La incansable lucha de Ana Estrada, la mujer que defendió su derecho a una muerta digna

La psicóloga, diagnosticada con una enfermedad incurable y degenerativa, ha recorrido un largo camino para tener el derecho a decidir cuándo ponerle fin a su vida a través de la eutanasia. “Llegamos bastante lejos, más de lo esperado. Ya gané”, expresó.

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Ana Estrada: la incansable lucha de la mujer que logró defender su derecho a una muerte digna. (Somos)
Ana Estrada: la incansable lucha de la mujer que logró defender su derecho a una muerte digna. (Somos)

En el Perú, Ana Estrada es sinónimo de lucha y perseverancia. Desde el 2019, la psicóloga de 46 años ha solicitado al Estado peruano que se le reconozca su derecho a la muerte asistida. En este camino ha recibido el apoyo y la admiración de un gran sector de la población, pero la controversia de la eutanasia ha originado varias posiciones en contra de su petición.

Cuando cumplió 12 años fue diagnosticada con polimiositis, una enfermedad incurable y degenerativa que causa debilidad muscular extrema. A medida que avanzaba su enfermedad, su estado de salud se vio deteriorando progresivamente y a los 20 años comenzó a utilizar una silla de ruedas.

Esta situación no fue impedimento para que continuara con sus estudios y se graduó de psicóloga en la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP). Ana Estrada empezó a ejercer su carrera durante varios años, hasta que en el 2015 su enfermedad la llevó por seis meses a Cuidados Intensivos en el Hospital Edgardo Rebagliati.

A causa de una neumonía su salud se complicó y los músculos de su garganta fallaron. Los médicos tuvieron que someterla a una traqueotomía para que pueda respirar y una gastrostomía para facilitar su alimentación. Los meses en el hospital y la perdida de su autonomía la sumieron en un cuadro de depresión.

“Ana busca la muerte digna”, el blog que abrió en el 2019 se convirtió en una herramienta de difusión de su deseo de poder decidir en qué momento morir. “La muerte digna en el Perú es ilegal, vivo en un Estado que me quita la libertad, y una vida sin libertad no es vida porque mi cuerpo le pertenece a este Estado. (…) Aquí estoy, con más fuerza que nunca para pechar y gritar al mundo que quiero mi derecho a elegir y decidir sobre mi vida y mi cuerpo”, señala en su primer post.

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Batalla legal

En el 2019, la Defensoría del Pueblo tomó conocimiento del caso y se sumó a su lucha. El entonces defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, informó que la institución asumiría el caso ante los tribunales nacionales a fin de que se garantice y se respete la voluntad libre e informada de Ana Estada de decidir el cese de su vida. “Cuando ante ciertas condiciones, como es este caso, se afecta grave e irreversiblemente su dignidad humana”, acotó.

En el 2020, la Defensoría del Pueblo presentó una acción de amparo ante la Corte Superior de Justicia de Lima dirigida contra el Ministerio de Salud, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y EsSalud, para que en el caso de Estrada no se aplique el artículo 112 del Código Penal y pueda acceder a la muerte asistida.

Meses después, en enero del 2021, se realizó una audiencia virtual en el 11° Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, en la que participó la psicóloga y los representantes de la Defensoría del Pueblo para fundamentar el pedido.

Ana Estrada participó en la audiencia.
Ana Estrada participó en la audiencia.

Un mes después, en febrero del 2021, el juez ordenó al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Ministerio de Salud y EsSalud respetar la decisión de Ana Estrada de acabar con su vida libremente cuando ella lo considere.

Las instituciones del Estado decidieron no apelar el fallo, pero como parte del proceso, el caso fue visto por la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia en mayo. Se requería que la Corte Suprema apruebe la inaplicación del artículo 112 del Código Penal (homicidio piadoso) en el caso de Estrada.

La audiencia final de este caso fue programada para enero del 2022 en la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia. Aquí, la Sociedad Peruana de Cuidados Paliativos se opuso a la práctica de la eutanasia, retrasando la ansiada decisión judicial. La Defensoría del Pueblo explicó que para que la decisión del tribunal quede firme se requieren al menos cuatro de los cinco votos.

En julio del 2022, el juez dirimente voto a favor y se aprobó la elaboración del protocolo de actuación médica para la ejecución de la eutanasia en favor de Ana Estrada. Mientras, la salud de la psicóloga continuaba deteriorándose.

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La sentencia de la Corte Suprema fue remitida al juzgado de primera instancia a fin de ejecutar la decisión. Pero aquí, la nueva jueza Silvia Núñez Riva se negó a ejecutar el fallo “por decoro” argumentando su libertad de conciencia.

Tras un arduo proceso de más de tres años, el 10 de febrero del 2023, el Séptimo Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima ordenó ejecutar la sentencia que permite al Ministerio de Salud y al Seguro Social (EsSalud) elaborar el protocolo de eutanasia aislado para Ana.

Es así que EsSalud deberá conformar dos comisiones para elaborar el plan que tendrá que ser presentada ante la Comisión Médica conformada por el Minsa para su aprobación.

El documento precisa que una vez aprobado el protocolo, la aplicación de la eutanasia debería ser ejecutado en un plazo de 10 días hábiles a partir de la fecha en la que Ana Estrada exprese su voluntad de poner fin a su vida.

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El triunfo de Ana Estrada

En estas últimas semanas, Ana Estrada ha vivido uno de los momentos más duros de su enfermedad. En diciembre del 2022 se contagió de la COVID-19 y la secuela que le dejó fue quedarse sin voz, además ya no podía dar pequeños paseos, ni recibir visitas de sus amigos y familiares. A través de su blog “Ana busca la muerte digna” confesó que esta situación la llevó al punto de querer ponerle fin a su vida, pero pese a la sentencia a su favor, aún no contaba con el protocolo correspondiente.

“Mis ojos clavados en este techo. La mente trabaja las mil opciones de hacerlo clandestino. Me encontraba en el mismo lugar de esos 2016 a 2019: buscar la muerte digna. Revisar nuevamente videos e historias de los casos clandestinos en el extranjero. ¿Cómo hago? Era el mismo punto muerto de no sufrir por mi enfermedad sino por las leyes de mi país”, expresó.

Al conocer la decisión final del Poder Judicial, Ana se ha mostrado agradecida con las muestras de cariño que ha recibido como ‘despedida’. “Ningún derecho humano puede darse por sentado. Yo estoy agradecida por todo lo aprendido y por lo logrado. Gracias a este camino, he viajado por todo el mundo, he hablado en otros idiomas y hasta he bailado en bosques y mares. Como siempre decimos con Paula: pase lo que pase, ya ganamos. Llegamos bastante lejos, más de lo esperado. Ya gané”, finalizó.

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