La misión de reconstruir la historia con fósiles. La vida en el mar ha sido el ancla de investigaciones científicas para conocer la biodiversidad que resguarda. Entre las criaturas que siguen siendo objeto de análisis se encuentra el cachalote, un cetáceo único en el mundo y de gran tamaño que encontró un hogar en la zona costera del Perú.
Hasta antes del 2008, en el territorio nacional no se tenía un registro de este ser. Siguiendo una ruta de reconocimiento de los suelos, así como esfuerzos de especialistas pertenecientes al equipo de la Universidad Nacional de San Marcos, se inició con la cadena de hallazgos de fósiles de este mamífero marino.
Un nuevo descubrimiento, por parte de investigadores del Museo de Historia Natural de la UNMSM, fue reportado y compartido con la comunidad por el valor del acontecimiento. Infobae dialogó con el paleontólogo Aldo Benites Palomino, quien explicó cómo este animal proveniente del Mioceno tardío del desierto de Ocucaje, en Pisco.
Tenemos la facilidad de estar en nuestro país. Es un privilegio. Cada vez que vamos al desierto encontramos más y más material nuevo que es muy interesante”.
El magíster precisa que el fósil de cachalote -con cráneo y mandíbula- está intacto por siete millones de años. Sobre el tamaño total, estaría entre los 5 metros de largo, por lo que habría estado en su etapa de adultez y considerado como un depredador de tamaño mediano.
“Son de los animales más extraños y difíciles de observar. Son muy narizones, y llega a pesar hasta cuatro toneladas. Esta característica ha causado que tengan una deformación en el cráneo, llegando a tomar una forma de cuenca”, comenta Benites.
Las investigaciones realizadas por el equipo de paleontología de vertebrados describen su alimentación con una preferencia por peces oceánicos, pingüinos y pequeños mamíferos marinos. En el caso del grupo encontrado en la costa peruana, estos se nutrían con pota.
“En nuestro océanos lo tenemos en abundancia. A veces despreciamos la pota, o la usan como carnada de pesca. A estos animales les encanta y es su dieta principal”.
El fósil de la nueva especie de cachalote prehistórico corresponde a la misma edad del gran Livyatan Melvillei, el cual se encontraba en la cima de la cadena alimenticia. Este antecesor recibió el nombre descriptivo de “monstruo marino” por el tamaño de sus dientes que lo destacaba entre los superdepredadores.
Víctimas de los tiburones
El cráneo de cachalote de Ocucaje posee mordidas dejadas por tiburones, un patrón que ya se había registrado en otras piezas, lo cual permite interpretar el acto como un evento de carroñeo. Las penetraciones son profundas para que el peso sea liviano, causando que los cadáveres floten y sean alimento.
Se halló el esqueleto entero del cetáceo. Solo el traslado del cráneo costó 5000 dólares, aproximadamente. Y el cuerpo completo tendría una inversión de 20,000 adicionales por las maquinarias que moverían el ejemplar de más de 5 metros.
El impacto del cambio climático en los descubrimientos
Aldo Benites explica a Infobae que con la recuperación y conservación de fósiles se puede conocer las consecuencias que deja el cambio climático. “Nosotros podemos ver los cambios en el mar muy rápidamente. Sucede que, en las capas donde se encuentran los fósiles, son como libros apilados en una biblioteca. Por ejemplo, puedes encontrar ceniza volcánica. Sabes que hubo una explosión o terremoto debajo del océano, que hubo un evento de extinción”.
Dato curioso: Uno de los mayores depredadores que alguna vez existió, el Livyatan, es no de los más famosos. El fósil del cachalote super grande fue parte de los animales que se mostraron en la película “La era del hielo 4″.
Lo que se puede encontrar en las profundidades del mar, o en restos de épocas geológicas, permiten determinar que especies lograron sobrevivir y cuales se vieron afectadas seriamente, terminando en su extinción.
Hay anotaciones que la cultura Moche mataba a cachalotes como parte de sus ofrendas y rituales; por lo que podría ser un indició para conocer más sobre su vínculo con las culturas desarrolladas en la costa.
Megalodón y los cachalotes peruanos
El megalodón es el nombre que recibe un tiburón megadentado que recorría los océanos hace unos 22 millones de años. Su tamaño gigante e inusual pudo haber compartido el hogar marino junto a los cetáceos narizones.
Sobre un posible encuentro de estas especies en el océano, Benites aclara que un depredador no ataca a otro por naturaleza, sino por el dominio del territorio para cazar alimento.
“Hay evidencia de depredación de megalodón, y de otros tiburones, sobre cachalotes. No cazaban a los cachalotes, pero sus cadáveres flotantes eran carroñados. Hay otras especies de cetáceo que fueron usados como afilador de cuchillo, tienen muchísimas mordidas. Sabemos que, en algún momento de su vida o de su muerte, tenían un rol ecológico como su comida”.
El trabajo del equipo sanmarquino
Mario Urbina, miembro del equipo de paleontología de vertebrados de San Marcos, ha sido pieza clave en el descubrimiento de fósiles de animales marinos que vivieron en el mar peruano.
Su instalación en el desierto de Ocucaje, así como en otros destinos de la costa, permiten que se hagan nuevos hallazgos al hacer un análisis profundo del suelo, siguiendo rastros de otras piezas ya rescatadas y conservadas.