El 28 de abril del 2011, la Alianza del Pacífico nació gracias a una iniciativa entre Perú, Chile, Colombia y México. Según la Declaración de Lima, la intención del nuevo bloque era “alentar la integración regional, así como un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de sus países”.
Además, se comprometieron a “avanzar progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas”. Sin embargo, a casi doce años de su creación, la alianza pasa por un momento crítico que pone su futuro en la incertidumbre.
En noviembre del año pasado, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador debía entregar la presidencia de la alianza al Perú en México. Sin embargo, no se llegó a dar porque el Congreso rechazó autorizar el viaje al expresidente Pedro Castillo por 51 votos a favor, 58 en contra y 2 abstenciones.
Tras esta decisión, AMLO propuso la cancelación de la cumbre. “Que se cancele el encuentro de los países de la Alianza del Pacífico, porque no le dieron permiso de asistir al presidente de Perú y entonces vamos a proponer eso o buscar otra opción”, indicó.
Además, el mandatario de México deslizó la idea de que iba a consultar con los demás miembros de la Alianza del Pacífico para tomar una decisión final, lo cual se fijó después en que con sus homólogos de Chile y Colombia iban a venir al Perú el 14 de diciembre del año pasado.
Por esas semanas, AMLO ya opinaba con mayor frecuencia sobre la situación del Perú. En más de una ocasión consideró que había “racismo” detrás del intento de la “élite” y los “conservadores” para destituir al expresidente Castillo.
“A ellos lo que les interesa son sus privilegios, y sobre todo el privilegio de mandar, y más en este caso que lo consideran de la sierra, se le añade el racismo, entonces no lo quieren”, declaró el mandatario. “Como no tiene mayoría (Castillo), ahí está sin poder hacer nada, y al conservadurismo, a la élite, no le importa que se paralice, que se afecte todo un país”, apuntó.
Autogolpe frustró todo
Cuando la transferencia de la presidencia de la Alianza del Pacífico se iba dar, el exmandatario Pedro Castillo ejecutó su fallido autogolpe de Estado por el cual cumple 18 meses de prisión preventiva en el penal de Barbadillo por los presuntos delitos de rebelión y conspiración.
Con Castillo en la cárcel, la vicepresidenta Dina Boluarte asumió las riendas del Gobierno peruano. Una de las primeras actividades de su gestión era, precisamente, recibir el liderazgo del bloque tal como la canciller Ana Cecilia Gervasi lo manifestó en una entrevista con RPP Noticias.
“La reunión de transferencia de la presidencia pro tempore que estaba prevista para el 14 de diciembre en Lima fue suspendida por los hechos que todos conocemos, pero continuamos haciendo las coordinaciones con México para recibir esta presidencia que debemos ejercer a partir de enero”, sostuvo. Sin embargo, nada ocurrió.
Como es público, los gobiernos de México y Colombia cuestionaron la sucesión de Boluarte a la presidencia e, incluso, no la reconocen hasta ahora. En respuesta, el Ejecutivo peruano respondió con acciones que han debilitado la integración de la Alianza del Pacífico.
Primero, la Cancillería declaró “persona non grata” al embajador mexicano Pablo Monroy, quien fue expulsado por las opiniones reiteradas de AMLO sobre el Perú. A esto se agregó, además, que el país norteamericano concedió asilo político a Lilia Paredes, esposa del expresidente Castillo.
Segundo, Torre Tagle también ha enviado notas de protestas al embajador de Colombia en Lima por las expresiones de Gustavo Petro por el manejo del Gobierno sobre las protestas sociales que llevan dos meses. Lo más reciente es que se llamó a consulta al representante diplomático del Perú en el vecino país.
Finalmente, Chile se sumó a los cuestionamientos contra el régimen de Boluarte. Durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el presidente Gabriel Boric manifestó que “no podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana república de Perú, con el gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quienes deberían defenderlas. Más de 50 personas han perdido la vida y eso nos debería escandalizar”.
De esta manera, la Alianza del Pacífico tiene a sus integrantes fundadores enfrentados por la actual crisis política en Perú.