La alcaldesa de Barranco, Jessica Vargas (Renovación Popular), ordenó el cierre de ferias en las calles y parques en su distrito, así como el borrado de murales y la eliminación de la Gerencia de Cultura en el municipio, en sus casi dos meses de gestión edil.
El 5 de enero, se observó que el mural de la defensora de derechos humanos Máxima Acuña había sido borrado con pintura amarilla. Lo mismo ocurrió con el de Rosa Guzmán, representante del Perú en los premios Grammys.
Sobre estas decisiones, el gestor cultural Marco Olivera aseguró que los murales pudieron pintarse en la anterior gestión edil de este distrito, a cargo del exalcalde José Rodríguez Cárdenas, por coordinaciones entre artistas de Barranco, la empresa privada y la Municipalidad de Barranco.
“Si no fuera por esta confluencia de propósitos, el pasaje luciría como antes: oscuro, peligroso, desalentador y psicotrópico”, aseguró en entrevista con Caretas.
La última decisión de eliminar el arte de las paredes de este distrito se dio el pasado sábado 25 de febrero, cuando se pintó de rosado todos los murales de la Casa de la Mujer de Barranco.
La excandidata del Partido Morado Flor Borja señaló este hecho y aseguró que las autoridades son ridículas y conservadoras por eliminar el arte de las calles.
“Así no lo quieran, las mujeres somos libres, solidarias, diversas, creativas y sobre todo indómitas”, opinó.
Olivera también señaló que desde el inicio de la gestión edil de Jessica Vargas ya no observa serenos en el pasaje Arbocco Carrillo todo el día y hay paneles que requieren mantenimiento y no lo han recibido, como el de Fernando de Szyszlo, que ya no tiene iluminación.
“Vargas ya ha estado antes al mando de la gestión edil y presumimos lo que puede hacer en cuanto al factor cultural. En ningún lugar del mundo ves un sitio público con 15 obras en formato grande”, señaló.
La decisión de Jessica Vargas, de borrar el mural de Máxima Acuña, fue saludada por el congresista de Avanza País Alejandro Cavero, quien opinó que Barranco no es un distrito de odio ni de polarización, sino de cultura.
Para la investigadora Ana Lucía Mosquera Rosado, es preocupante que un congresista difunda un mensaje como ese, pues las defensoras de derechos humanos no polarizan el país ni promueven el odio, desde su punto de vista.
“No ven estos temas como algo que se tiene que defender. Máxima Acuña trabajó durante muchísimos uñas por defender su territorio. Su mensaje es bastante potente y bastante importante, pero, desafortunadamente, nos encontramos con la idea de legitimar las luchas de cualquier tipo de defensa de derechos humanos. Se ve como polarización y se ve como promotora del odio cuando precisamente es lo contrario”, dijo.
Recordemos que estas iniciativas de borrado de murales ya se han visto durante la gestión edil de Luis Castañeda, cuando estuvo a cargo de la Municipalidad de Lima.