A las 09.45 horas de este sábado, en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la mayor cuenca cocalera del país, siete agentes de la Policía Nacional de Perú (PNP) fueron emboscados y ultimados con armas de fuego de largo alcance.
Los efectivos de la comisaría de Natividad, en Pichari (Cusco), y de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) realizaban labores por el anexo Minirini cuando fueron cercados en el vehículo todoterreno en esta zona donde las fuerzas armadas combaten, desde hace más de dos décadas, a bandas de narcotraficantes y a los remanentes de Sendero Luminoso.
Solo sobrevivió el capitán Edwin Mego Villogas, confirmó la institución, que investiga el vínculo del ataque con el remanente de la organización terrorista, que funciona, además, como grupo protector armado de los productores de cocaína de la región.
Sendero Luminoso, responsable del mayor número de víctimas durante el conflicto interno en el país entre 1980 y 2000, ha derivado en las últimas décadas en una mafia del narcotráfico, de modo que el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas despliega operativos para acabar con estos grupos.
Los fallecidos fueron los suboficiales Alfredo Loayza Carbajal, Luis Cerrón Palacios, Wilder Eliseo Conozco, Iván Muñoz Fasabi, Sandro Villegas Corahiua, Williams Quispe Anchay y Saul Huarco Samaniego.
En un pronunciamiento publicado en Twitter, la PNP señaló que su personal se ha constituido “al lugar de los hechos —donde opera la organización narcoterrorista liderada por Víctor Quispe Palomino— para realizar el levantamiento respectivo y las labores de investigación correspondiente en coordinación con Fiscalía”.
También lamentó el ataque y expresó sus “condolencias a los deudos y familiares, garantizando todo el apoyo necesario”. La cartera de Defensa hizo lo propio en un comunicado.
Remanente al acecho
Un informe de Ojo Público evidenció que la violencia narcoterrorista en el VRAEM acecha a las fuerzas del orden y a los ciudadanos. El 23 de mayo del 2021, en esta zona, 16 personas —entre ellas tres menores de edad— fueron asesinadas, pero aún no se identifican a los responsables y los deudos siguen esperando justicia y reparaciones.
La situación no ha mejorado para los habitantes del distrito de Vizcatán del Ene y, por el contrario, desde este crimen más de 10 cadáveres han sido encontrados en esta localidad. En agosto del 2022, el Ejército informó que hirió “seriamente” a Quispe Palomino, ‘camarada José’, en un operativo contra “campamentos terroristas”.
Un año y medio antes, en enero de 2021, los militares habían asestado un duro golpe a la guerrilla al matar en el VRAEM al número dos de Sendero Luminoso, ‘camarada Raúl’, uno de los hombres más buscados del país y hermano de “camarada José”.
Casi todos los líderes de Sendero están muertos o presos, pero sus remanentes, liderados por el “camarada José”, cuentan con unos 350 integrantes, de los cuales unos 80 están armados.
El grupo guerrillero surgió como una organización maoísta que lanzó una llamada “guerra popular” en mayo de 1980, que al cabo de dos décadas de enfrentamientos con el ejército dejó un saldo de 69.000 muertos y desaparecidos, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Poder Judicial se pronuncia
El presidente del Poder Judicial (PJ), Javier Arévalo, expresó su solidaridad con los deudos de los siete policías asesinados en el VRAEM.
“El Poder Judicial, que preside Javier Arévalo, expresa su solidaridad y más sentidas condolencias a familias de los suboficiales que perdieron la vida esta mañana presuntamente en una emboscada narcoterrorista, en el Distrito de Pichari, provincia de La Convención- Cusco, VRAEM”, escribieron.
“Confiamos en las labores de investigación, identificación y pronta captura de los responsables para la severa sanción punitiva”, agregaron.