Brígida Silva de Ochoa, la ‘Hija de la Patria’ y su trabajo de espionaje en la Independencia del Perú

El 11 de enero de 1822, el general José de San Martín la declaró públicamente como “Hija de la Patria”. Falleció en Lima en 1840 con muchas carencias, ya que el Gobierno no cumplió con otorgarle los 30 pesos mensuales que le prometió.

Esta peruana fue espía en el proceso de la independencia del Perú.

Así como Juana de Dios Manrique de Luna o las ‘Heroínas Toledo’, otra mujer que fue clave en la Independencia del Perú fue Brígida Silva de Ochoa, peruana que nació en el año 1767, cuando en el Perú se estaban instaurando las llamadas reformas borbónicas. Ella fue clave en el proceso independentista al punto de arriesgar su vida sirviendo como espía. Al final, fue reconocida por el General José de San Martín, aunque no tuvo una vida digna en sus últimos años.

El papel de Brigida Silva en la Independencia

Brígida Silva compartía el probado patriotismo de toda su familia. Su hermano Remigio Silva estuvo implicado en la conspiración contra el Virrey Fernando de Abascal en el año 1809. Su otro hermano, Mateo Silva, promovió la formación de una junta de gobierno en el Cusco.

En 1785, a los 18 años, se casó con Francisco Ochoa Camargo, un caballero cusqueño a quien imbuyó su amor patrio; al punto que él también alentó los auxilios que su esposa brindaba a cuantos cayeron en prisión durante la lucha por la libertad.

Esta valerosa mujer prestó especial protección a los patriotas enviados presos, por su complicidad en el frustrado levantamiento de Aguilar y Ubalde en el Cusco. Cuando fracasaron los planes de su hermano Mateo para formar una Junta de Gobierno, pretendiendo anular la autoridad del virrey Abascal, ella fue quien sirvió de intermediario para llevar y traer las comunicaciones entre los patriotas, situados en las inmediaciones de la capital, para que estuvieran al tanto de los movimientos de los realistas que se aprestaba para el combate.

Esta peruana fue espía en el proceso de la independencia del Perú.

Ser intermediario para la comunicación era una labor patriótica muy difícil y arriesgada en aquellos días. Ser descubierto significaba arresto, tortura y posterior muerte. El virrey Abascal estaba al tanto de estos movimientos, por lo que imprimió severa vigilancia en su ya tambaleante dominio virreinal y se daba maña para descubrir la más mínima labor libertaria.

Sin embargo, Brigidia tenía ingreso a todos lados gracias al mayor de sus hijos, Manuel Ochoa, quien prestaba sus servicios como oficial del cuerpo de artillería, acuartelado en Santa Catalina, al servicio del rey. Nadie sospechaba de ella y, además, se le permitía la entrada franca al cuartel donde estaba prisionero su hermano, el coronel don Remigio Silva.

De esta forma, los patriotas tenían una noticia diaria de cuanto se disponía para sofocar el anhelo de libertad. Ello ayudó a que los jefes de la escuadra optaran por un movimiento rápido que contribuyó a la victoria de Maipú.

José de San Martín con bandera

No solo fue el enlace entre los patriotas y el coronel Torres en 1807; también fue la que facilitó la evasión del párroco de Sica, José Medina, después del fracaso de los sucesos del Alto Perú, hecho por el que fue conducido a prisión su hijo menor, José Ochoa. Él, de la misma calidad espartana de su madre, tampoco declaró el lugar donde se ocultaba su hermano José María Ochoa y los hermanos de su madre. Además, en 1810, ella transmitió la palabra de orden a Anchoris y al cura Tagle.

Brigida Silva de Ochoa ofreció a su patria los más eficaces servicios, sirviendo a aquellos que, encerrados en oscuras prisiones e inmundos calabozos y sacrificó el último centavo de su fortuna en proporcionar víveres y vestidos a los prisioneros. El general José de San Martín no fue esquivo a sus acciones y el 1 de diciembre de 1822, mediante decreto firmado, fue declarada patriota, concediéndole el diploma consiguiente y la divisa del patriotismo. Un mes después, fue llamada de manera pública por el general como “Hija de la Patria”.

Esta gran mujer falleció en Lima a los 83 años después de una ancianidad gloriosa, pero dolida por su situación económica, pues se le había concedido una pensión de 30 pesos que nunca fue pagada con puntualidad. Años más tarde el Minedu le hizo justicia a su memoria, poniéndole su nombre al Colegio Nacional de Mujeres de Chorrillos.

En el 2020, el BCR sacó una moneda en su honor.

En diciembre del 2020, con motivo de la celebración del bicentenario de la Independencia del Perú, el Banco Central de Reservas del Perú (BCR) sacó una moneda con su retrato. Fue una valiente patriota que arriesgó su vida siendo informante de los patriotas y cuya ayuda fue fundamental en lndependencia del Perú