Natalia Salas se ha convertido en un ejemplo de lucha y constancia. La actriz representa lo que es la fuerza de voluntad y las ganas de salir adelante pese a todo lo malo que te pueda pasar. Un diagnóstico positivo a cáncer de mama no la ha derrumbado, al contrario, ha sacado su lado más fuerte para vencer a la enfermedad por ella y por su familia.
En el Día de la Mujer, Natalia Salas abrió su corazón y conversó con Infobae sobre su proceso como paciente oncológica, la lucha diaria contra su enfermedad, las ganas de salir adelante por su hijo y la fuerza para seguir trabajando por sus sueños. Dice que el cáncer no es una razón para dejarse caer, por el contrario, se ha convertido en su motivación para comenzar a trabajar en todas esas metas que tenía pendientes desde hace varios años.
— Natalia, ¿cómo te sientes hoy?
Bien, ahorita bien, tranquila, acalorada por la menopausia y el verano. Me suda hasta el apellido (risas), pero bueno, bien.
— Han pasado casi 7 meses desde que decidiste contar en tus redes sociales tu diagnóstico, ¿cómo recuerdas ese momento?
En los últimos años he estado muy vinculada a mis redes sociales, de hecho yo soy actriz, pero mi trabajo principal es en las redes sociales. He hecho una comunidad bien bonita entre TikTok, Instagram, de personas que me siguen con las locuras que hago con Sergio y con mi maternidad, mi embarazo, todo. Algo tan importante y tan trascendente en mi historia no podía pasar por agua tibia. No me iba a quedar callada, ni hacerme la loca.
— Fue una noticia dura
Así es. Luego de que tuve como un día y medio de tristeza por esta noticia, o como que de parálisis, pero dije: ya, basta. Pensé que a lo mejor contando mi experiencia, mis síntomas, mis dolores, mi proceso, podía ayudar y podía empujar a otras mujeres, a otras personas pero no solamente para temas oncológicos. Decir, ‘oye no está bien que mi cuerpo duela, no es normal que te duela algo, o que te salga sangre o que tengas algún malestar’. Conforme iba pasando la vida, yo me he dado cuenta de que muchos adultos normalizan los dolores, entonces, mi discurso era no es normal. Si con eso podía ayudar a alguien, para mí eso era trascendente.
— En las redes sociales se sintió el apoyo de todos tus seguidores
Muchas mujeres, muchas personas me han escrito a decir: ‘oye, gracias porque con tu testimonio hiciste que yo dejara ese miedo que tenía de ir a verme un bulto que tenía. Ya me operé. Ya me quitaron la tiroides. Ya me quité la mama. Felizmente salió negativo, oye, no voy a necesitar quimios. Que potente es como empujar a la gente a que no tenga ese miedo de irse a chequear.
— ¿Tu objetivo es concientizar un poco más el tema de la salud?
Es priorizar. Por ejemplo, en los círculos en los que yo me muevo que no necesariamente es gente de mucho dinero, es gente que trabaja, mis amigas del colegio, o gente que hace sus emprendimientos. Si tienes para irte de viaje a un crucero o para comprarte los zapatos de moda, es importante saber que un seguro oncológico es más barato que eso. Hay que priorizar la salud, no solamente la salud dental, la salud oncológica, la salud mental también, la gente como que deja de lado rupturas, deja de lado dolencias del corazón emocionales, fantasmas del pasado, Muchos np se hacen cargo en general de su salud, ni mental, ni física.
— Cuando hablan de salud oncológica, siempre lo relacionan con la muerte
Pero no va a desaparecer el bulto que tienes porque dejes de ir al doctor. Al contrario, todo a tiempo es mucho más manejable. Imagínate, ya tengo un bulto que me sangra, pero no voy a ir para que no me digan que es cáncer, pero sé que no es normal. Yo estaba haciendo análisis y estaba como acordándome mucho de mi proceso, la cosita dura que sentía en mi seno, estaba desde que mi hijo tenía 6 meses y me fui a hacer mamografías, pero no salió nada. Luego ya con los análisis de los doctores es probable que el tumor empezó a crecer cuando salí embarazada. Si yo le seguía dando de lactar a mi hijo hasta los 3 años, ya me podían quitar hasta el brazo.
