Las deudas tributarias son uno de los mayores temores de las gerencias generales en el Perú. Según la asociación Cooperación, actualmente habría aproximadamente S/ 10.000 millones en deudas tributarias por cobrar.
Esta situación se da porque las empresas reaccionan solamente cuando están en pleno procedimiento de fiscalización por parte de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat).
Por ello, una correcta implementación de un protocolo o compliance adecuado, puede incluso exonerar a las empresas de responsabilidad y, además, contar con alertas que les permitan fortalecer sus buenas prácticas.
“La Auditoría Tributaria preventiva es la herramienta para identificar la situación tributaria e identificar los riesgos. Con eso se puede elaborar un diagnóstico y un plan de acción que ayude a minimizar cualquier posible situación adversa”, precisó Jorge Bravo, abogado experto en fiscalidad nacional e internacional.
Más de la mitad de la deuda tributaria que tiene el Estado son multas e intereses tributarios, 50% de la deuda que está motivada por incumplimientos, esto refleja un problema, como diagnóstico que algo está pasando con las empresas que no cuentan con Compliance Tributario, señaló OGMIOS, centro de educación ejecutiva.
En ese sentido, Jorge Bravo, especialista en derecho tributario, dio algunas recomendaciones para evitar sanciones tributarias, penales y pérdidas económicas cuando diriges una empresa en el Perú.
1. Activar y revisar el buzón electrónico: se debe contar con los medios de contacto actualizados, teléfono celular y correo electrónico. Se recomienda dar de alta al menos dos cuentas de correo en caso de que alguna se encuentre saturada y no se pueda verificar alguna notificación por parte de la Sunat.
2. Identificar riesgos en clientes/proveedores: antes de celebrar operaciones se debe investigar a los clientes o proveedores, a fin de encontrar indicadores de confiabilidad, existencia, reputación, verificación periódica de listados.
3. Observar el debido cumplimiento a las obligaciones tributarias de la empresa: comprobar las obligaciones inherentes a la organización y que estas sean cumplidas en los plazos establecidos, para evitar multas e intereses.
4. Erradicar estrategias que impliquen la obtención de un beneficio tributario: Si del análisis se halla indicio de alguna estrategia agresiva, en la cual se vea algún criterio, beneficio o aprovechamiento tributario directo o indirecto y que provengan de alguna figura artificiosa, se deberá informar de inmediato a la alta dirección, a efectos de tomar medidas correctivas, como rectifica ante la Sunat de ser el caso.
5. Recabar elementos que demuestren la materialidad de las operaciones pertinentes de la empresa: es necesario tener a la mano diversos elementos, los cuales brinden certeza a la autoridad sobre las operaciones celebradas.
¿Cuándo el ahorro fiscal se convierte en delito tributario?
El Perú, por evasión fiscal o prácticas de elusión pierden un aproximado de USD 10 mil millones, lo cual equivale al 4.5% del PBI del país, de acuerdo a la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social – Latindadd. Eso implica, a su vez, que las empresas terminan acumulando deudas de miles de soles. Esta situación ha puesto en alerta a los directorios como uno de los puntos más importantes: el revisar los mapas de riesgos.
“Más empresas están siendo cautelosas financieramente, sobre todo ante la incertidumbre política que vive nuestro país. Por lo que, la pregunta más usual es ¿cuándo el ahorro fiscal se convierte en delito tributario? En primer lugar, es importante que sepan que la omisión de pago no constituye un delito fiscal, sino que, para configurar en dicha categoría debe mediar engaño o acto fraudulento hacia el acreedor tributario (Sunat), el cual puede ser por aspectos relacionados a la determinación del tributo a pagar o por el incumplimiento de dicha obligación”, señaló Marysol León, fundadora de Quantum Consultores.
Asimismo, la experta explicó que es importante advertir que los contribuyentes tienen el derecho a la libre elección de las formas jurídicas más beneficiosas desde el punto de vista tributario. Por ello, es importante que dentro de la empresa haya buenas prácticas y capacitaciones constantes a los directivos, para evitar algún incumplimiento que, al final, genere mayores gastos a la empresa. Si no se crea una cultura de prevención de riesgos, la responsabilidad por delitos tributarios, caerá en gerentes y directores.
Por esa razón, la prevención de riesgos es muy importante y saber cómo evitar responsabilidades administrativas, penales o tributarias es realmente lo que debe estar en la agenda de los directorios. Una toma de decisiones correcta y conforme a las regulaciones actuales son las que, en última instancia, generarán menos pérdidas económicas.