En Lima uno de los más atroces ocurrió en 1987.

Se trata de un evento que no viene solo, mientras que por un lado hay desastres producto de las fuertes lluvias, en la otra cara del país, más al sur, se producían olas de friaje y sequía. El fenómeno del Niño en el Perú no llega solo. En cuanto a Lima, los huaicos que se dieron respecto al valle del Rímac fueron alrededor de 11; no obstante, esta cifra se eleva si se cuentan otros valles ubicados en la capital peruana.

Chosica es una de las zonas más afectadas por los huaicos. Se ubica en medio de varios cerros que poseen quebradas dormidas, pero que no dudan en activarse ante las fuertes lluvias. El 9 de marzo de 1987, este distrito turístico vivió uno de los episodios más terribles, un incontrolable corrimiento de tierra destruyó el poblado de San Antonio de Pedregal.

Los daños registrados en ese fatídico año fueron más de 1000 viviendas destruidas, 3000 personas quedaron sin vivienda, 100 habitantes fallecidos y decenas de personas sepultadas vivas. Los daños materiales fueron valorizados en 12.5 millones de dólares.

Las causas no solo fueron naturales, pues el desarrollo urbanístico en lugares de alta peligrosidad eran ignorados por las personas, pero sobre todo, ignorado por las autoridades que finalmente, dieron los permisos para habitar estos lugares de alta peligrosidad.

Entre los principales problemas que trajo consigo el huaico en aquel año tenemos:

- Desabastecimiento de agua potable no solo en la zona afectada, sino también en otras partes de Lima.

- Vías sucias y de poco tránsito.

- Salubridad en las zonas afectadas, debido al empozamiento de agua, la rotura del desagüe y tuberías y aparición de mosquitos.

- Saqueos y delincuencia en medio de una población afectada.

- Evidencia de un Gobierno desorganizado para la distribución de alimentos, medicinas y bienes esenciales para la subsistencia de cientos de personas cuyas casas habían sido destruidas por completo.

Diversas instituciones hicieron hincapié en que se trataba de un fenómeno que aparecería cada cierto tiempo, por lo que se realizaron estudios sobre los peligros que conlleva y las acciones de prevención.

- Se construyeron diques en el cauce de la quebrada Quirio

- Muros de contención en la quebrada Pedregal.

- Microzonificación por parte de Defensa Civil en el 2005.

- Se publicó el Plano de Zonificación de Usos del Suelo, según la Municipalidad de Lima en 2005, aunque en el 2007, esta información se contradijo con un nuevo plano donde se considera algunas zonas en riesgo como zona residencial de densidad media.

En marzo del 2023, se volvió a vivir un hecho similar. Un huaico de gran magnitud está azotando durante dos días Chosica, Chaclacayo, Cieneguilla, Punta Hermosa y otros distritos de la capital. En el norte del país la situación es igual o incluso peor. Las familias claman por ayuda y la turbulencia del momento ya ha generado denuncias públicas de robo entre algunas personas.

A pesar de estar sumergidos en la era de la tecnología, la ayuda brindada a los afectados, sigue siendo similar a la de 1987.

Respecto al valle Rímac, tenemos registrados huaicos desde 1903 y son los siguientes:

- Río Seco, Matucana (1903).

- Matucana, Payhua (1963).

- Santa Eulalia (1965).

- Huariquina-Matucana (1967).

- Pueblos Jóvenes alrededor de Lima (1970).

- Callahuanca - Santa Eulalia (1978).

- Torna Mesa (1981).

- Pedregal (1987). Este fue uno de los más catastróficos registrados en Lima.

- Huaycoloro (1996).

- Quirio - Pedregal (1998).

- Santo Domingo - La Cantuta (1998).

- Huaycoloro, Huaycán, Comas (2002).