La actividad económica del Perú empezó el año en terreno negativo, tras contraerse el Producto Bruto Interno (PBI) en 1.12% en enero, en medio de un contexto de convulsión social y condiciones para el gasto privado que no son las más favorables. Sin embargo, se espera que la actividad productiva sea un poco más favorable para febrero y marzo.
En ese sentido, especialistas del BBVA Research indicaron que los indicadores disponibles para febrero apuntan, en el balance, a que, en términos interanuales, el crecimiento de dicho mes será algo mejor al de enero. Al respecto, cabe señalar que la producción de electricidad se aceleró en febrero (pasó de una tasa de crecimiento de 3.3% en enero a 4.8%) y la inversión pública del Gobierno General también lo hizo (pasó de 0.2% en enero a 15%).
“Además, cabe señalar que desde la quincena de febrero las manifestaciones sociales se vienen moderando, limitándose a algunas regiones del sur del país, pero persiste el riesgo de que puedan reactivarse”, señalaron los economistas de BBVA Research, Yalina Crispin y Hugo Vega.
Asimismo, los especialistas comentaron lo que resta del año, el entorno será retador. “Si bien las perspectivas de crecimiento global han mejorado, el entorno local es cada vez menos favorable: la confianza empresarial se mantiene en terreno negativo y la convulsión social ha tendido a disminuir en los últimos días, pero se mantiene la incertidumbre por el adelanto de las elecciones presidenciales”, añadieron.
A ello se debe agregar el costo económico de las intensas lluvias que vienen azotando al país (que aún es muy pronto para estimar) y la posibilidad de un fenómeno de ‘El Niño costero’ en los próximos meses. “Estos elementos le imprimen un sesgo a la baja significativo a nuestra previsión de crecimiento para la economía este año (actualmente en 2.5%) cuya actualización publicaremos la próxima semana”, dijeron los economistas.
¿Cómo las lluvias impactarán a la actividad productiva del norte del Perú?
Por su parte, Víctor Fuentes, economista jefe del Instituto Peruano de Economía (IPE), indicó que en los primeros dos meses del año (enero y febrero) las regiones del sur habían sido fuertemente afectadas por los conflictos sociales con pérdidas económicas importantes, principalmente en Puno.
Sin embargo, las regiones del norte como Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, principalmente, estarían enfrentando problemas producto de las lluvias e inundaciones que ha causado por el ciclón Yaku, lo cual a fines de marzo recién se estaría conociendo los rezagos del evento climatológico.
“Si bien las cifras todavía son bastante preliminares, pero definitivamente va a ver un impacto económico importante y severo, pero probablemente esté bastante más limitado de lo que se ha venido pensando, pero esto va a depender claramente de la duración de las lluvias y sobre todo del impacto sobre la infraestructura productiva a diferencia de las regiones del sur”, dijo el economista.
En ese sentido, Fuentes señaló que el impacto en el norte del país tiene una característica particular, ya se está destruyendo capital que podría servir para producir en el mediano plazo; mientras que, en el sur, una vez que se apacigüen los conflictos sociales la actividad productiva del sector agrícola se va a reactivar; pero en el caso del norte no será igual porque ha sufrido la destrucción del campo y carreteras.
“Solamente para recordar que en el primer trimestre de 2017 por el impacto del fenómeno de El Niño una de las regiones más afectadas fue Piura con una caída del 5% del PBI en dicho trimestre. Asumiendo cosas similares para este año podría haber una caída parecida, lo cual es preocupante porque Piura es unas de las cinco regiones que en el 2022 registró una caída del PBI, lo cual profundizaría su recuperación.
Asimismo, el economista comentó que en los primeros meses de enero y febrero regiones como Piura, Chiclayo y Piura se hayan visto beneficiadas por el sector turismo, debido a que las regiones del sur estaban cerradas por la convulsión social en Cusco, Puno y Arequipa.
Caída del PBI en enero
El economista señaló que las cifras de enero muestran una caída después de 22 meses de crecimiento consecutivo, lo cual muestra el impacto claro de las protestas sociales. “Esto reafirma el proceso de desaceleración económica que está sumergida el país; es decir, que crece cada vez menos”, añadió Fuentes.
“El primer mes del año ha sido negativo principalmente por la caída de cinco sectores económicos, pero si lo vemos de otro lado del gasto del consumo y la inversión se han ajustado fuertemente. Además, las perspectivas para la inversión son todavía bastante preocupantes porque lleva casi dos años en terreno pesimista y el indicador de confianza de la economía y confianza empresarial todavía no se recuperan”, sostuvo el representante del IPE.