En la noche del 31 de enero del 2000, el programa de Magaly Medina, Magaly TV que se emitía en Frecuencia Latina, anunció una bomba. La conductora de televisión se había hecho conocido por sus ácidos comentarios contra la farándula peruana —que bautizó como Chollywood— y por sus famosos ampays a artistas peruanos. Ese día, dos de las vedettes más conocidas de la televisión peruana, Yesabella y Mónica Adaro, fueron grabadas infraganti manteniendo relaciones sexuales en una habitación de un hotel. La presentadora las acusó de ejercer la prostitución, incluso denominó al reportaje como “Las prostivedettes”, y género un escándalo en la sociedad a inicios del nuevo siglo.
Martha Vásquez Chávez, más conocida como Yesabella, resaltaba por su cabellera rubia, su carisma y su desenvolvimiento frente a las cámaras. Se hizo popular en el programa de Jorge Benavides, JB Noticias, donde debutó en 1996. Era famosa en la pantalla chica y en las portadas de diferentes diarios.
Por su parte, Mónica Adaro era una joven vedette que empezaba a dar sus primeros pasos en Risas y salsa, un espacio que contaba con grandes humoristas como Pablo Villanueva ‘Melcochita’, Miguel ‘El chato’ Barraza, Manolo Rojas, el ‘Gordo’ Casaretto, entre otros.
La fama les sonreía hasta que se emitió el reportaje en el programa de Magaly Medina, quien las nombró como “prostitutas”. Los videos remecieron el mundo del vedettismo. Las dos fueron expuestas abiertamente por Magaly TV en sesiones amorosas, y se habló de una red de prostitución clandestina en el espectáculo peruano.
Yesabella y Mónica Adaro hicieron sus descargos en el dominical Panorama. “Las portadas de los diarios publican que yo digo que ‘soy puta’ y yo nunca he dicho eso, ¿por qué me tienen que desprestigiar de esta forma? Nadie puede decir que soy prostituta”, mencionó la primera.
“Estoy sorprendida, me ha caído como un baldazo de agua fría. Me incomoda y me siento arruinada. Esa persona me perjudicó, me está haciendo mucho daño”, dijo Adaro, por su parte, en medio de las lágrimas señalanado a Magaly Medina.
Adaro ya había sido relacionada con el narcotraficante Pedro David Pérez Miranda, Peter Ferrari, aunque ella deslindó cualquier idilio con él, y el también investigado por presunto lavado de activos proveniente de la minería ilegal, quien murió a causa del Covid-19 en 2020, nunca detalló si había tenido un amorío con Mónica.
Mónica Adaro decidió no ofrecer más entrevistas a los medios de comunicación mientras que Yesabella se presentaba para negar que sea prostituta y, sobre todo, ratificar que no tenía VIH.
La vida después de los videos
El caso de las “prostivedettes” mermó en los ánimos, tanto psicológico como a nivel personal, de Yesabella y Mónica Adaro.
Vásquez Chávez fue desvinculada del programa de Jorge Benavides. Se alejó de los escenarios por unos meses, aunque regresó esporádicamente para participar de la cinta para adultos Crimen al desnudo, del director Leónidas Zegarra; y en 2003 integró el elenco de la película Vedettes al desnudo, con Susy Díaz, Azucena del Río y Jackie Castañeda. Pero había dejado la televisión completamente.
Viajó a Estados Unidos para iniciar una nueva vida alejada del escándalo mediático. Conformó una familia con un ciudadano norteamericano y tuvo dos hijos con él. En 2009 pasó una temporada con su familia en Perú para inaugurar unos salones de belleza, sin embargo, retornó al país norteamericano donde vive actualmente.
Mónica Adaro también decidió reiniciar una nueva vida en Estados Unidos. Sin embargo, en su caso fue diferente. En su estadía en Norteamérica se casó, pero no duró mucho y termino divorciándose. En 2012 retornó al Perú. Vive una vida tranquila entre Lima y el país estadounidense. En su red social comparte reels o invita a sus seguidores a un restaurante peruano donde se encarga de la animación.
Las disculpas de Magaly Medina
Mónica Adaro denunció a Magaly Medina por la invasión a su privacidad, y Yesabella por el delito de difamación: ambas ganaron.
En 2004, Magaly Medina fue condenada a un año y medio de prisión condicional y también se halló responsable a su productor Ney Guerrero por difundir el video en su programa.
En 2015, después de más de diez años de este caso, el Tribunal Constitucional falló a favor de Mónica Adaro por “la protección de su vida privada, al libre ejercicio de la personalidad moral sin invasión de ninguna clase, a impedir intrusiones y a la soledad o el aislamiento, para permitir el libre ejercicio de la personalidad moral que tiene el hombre al margen y antes de lo social”.
Magaly Medina y Mónica Adaro volvieron a verse en 2014 cuando la presentadora tenía su programa en Latina. No hubo rencor. Hicieron las paces. La exvedette recordó el caso y volvió a negar que se prostituyó.
“La verdad no me imaginé este encuentro. Vine de vacaciones y se dio. Fue algo muy bueno y saludable para ambas, el limar asperezas y dejar el pasado atrás. Luego de 14 años, ella continuará con lo suyo y yo con lo mío en el extranjero. No tenía caso irme con rencores o peleas”, dijo a un programa de televisión.
Resaltó que a Magaly Medina la había encontrado como una mujer madura y ya no esa egocéntrica de inicios de los 2000. “Fue una conversación madura, de personas civilizadas”, agregó.
La única vez que la conductora de espectáculos se disculpó por un ampay fue por el caso de las “prostivedettes”. Para la ‘urraca’ fue un error que no debió suceder en su programa a inicios del nuevo siglo.
“¿Cuándo uno como periodista quiebra el derecho a la intimidad? Es cierto, una vez a mí se me condenó por violar el derecho a la intimidad y ciertamente fue así. En el caso de las ‘prostivedettes’, nosotros no teníamos por qué mostrar el interior de un cuarto de hotel para demostrar que la susodicha persona ejercía la prostitución clandestina”, dijo luego de las críticas por emitir el doble ampay de Aldo Miyashiro y Óscar del Portal.
Magaly Medina confesó que había sido condenada por invadir la privacidad de Yesabella y Mónica Adaro, algo que su equipo de producción no hace ahora.
“Nosotros no estamos dirigiendo teleobjetivos hacia los departamentos, hacia los cuartos de hotel. Nosotros conservamos una línea, lo que alcanza la mirada es lo único que podemos grabar. No grabamos en cuartos de hoteles, en dormitorios. Grabamos en la terraza, en lo que el ojo humano puede mirar parado desde una vereda. No nos trepamos por las paredes para invadir los hogares de nadie”, manifestó, en efecto, recordando, aquel caso de las “prostivedettes”, que sumó un capítulo más a la farándula peruana o como ella lo bautizó: Chollywood.