La crisis que se vive en el Cusco es de desesperación debido a la escasez de alimentos, combustible y gas doméstico que ha obligado a miles de cusqueños a recurrir a la cocina a leña y carbón para poder preparar sus alimentos, mientras que miles de transportistas viven un verdadero vía crucis al no poder llenar sus unidades para poder trabajar trasladando a turistas y personas que llegan a la Ciudad Imperial sumido en un paro regional indefinido.
La mayoría de Distribuidoras de gas ponen avisos sobre abastecimiento. de la provincia de Anta, en la Panamericana Sur, fueron liberados este miércoles y decenas de vehículos pesados, procedentes de Lima, Ica y el norte del país, que transportan productos de primera necesidad, combustible y gas pudieron llegar hasta Cusco, pero esto no es suficiente, ya que en toda la región la escasez ha llevado a puntos máximos y a la desesperación de miles de personas a adquirir cocinas a carbón y leña.
En las principales distribuidoras de gas se pueden ver a miles de personas haciendo largas filas desde hace varios días para poder llenar sus balones de gas, mientras que en los grifos y centrales de servicio de GLP también se evidencia la fila de decenas de vehículos esperando a que se reanude la venta.
Sin embargo, usuarios de estos centros de abastecimiento denunciaron la presencia de decenas de aprovechadores que venden filas a S/50 soles a personas desconcidas, por lo que no logran llegar a tiempo para llenar su balón de gas.}
El desabastecimiento de gas, combustible y GLP en el Cusco cumple diez díaz debido a las protestas y rechazo de dirigentes que se niegan a levantar el paro indefinido mientras no se cumplan sus exigencias: renuncia de Dina Boluarte, adelanto de elecciones y cierre del Congreso.
Ayer, en horas de la tarde la desesperación de miles de cusqueños que perdieron sus trabajos y buscan la reactivación de la región se enfrentaron a golpes con manifestantes en la avenida La Cultura.
Carbón también escasea
Las miles de familias que viven en el Cusco han aumentado el consumo del carbón y leña en más del 500% debido a la falta de combustible en la región, pero la situación empieza a complicarse aún más porque el carbón también ha comenzado a escasear en la ciudad y otros distritos.
Las cocinas a leña y carbón también tienen una gran demanda y son adquiridas desde 25 hasta 160 soles. Los herreros de la región han logrado atender los pedidos de sus clientes fabricando estos artefactos a partir de balones de gas antiguos y refrigerantes en desuso. Los cortan a la mitad y les adaptan soportes de fierro. “El fierro de estos balones son de mejor calidad, los cortamos y les soldamos las patas. Los estamos vendiendo en 65 soles y hemos vendido más de cincuenta. La gente está desesperada. Las cocinas a gas son prácticamente inservibles si no hay balones de gas”, señala uno de los herreros al diario ‘El Tiempo del Cusco’.
Las filas en los supermercados, bodegas y otros lugares de venta de carbón también son interminables. En poco tiempo esta brasa ha quedado agotado y recién el viernes se volverá a vender, pues los camiones que traen este producto se han quedado varados por los bloqueos en el puente Iñapari, de la región Madre de Dios.
Falta de combustible afecta recojo de la basura
La escasez de hidrocarburo ha obligado que se paralice el transporte público y privado, además de dejar fuera de servicio unidades de atención a la ciudadanía como serenazgo y últimamente limpieza pública. La Municipalidad Provincial de Cusco ha señalado que a partir de la fecha la ciudad no contará con el servicio de recojo de residuos sólidos, ya que los camiones compactadores se quedaron sin gasolina.
“El servicio de limpieza pública en sus etapas de recojo, transporte y disposición final queda restringido hasta nuevo aviso ante la falta de abastecimiento de combustible por las proveedoras y la carencia en la región”, cita textualmente el comunicado.
Además, el presidente ejecutivo de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), Mauro Gutiérrez, advirtió que ciudades como Cusco corren el riesgo de quedarse sin agua potable, debido a una posible falta de insumos para su potabilización.