Finalizada la Batalla de San Juan y vencido el ejército peruano, Chile y Perú se disponían a iniciar una tregua a la vez que se movilizaban. Sin embargo, esto no sucedió y a la medianoche del 15 de enero de 1881, en el marco de la Guerra del Pacífico, dentro de la Campaña de Lima emprendida por Chile, se realizó la batalla de Miraflores. Dentro del batallón peruano había ancianos, jóvenes, adolescentes e, incluso, niños, como Manuel Fernando Bonilla Elhart.
¿Cómo Manuel Bonilla terminó en la Batalla de Miraflores?
Miles de militares y civiles de toda edad y condición ofrendaron su vida en defensa del suelo patrio en la infausta Guerra del Pacífico, conocida también como la ‘Guerra del Guano y del Salitre’. Todos estaban informados de la llegada de los chilenos a Lima y el deseo de los peruanos era defender su patria. Estudiantes de colegio también se sintieron involucrados y comenzaron a alistarse en el ejército de Reserva.
Sin embargo, acceder al ejército no era para todos, el límite eran 16 años como mínimo. Los alumnos del Virgen de Guadalupe, el primer colegio nacional del Perú, y La Inmaculada de los Jesuitas, fueron los primeros en apuntarse. Luego varios estudiantes siguieron el ejemplo. Dentro de los ‘guadalupanos’ había un niño de 13 años: Manuel Bonilla. Él fue rechazado por su corta edad en primera instancia.
Manuel no se quedó tranquilo e insistió en varias oportunidades hasta que le permitieron ingresar al Batallón N¨6, que era parte del grupo que formaba a la izquierda del Ejército (3800 hombres) comandado por el coronel Cáceres. Bonilla tenía ciertas restricciones, la principal era que no podía tener armas. Por la corta edad solo iba a ayudar repartiendo balas para los combatientes peruanos.
Bajo el mando de Narciso de la Colina, un civil uniformado que era abogado y exdiplomático, estaban 280 soldados, entre ellos Manuel Bonilla. Ellos tenían como misión la defensa del Reducto N° 3 emplazado en la chacra “La Palma”. Este era uno de los siete reductos que conformaban la segunda línea defensiva situada en Miraflores.
A todo esto, los involucrados tenían claro que Chile era claramente superior a Perú: contaban con 11.000 efectivos, aproximadamente, más los buques Blanco Encalada, Huáscar y Cochrane. En cambio, el ejército peruano solo tenía 3000 soldados y el resto, entre 6000 y 8000, conformaban parte de la reserva. Se construyeron zanjas de 7 metros de ancho por 2,5 de profundidad, aproximadamente, en dirección al enemigo con una distancia entre cada uno de 1000 metros.
La heroica muerte de Manuel Bonilla
Los instructores del ejército capacitaron a los jóvenes en la utilización de las armas de fuego, pero a Bonilla le dieron el encargo de repartir las balas a sus compañeros y así fue como se involucró en el inicio de la Batalla de Miraflores, una de las más sangrientas, encarnizadas y tenaces de la guerra, a pesar de haberse enfrentado fuerzas muy desiguales:
En plena batalla, Narciso de la Colina comenzó a alentar a sus fuerzas para derrotar al enemigo, pero en una de sus alzadas le cayó una bala enemiga, muriendo al instante. Bonilla estaba muy cerca del suceso y quedó impactado, pero tuvo la valentía para sobreponerse y corrió para tomar el fusil de uno de los soldados caídos. Con arma en brazos avanzó con extremado valor y audacia. Fue herido, pero continuó avanzando. Sin embargo, la explosión de una granada Schapnell le destrozó completamente su cuerpo.
Para los peruanos solo fue posible eliminar la primera zanja para el ejército invasor ya que, prácticamente sin municiones, debieron abandonar el combate. Aún así, las tropas peruanas fueron eliminadas, liberando el paso a Chile, que no tardó en quemar la ciudad de Miraflores, fusilar soldados y eliminar toda posibilidad de defensa que dificultara la entrada a la capital peruana. El 17 de enero de 1881, las tropas chilenas bajo el liderazgo del General Manuel Baquedano, ocuparon la ciudad de Lima.
En memoria de este valiente niño, se construyó en Miraflores el Complejo Deportivo Niño Héroe Manuel Bonilla, en la Av. Del Ejército, una de las principales de este distrito. Por otro lado, en la emblemática Sala Luis Miró Quesada Garland, en la cuadra 4 de la avenida José Larco, se presenta la exposición “Miraflores Ciudad Heroica”, donde se pueden ver prendas de los militares peruanos, armas y una gran colección de la Batalla de Miraflores.