Por eso es que luego empecé a decir ‘con todo menos miedo’. Te va a dar miedo, obvio, pero a pesar de eso creo que hay que avanzar porque el miedo te paraliza. Dicen que valiente no es el que no tiene miedo, sino el que avanza a pesar de tenerlo.
— Con todo menos miedo, estás luchando, ¿por quién luchas?
Lucho por mi hijo, por mí, por mis sueños, por mi marido, por mi familia, por la familia que he creado con Sergio. Creo que, posiblemente, mi forma de enfrentar o afrontar la situación hubiese sido distinta si no existiera Leandro, porque hay también daños colaterales con todo este tratamiento.
— No puedes volver a ser madre
Sí, uno de ellos es no poder salir embarazada hasta que el tratamiento culmine. Si dura 5 a 10 años yo iba a tener 45, entonces para alguien que en algún momento sueña con ser mamá es un poco duro. No voy a negar que me fastidió que me dijeran, bueno, si quieres congela tus óvulos. Al ver que la posibilidad de un segundo bebé se veía bien lejano, dije ‘ya no’. Además, que decidan por mí me fastidia. Ya era el universo, Dios, el doctor diciéndome: ‘Leandro se queda como hijo único’. Eso me dio como cólera, pero dije es mejor eso a nada, y yo ya tengo a Leandro. Pensé, ya pues me dedicaré a viajar y disfrutarlo a él. Todo lo que estoy haciendo es para asegurarme que el cáncer no vuelva, por él.
— Trabajas en redes, pero eres un ser humano y hay días difíciles, ¿de dónde sacas fuerzas para expresar en esos momentos felicidad a tus seguidores?
Yo no he tenido una niñez y una adolescencia color de rosa, ha sido complicado viniendo de una familia disfuncional, pero hubo un punto en mi vida a los veintitantos que dije, yo quiero ser feliz, yo sí me merezco ser feliz y empecé a obrar en eso. Comencé a buscar esa felicidad, no juntarme con parejas tóxicas o amigas tóxicas, relaciones tóxicas en general. Empecé a curarme, a buscar ayuda psicológica, me hago también mis cosas alternativas. Creo en Dios, creo en la ciencia, creo en los astros, creo en los ángeles.
— Manejas el equilibrio
Sí, exacto, porque si no enloqueces, o sea uno nunca sabe la vida de nadie. Es bueno conocerte, yo sé qué cosa me trae paz a mí, qué cosa me gusta a mí, porque mi relación más larga es conmigo misma, entonces necesito estar bien conmigo misma para poder estar bien con los demás. A mí me gusta estar contenta, a mí me gusta ser feliz. Es por eso que hago todo lo posible para poder estar en ese estado. Si tú estas todo el día pensando y diciendo que estás bien, tu cuerpo se la cree.
— Y tú te la crees. El cáncer se asocia a la debilidad, a estar en cama, pero tú estás haciendo teatro
Es loco porque yo he tenido los tratamientos, o sea he recibido la quimioterapia roja que a mi amiga la hacía vomitar, que a mi otra amiga la hacía tener fiebre, que a mi otra amiga la hacía desmayarse y yo estaba haciendo teatro. Mi doctor me preguntaba si en verdad me ponía las quimioterapias, pero yo quería seguir trabajando, quería seguir haciendo mi vida. Incluso con Sergio veíamos una serie en la que la protagonista tenía cáncer, yo la veía así, verde, con ojeras y yo decía, no me representa.
— ¿De dónde sale la fuerza?
De la entraña. Hay algunos que dicen, se ha puesto su pañuelo porque es cubana (risas), no, no tengo pelo. Evidentemente, había unos días en los que estaba más cansada o que por ahí no quería moverme mucho, me agito, hay días, y días. Pero siempre pensaba, quiero trabajar, quiero hacer eso. Así hice un musical de dos horas cantando y bailando y me sentía viva, me sentía bien, estaba cumpliendo mi sueño, yo toda mi vida he querido ser artista, y de verdad que lo primero que yo le dije al oncólogo fue, ¿puedo estrenar mi obra? Me dijo: ‘si te sientes bien, perfecto’.
