En mayo de 2021, la escena política peruana hacía impensable que Dina Boluarte y Keiko Fujimori, opositoras políticas, lograran estar sentadas, cara a cara, en una misma mesa. Por aquellos días, Boluarte era candidata a vicepresidenta y tenaz defensora de Pedro Castillo, una carta desconocida de Perú Libre que intentaba llegar a la Presidencia contra todo pronóstico.
No solía declarar a menudo a la prensa, pero en una entrevista con Canal N, Boluarte fue consultada sobre si Castillo planeaba pasar los servicios privados al control del Estado. “Estatizar. Creo que la señora Keiko lo ha utilizado. ‘Que comunismo’, ‘que chavismo’, cuando ella encarna la dictadura de su papá”, dijo apenas.
Entonces, culpó a la política de estar detrás de paneles contra del comunismo que aparecieron en las calles de Lima, y criticó que la Constitución elaborada en 1993 por el régimen de Alberto Fujimori, encarcelado por crímenes contra la humanidad y corrupción, no haya sido modificada.
“A mí, como mujer del pueblo, me da tanta tristeza que la señora Keiko haya inundado todo el espacio aéreo de Lima y del Perú con esos paneles tremendos. ¿Por qué, en vez de gastar tanto dinero en esos paneles llevando un mensaje de odio y de terror, no apoya a nuestros hermanos que no tienen oxígeno?”, cuestionaba Boluarte en referencia al azote del coronavirus.
Han pasado casi dos años de esas declaraciones. Este miércoles, Boluarte, investigada por genocidio, homicidio calificado y lesiones graves, se sentó a dialogar con Keiko Fujimori, investigada por organización criminal y lavado de activos, quien perdió las elecciones de 2021 ante Pedro Castillo.
La lideresa naranja comentó que fue una cita “amplia, larga y sincera” en la que abordó “posibles salidas” a la crisis del país, así como temas de agenda internacional. Enfundada en un vestido azul, Fujimori llegó a la sede presidencial acompañada por el secretario general del partido naranja, Luis Galarreta, y el portavoz de su agrupación, Miguel Torres.
Agenda
El encuentro comenzó hacia las 17.35 horas en medio de gran expectativa, aunque ingresaron al Palacio en completo silencio. Sin embargo, a la salida, la política se explayó sobre la agenda tratada, específicamente del frustrado adelanto electoral al 2023.
“Hemos visto una extraña coincidencia entre los extremos, entre la extrema derecha y la extrema izquierda, que lamentablemente boicotearon esta salida, poniendo excusas o utilizándome a mí. Lo vuelvo a señalar ahora: no voy a ser candidata. Hago una invocación a los partidos políticos para que tratemos de encontrar solución”, remarcó.
Seguidamente, puntualizó su rechazo a las expresiones del presidente colombiano, Gustavo Petro, a quien acusó de injerencia. “Le voy a pedir públicamente que no meta su nariz roja en Perú. No vamos a aceptar que el terrorismo exterior se involucre en nuestro país. Quiero enviar mi abrazo fraterno al pueblo colombiano, pero mi repudio total al guerrillero Gustavo Petro”, expresó.
La Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso aprobó una moción que propone rechazar las “inaceptables” expresiones de Petro, quien mencionó el amplio despliegue de la PNP en el centro histórico de Lima en respuesta a una manifestación antigubernamental.
“En Perú, (los policías) marchan como nazis, contra su propio pueblo, rompiendo la Convención Americana de Derechos Humanos”, señaló el gobernante colombiano antes de indicar que esa convención “no se aplica solo a gobiernos de izquierda”.
Poco antes del encuentro con Fujimori, Boluarte comenzó la ronda de diálogo político con una reunión con representantes de Somos Perú, que acudió con su secretario general, Alejandro Fernández, y el congresista José Jerí, mientras que su presidenta, Patricia Li, participó de manera virtual.
En esa reunión, la mandataria estuvo acompañada por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, y por la ministra de Relaciones Exteriores, Ana Cecilia Gervasi.
La presidenta citó en la víspera a un encuentro a los líderes de los partidos políticos. No aclaró a quiénes cursó invitación ni quiénes ya han confirmado su presencia, aunque remarcó que la intención es “propiciar un espacio de diálogo y consenso”.