Las protestas sociales y el bloqueo de carreteras en el Perú han afectado el nivel de actividad económica en enero del presente año, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), factor que ha pesado en la reciente decisión del Banco Central de Reserva (BCR) de hacer una pausa luego de 18 meses de aumentos consecutivos de su tasa de interés.
En ese sentido, Mario Guerrero, subgerente de Economía del Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank, sostuvo que el comunicado del BCR introduce una preocupación por los efectos macroeconómicos de los acontecimientos sociales recientes que han tenido un impacto negativo sobre la actividad económica peruana.
“La decisión del BCR de mantener la tasa de interés de referencia podría también haber considerado que la posición de la política monetaria ya es bastante contractiva como para afectar aún más el bajo desempeño económico. Los indicadores y expectativas sobre la economía se deterioraron en enero, reflejando el impacto de las protestas sociales, y se mantienen dentro del rango pesimista”, comentó el especialista.
Asimismo, el BCR mantuvo el mismo tono que en decisiones anteriores, dejando la puerta abierta a modificaciones futuras en la tasa de referencia, nuevamente dependiendo de los datos económicos.
“Si bien la inflación se ha mostrado reacia a descender, el banco central estaría brindando la señal de cierto confort con la posición actual de la política monetaria, pues ratificó que proyecta una tendencia decreciente de la inflación interanual desde marzo y que espera el retorno al rango meta en el cuarto trimestre de este año”, dijo el economista.
Riesgo a una mayor inflación
El BCR ve un riesgo que este episodio de inflación supere el récord anterior de duración fuera del rango meta (21 meses, a la fecha son 20). “Nuestro pronóstico de inflación fue revisado en enero desde 4.50 % a 5.00% para 2023″, expresó Guerrero.
Además, el Banco Central fue explícito en señalar que esta pausa no necesariamente implica el fin del ciclo de alzas en la tasa de interés. “Esta declaración nos parece preventiva, pues los grados de incertidumbre respecto de los recientes choques económicos son aún elevados. No obstante, vemos probable que este nivel (7.75%) sea la tasa terminal”, señaló el analista.
Bajo el escenario que ya se haya alcanzado la tasa terminal, la atención estará puesta ahora en cuánto tiempo permanecerá en ese nivel. Las expectativas de inflación a doce meses serán claves para este punto, precisó el Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank.
“En enero sorprendieron con un alza de 4.3% a 4.6%, luego de 6 meses de descensos, encontrándose aún muy por encima del rango meta (entre 1% y 3%). Ante ello, se espera que la inflación en febrero sea algo mayor que la de enero, por alzas en los precios promedio de los combustibles -a pesar de la reciente rebaja-, servicios de transporte y de algunos alimentos, como precios avícolas, y ciertos precios indexados a inflación pasada como los reajustes en el impuesto predial y arbitrios, lo que compensaría en parte el descenso de las tarifas eléctricas”, manifestó Guerrero.
Conflictividad social
El impacto de la conflictividad social sobre los precios se viene reduciendo, lo que se refleja en un menor número de carreteras bloqueadas y en la moderación de los precios de los alimentos perecibles.
La base de comparación (la inflación en febrero 2022 fue 0.31%) contribuiría a que la inflación interanual se mantenga alta en febrero, alrededor de 8.7% - 8.8%, con posibilidad de alcanzar un nuevo pico (hasta ahora la inflación interanual más alta se alcanzó en junio 2022 con 8.8%).
“El BCR al igual que nosotros espera que el quiebre de la inflación sea más visible a partir de marzo. Ayudarían las menores presiones de costos internacionales, como el descenso de los costos de los fletes portuarios y la moderación de los precios de los fertilizantes”, remarcó el economista.
La inflación se mantuvo elevada en enero (8.66%), mientras que la inflación sin alimentos ni energía repuntó de 5.59% a 5.80%, alcanzando un nuevo pico. Los precios mayoristas también repuntaron en enero, pasando de 7.0% a 7.7%, luego de cinco meses de descensos consecutivos.
No obstante, los indicadores de tendencia de la inflación empezaron a mostrar cierto agotamiento en su trayectoria alcista. A nivel regional, el número de ciudades que superó el 10% de inflación se triplicó, pasando de 3 a 9, principalmente aquellas ubicadas en las zonas afectadas por las protestas sociales.
La tasa de interés real descendió por primera vez en nueve meses, pasando de 3.45% a 3.13%, ubicándose por encima de su nivel neutral (1,50%) por sexto mes consecutivo. La liquidez en soles creció solo 0.5% en el 2022, mientras que la expansión del crédito desaceleró y se expandió 4.5%, ritmo similar al del 2021 (4.4%).