— ¿Consideras que tú cuerpo ha reaccionado de manera satisfactoria?
Le agradezco a mi cuerpo haberme dicho que tenía esto, que está sanándose, está recuperándose, está regenerándose. No quiero ser grosera con él, porque salgo de la quimio y peso dos kilos más porque encima sufro de la tiroides y retengo líquidos, mi metabolismo es súper lento. Dije: ‘sube todo lo que quieras, estás haciendo más de lo que yo podría pedirte’. No quiero ponerme presión, no quiero estresarme, porque lo peor que puede pasar dentro de este tratamiento es que tu cuerpo se estrese más de lo que ya lo estresan los medicamentos. Le dije a mi doctor por fin de año me quiero ir a Europa y me dio el check, entonces tú me veías a mí en París, muriéndome de frío, pero con mi pañuelo, haciendo los videos, comiendo mis croissants y regresé con 6 kilos más. Nunca he viajado tanto como ahora.
— ¿Cómo ha cambiado tu visión de la vida?
Es loco porque literal, mi frase de con todo menos miedo, lo aplico así todos los días para todo, porque yo he cantado toda mi vida y siempre decía en algún momento me gustaría hacer una canción. Ahora ya fui, la grabé, la mastericé y ya está lista para lanzarla. Voy a grabar mi videoclip. Lancé mi agenda, que era algo que también quería hacer, estoy escribiendo para hacer un proyecto mío, estoy relanzando la marca que tengo con Sergio que se llama La Muelona.
— Ya no piensas en si funciona o no lo que te propones
Digamos que ahora como que no tengo miedo a que no vaya a salirme bien tal o cual cosa. No tengo temor a cómo resulte. Por ejemplo, con las agendas yo no pensaba, ¿y si no las vendo? Si no se venden, no se venden, pues y sí se venden, monstruo. Hay que hacer las cosas con garra, con corazón. Y así es como hago todo. Me fue súper con las agendas, todo es la constancia y seguir adelante.
— ¿Qué es para ti ser una mujer poderosa?
Son varias cosas. Es cumplir tus sueños. Hay que meterle mucho tiempo. Yo tengo 35 años y sigo luchando por mis sueños. Yo he trabajado desde muy chica, desde que tengo 14 animaba eventos infantiles y era como poquitas cosas. Me quiero comprar esta cosa, ya voy a lograr irme a tal sitio o tal otro. Entonces, creo que una mujer poderosa es alguien que tiene la capacidad de reinventarse a ella misma, de conocerse.
— ¿Qué te dice tu esposo?
Sergio dice que soy como un tractor, que el tractor avanza y no importa lo que haya en el camino, lo pasa. Y es una metáfora, yo le decía que por el ancho y me dijo no, por la fuerza.
Entonces, siento que hay que ir así, ¿no? Como con todo. A veces tenemos miedo, no sé, a poner un emprendimiento de cupcakes. Mucho pensamos en ‘y si no me compran’. Es importante no tener miedo o pasar sobre el miedo y seguir. Eso decía mi papá, ‘tú tienes que creértela tanto que al universo no le quede más opción que dártelo’.
— Con Leandro, ¿qué ha significado para ti la maternidad?
Ay, no, eso es alucinante. Para mí no hay niño más hermoso, es súper inteligente, súper sociable, súper ocurrente. Leandro es el amor de mi vida, es un sueño hecho realidad, es el mejor regalo que el mundo, el universo, Dios y todos los ángeles me pudieron dar. Y a veces digo, si me dieran a escoger, yo volvería a elegir que me pase esto a mí y que no le pase ni a Sergio, ni a Leandro. Yo pasaría por esto 800 veces con tal de que ellos no.
— ¿Cómo ha sido el proceso de toda tu familia de aceptar, de procesar todo lo que te estaba pasando?
