El miércoles de la semana pasada se conoció que Andrés Ramos, nuevo representante del Ministerio de Educación ante la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), convocó a una sesión extraordinaria para instalar el nuevo Consejo Directivo de esta institución que vela por la reforma universitaria.
La solicitud buscaba colocar a los representantes designados de las universidades públicas que serían la cuota de la rectora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Jeri Ramón, y el de los colegios profesionales, dentro del consejo de la Sunedu el viernes. Al día siguiente lo que proseguía era elegir al nuevo superintendente que reemplace a Oswaldo Zegarra, cuya gestión culminaba recién en agosto.
No se sabe si se concretó la designación del nuevo titular de la Sunedu, pero los pasos que ha dado Andrés Ramos llaman la atención más aún si sobre su designación podría ser irregular. La congresista no agrupada Susel Paredes envió un oficio a la Contraloría General de la República para informar que el nuevo vocero de la Minedu tendría un presunto conflicto de interés.
Antes de ser llamado por el ministro Óscar Becerra, Ramos ocupaba el cargo la Dirección del Departamento Académico de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad San Martín de Porres desde 1984. Hasta hace unos días, el nombre de esta persona aparecía en la web del mencionado centro de estudios tal como lo adjunta el oficio de la parlamentaria Paredes del 15 de febrero enviado al contralor Nelson Shack.
A partir de este hecho es que surge el problema con la designación de Andrés Ramos. Según el artículo 17.5 de la Ley 31520, “establece que los miembros del Consejo Directivo de la Sunedu no pueden ser autoridades o personas jurídicas vinculadas a estas, y, en caso de haber sido autoridad o directivo, deberán haber cesado de ese cargo, al menos un año antes de asumir como representante del Consejo Directivo de la Sunedu”.
Con este detalle, Ramos no cumpliría con el requisito de ser el vocero del Minedu ante la Sunedu porque tenía un cargo en la Universidad San Martín de Porres en los últimos meses. En esta nota se adjunta una prueba que lo menciona como autoridad vigente de la casa de estudios en el XXVII Congreso Internacional Visión 2022 que se realizó el 20 y 21 de octubre del año pasado.
Caja chica de consultorías
Por otro lado, el ministro Becerra volvió a demostrar hoy su falta de compromiso para defender la institucionalidad de la Sunedu. En una entrevista para Canal N, señaló que esta entidad “era la caja chica de un partido político vía consultorías”. No especificó el nombre de la agrupación a la que se refería.
La postura del titular del sector Educación no sorprende debido a que, en diciembre pasado, salieron publicaciones de sus redes sociales donde es crítico del rol de la Sunedu.
En una de los textos que compartió en su cuenta de Facebook en el año 2017 se lee lo siguiente:
“Con Saavedra al frente del Minedu, si bien se volvió a la meritocracia, sorprendentemente el acento estuvo es una política anti inversión privada: por ejemplo, se suspendieron las acreditaciones académicas en la educación básica y se creo la Sunedu, que, en términos reales, se convirtió en una entidad enemiga de los claustros privados, al margen de las calidades académicas”.
En mayo del año pasado, Becerra compartió una publicación que hace referencia a la nueva conformación del Consejo Directivo de la Sunedu con la aplicación de la Ley 31520. “Lo que pasa es que para algunos se les acabó el negocio y otros creían que la Sunedu caviar era la panacea. No lo fue”, se lee en el texto publicado inicialmente por Carmen María Izaguirre Valdes.
Adicionalmente, el ministro de Educación tuvo una frase polémica al mencionar durante una entrevista con Latina que “tenemos que apoyar a la Sunedu, pero no debemos apoyarla como si fuera un dogma o una revelación divina”.