Un lunes como todos, empezando la semana, las personas iban y venían por la concurrida avenida Universitaria con José de la Riva Güero en el distrito de San Miguel. Faltaban exactamente 15 minutos para que el reloj apuntara el mediodía.
El sol cada estaba cada más intento e iluminaba estas calles muy cerca al conglomerado centro comercial Plaza San Miguel, cuando de pronto la tranquilidad de los transeúntes se vio interrumpida por tres hampones que se bajaron de un auto gris para perpetrar un macabro asesinato. El objetivo: acabar con “La Tota”, un sujeto integrante y sindicado de realizar obras de construcción civil con nexos en el Callao.
Dentro del vehículo blanco, un Honda Fit Aria, de placa A6N-411, se encontraban 7 integrantes de toda una familia: Israel San Román Doroteo, de 40 años, conocido por su círculo como ‘La Tota’, Estrellita Tapia Guerrero, de 37 años, Elías San Román y Luisa Doroteo, padres del conductor y 3 menores de edad, cuando aprovechando que el auto se detuvo en la luz roja del semáforo, estos tres sicarios dispararon a quemarropa a todos los que estaban en él, sin importar la vida de los niños.
Solo el hermano mayor logró salvarse, y es que sentarse al lado derecho del vehículo y los cuerpos que se dejaban caer por las balas lo protegieron de este brutal asesinato que ha consternado a toda la capital. Bastaron 26 segundos para perpetrar este crimen, el cual pone en evidencia que el sicariato en el país cada día cobra más terreno.
Este joven de 17 años, el único sobreviviente, salió despavorido pidiendo ayuda, sobre todo para auxiliar a sus hermanitos de 10 y 12 años, pues por los 19 balazos que recibió su padre, Israel San Román, era imposible socorrerlo.
“Mis hermanos, ayúdenme, nos han disparado, nos han disparado” son las palabras que exclama el joven al ver a toda su familia muerta, llena de sangre por los más de 35 impactos que en total todos recibieron.
Policía investiga asesinato en San Miguel
Para la PNP existe la posibilidad e hipótesis de que todo esto se trataría de un ajuste de cuentas, pues Israel, alias “La Tota”, ya estaba siendo “pedido” por el mundo del hampa. Según el jefe de la Dirincri, Víctor Revoredo, en más de cinco oportunidades lo habían amenazado de muerte, sus nexos con los cobros de cupos por construcción civil le habrían pasado factura.
“Este grave atentado contra la vida y cuerpo de la salud en la modalidad de sicariato donde han resultado 6 personas fallecidas (cuatro de ellos adultos y dos niños) como consecuencia de las hipótesis del trabajo que se viene haciendo las investigaciones de este hecho de sangre. El principal objetivo de esta organización criminal que atentó contra esta familia era el conductor del vehículo (La Tota) toda vez que en él se han alojado toda la cantidad de impactos de proyectiles (disparados), estamos hablando de 19 impactos contra este sujeto”, explicó para Latina.
“Este atentado obedece a una línea criminal que tenía como objetivo por intereses a esta persona (La Tota), vinculados a construcción civil, mayormente en Magdalena, Pueblo Libre y todo Cercado de Lima, con nexos en el Callao. En conjunto con el Ministerio Público ya tenemos una línea de acción referente a estos entes criminales”, aseguró el oficial PNP.
Se encienden las alarmas
Ante este caso, que ha encendido las alarmas y ha puesto en evidencia cómo es que el sicariato sigue ganando terreno en Lima, los alcaldes de diversos distritos, el Poder Judicial y otras instituciones han rechazado rotundamente el actuar salvaje de estos delincuentes, sobre todo por matar a menores de edad.
Hasta septiembre de 2022 se registraron alrededor de 219 asesinatos por encargo. Las mafias y bandas de delincuentes tienen en jaque a la Policía Nacional que no se da abasto para frenar esta ola de crimen que se vive en la ciudad.
En el 2015, en el Perú se registraron 93 muertos por sicariato; en 2020, la cifra creció a 219 asesinatos por encargo a nivel nacional. En el 2021, solo en Lima, se registraron 219 muertes y el 2022 la cifra superó las 300 muertes.