Cuatro iniciativas legislativas que trataban el adelanto electoral para 2023 fueron rechazadas en el Congreso durante esta última semana. El pleno acumuló 11 votaciones y 20 horas de debate, pero no hubo consenso y la Comisión de Constitución envió al archivo este viernes el más reciente proyecto que planeaba comicios para octubre de este año.
En total, 11 diputados de la comisión votaron a favor, diez en contra y uno se abstuvo. Para poder pasar al siguiente paso, necesitaba obtener 14 apoyos. Al tratarse de una reforma constitucional, el proyecto debe ir al pleno, donde necesita 87 votos de 130 a favor y, posteriormente, ser ratificado en una segunda votación en la siguiente legislatura, que comienza el 15 de febrero.
No obstante, al no haber pasado el trámite en la Comisión de Constitución, ni siquiera será debatido.
El adelanto de elecciones generales, que incluyen comicios presidenciales y parlamentarios, es uno de los principales reclamos de las protestas que estallaron en diciembre de 2022, y en las que han muerto 66 personas.
Los congresistas que votaron en contra de debatir en el pleno esta iniciativa legislativa planteada por el Gobierno, ubicados a ambos lados del espectro político, argumentaron que tenían que defender las instituciones democráticas y que esta reforma constitucional dañaba al estado de derecho.
“Si la presidenta siente que no es capaz o no está a la altura del encargo dado por la ciudadanía, que dé un paso al costado. Pero no es su tarea tratar de forzar decisiones en otro poder del Estado como es el Parlamento”, dijo Alejandro Cavero (Avanza País).
Antes de la votación, el ministro de Justicia, José Tello, explicó junto al presidente del Jurado Nacional de Elecciones, el de la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, dicho proyecto de ley que adelantaba los comicios al segundo domingo de octubre de 2023.
El ministro llamó al diálogo entre los poderes en un momento de excepcionalidad y afirmó que el adelanto electoral daría “legitimidad” y “esperanza” a los peruanos. Sin embargo, con la reciente decisión, todo ha vuelto a foja cero. Previamente, fueron rechazadas las siguientes propuestas:
♦ La iniciativa legislativa planteada por Perú Libre, que incluía comicios para elegir a presidente, congresistas y parlamentarios andinos el segundo domingo de julio de 2023 y un referéndum de una asamblea constituyente, que sería planteado a la ciudadanía en esa misma fecha.
Esta propuesta fue apoyada por partidos de izquierda como el propio Perú Libre, Perú Democrático, Juntos por el Perú y el Bloque Magisterial. Sin embargo, la mayoría conservadora (Fuerza Popular, Renovación Popular y Alianza para el Progreso, entre otros) lo reprobó.
♦ La iniciativa del fujimorismo, que proponía celebrar elecciones complementarias en diciembre de este año, lo que implicaba elegir nuevos representantes en el Ejecutivo y el Legislativo para completar el periodo que comenzó en 2021 y concluye en 2026. La propuesta consiguió 54 votos a favor, 68 en contra y 2 abstenciones.
♦ La iniciativa de la presidenta Dina Boluarte, que preveía un adelanto de las elecciones generales a octubre 2023, en vez de abril 2024, como fueron fijadas en diciembre de 2022.
El texto alcanzó 45 votos a favor, 65 en contra y dos abstenciones, y quedó rechazada en el pleno del Parlamento. Al final de la votación, el presidente del Congreso, José Williams, recibió un pedido de reconsideración de la votación.
Renuncia tras cuarto rechazo
Por el reciente bloqueo del Legislativo al adelanto de elecciones, la segunda vicepresidenta del Congreso, Digna Calle, renunció a su cargo en la mesa directiva. En un clip difundido en sus redes sociales, la congresista de Podemos Perú indicó que su dimisión busca que se recomponga la mesa directiva y se constituya una fórmula realmente democrática y representativa.
“Desde el centro democrático creemos que una nueva mesa directiva pueda ser la puerta para que la presidenta Dina Boluarte renuncie y convoque a elecciones generales para el 2023″, dijo.
Calle afirmó que el país “no aguanta más” y que ni la presidenta ni los parlamentarios “quieren hacerse responsables” de la crisis. “En el Congreso hemos dedicado cuatro sesiones, once votaciones y 20 horas de debate sin llegar a los consensos necesarios. Las fórmulas van y vienen, pero las excusas se imponen a la hora de la votación”, remarcó.