Bueno, yo le dije a mi familia que yo no necesitaba que ellos estén tristes ni estén llorando, que no me vean así, porque yo necesitaba más el empuje. Me concentré en poner toda mi fuerza en recuperarme, en sanar la herida, porque físicamente había una herida, tener un expansor que me dolía horrible. Entonces, toda mi energía estaba puesta a eso, a estrenar. Como que me ponía pequeñas micrometas dentro de mi gran meta, porque el tratamiento oncológico es una maratón, no es una carrera.
— ¿Qué imaginaste cuando empezaste tus quimioterapias?
Pensaba ¿qué me va a pasar? ¿Qué voy a sentir? Para empezar, antes yo creía que la quimio era que te metían en una máquina. Y me decían, es horrible, y mis amigas me contaban su proceso, pero les pedí que no me cuenten y que me dejen vivir a mí mi propia experiencia, no quiero estar como psicoseada. Entonces fue más amable de lo que me la habían pintado, para mí, por lo menos, sí. Sergio, lo único que me dijo una vez fue, me llega que tengas que pasar por eso, y por mi lado, yo prefería que me pase a mí y que no le pasara a él.
— Después de todo lo que ha pasado, ¿cómo te ves tú frente a las adversidades?
Es una de las cosas que a veces le digo a Sergio, salvando las distancias, cuando me enteré que estaba embarazada, caminaba y yo misma decía, estoy embarazada. Pasaban diez minutos, quince, ¡estoy embarazada! O sea, porque lo había visto en una ecografía. A veces estoy así y le digo, Sergio, soy una paciente oncológica, ¿no? Y Sergio, sí. Y la estoy pasando bien, ¿no? Y Sergio, sí. Y sigo, ¿no? Hay una canción de Alex Sintek que se me vino a la cabeza en todo esto que dice: ‘Soy yo más fuerte de lo que pensaba’. Y sí, no sabía que podía ser tan fuerte. Con el cáncer, el tratamiento, las quimioterapias, las operaciones, he aprendido que soy más fuerte de lo que pensaba.
— ¿Qué es lo que rescatas en todo este tiempo?
Que tengo un hombre maravilloso al lado. Yo ya lo sabía, pero es como que la vida, el mundo, Dios, me ha puesto esta prueba para corroborar. Tengo un hombre maravilloso que está ahí y que me dijo: ‘lo vamos a superar juntos’. Entonces, de a dos, todos menos atroz. Somos un equipo y para que mamá descanse, papá cuida al bebé. El bebé a veces no quiere que papá lo cuide y va a despertar a mamá. Pero bueno, son cosas que pasan.
— En cuanto a tu carrera como actriz, ¿cómo es ser mujer artista en nuestro país?
Yo creo que ser artista en general es difícil. Hay que ser mil oficios para poder llegar a fin de mes porque no hay una industria como tal acá, tanto cinematográfica como teatral. No hay una industria ni de televisión, ni de radio, ni de cine tan gigante como en otros países. Yo espero que poco a poco eso vaya cambiando. Te mentiría si te digo que yo siento que por mi condición de mujer he tenido menos trabajo que otras. No sabría decirte si he ganado menos que otros, a lo mejor sí, pero no tanto por ser mujer y hombre.
— Con todo lo que has vivido, ¿qué le diría la Natalia de hoy a la Natalia niña o adolescente?
Tranquila, que poco a poco tus sueños se van a hacer realidad. Tranquila.
— ¿Cuál sería tu mensaje para todas las mujeres que reciben el diagnóstico o aquellas que están en medio de la lucha y no saben qué hacer?
Recibir un diagnóstico positivo a un cáncer de cualquier tipo es difícil, pero no es imposible. Yo estoy atravesando esta lucha y soy tan humana como tú y sí se puede. Todo a tiempo tratable, es manejable y si tienes una red de apoyo que te acompañe, en buena hora. Y si no lo tienes, también. Dicen que el universo, que la vida y que Dios no le da cosas a la gente que no la pueda soportar. Estoy convencida que tú, al igual que yo, puedes con esto y mucho más.