Tenían dominado a su antojo las ‘zonas rosas’ de Los Olivos, Comas y Puente Piedra. En esos distritos de Lima Norte, se sentían intocables y extorsionaban a decenas de trabajadoras sexuales, en su mayoría de nacionalidad venezolana. Portaban armas, fusiles y hasta granadas. Su objetivo era amasar grandes sumas de dinero, que podían llegar hasta los 50 mil soles al mes, para llevar una vida de lujos, excesos y mucha droga. La muerte era el costo de no querer pagarles, y ellas lo saben a la perfección.
Se trata de una peligrosa mafia conformada por extranjeros que cayó esta semana en Comas, luego de un operativo sorpresa de la Policía Nacional del Perú (PNP). Según las autoridades, en ese distrito tenían su “búnker” en el que planificaban el “cobro de cupos” de entre 400 a 600 soles semanales a las meretrices, quienes vivían atemorizadas.
“Tienen armas, granadas y tenemos miedo porque lo que ellos nos dijeron es que iban a atentar contra nuestras vidas”, contó una de ellas, bajo el anonimato, para Domingo al Día.
El coronel PNP, Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios, confirmó que estos sujetos son avezados delincuentes, que tenían como “modelo de vida” someter a estas mujeres, y las que se le oponían terminaban muertas.
De acuerdo a la Policía, Héctor Alfonso Prieto Materano, de 36 años, alias ‘Mamut’, era el cabecilla de esta organización criminal. Natural de Caracas, Venezuela, donde ya estuvo encarcelado en el penal de Tocorón, una de las prisiones más peligrosas de ese país.
En su declaración a los oficiales, ‘Mamut’ reveló que ingresó a suelo peruano por la frontera con Brasil y que fue reo por más de dos años y medio. Según dijo, solo lo capturaron esa vez por poseer una pistola sin el permiso de reglamento.
“Una vez que se ubican en nuestro país, empiezan su accionar delictivo, que es su modelo de vida. Ellos no tienen otro perfil de actividad lícita, su actividad es esa: la extorsión y sometimiento”, reiteró el coronel.
Videos publicados en TikTok confirmaron que Prieto Materano y los otros miembros de su banda tomaban los mejores tragos, alquilaban enormes casas con piscina en zonas exclusivas del sur de la capital y poseían prendas, joyas y zapatillas costosas.
“Toda la actividad criminal que realizan, sicariatos, prostitución, extorsión y delitos conexos es para alquilar estos conocidos búnker y yates, donde realizan sus fiestas, dando rienda suelta a sus bajos instintos”, precisó el jefe de la División de Homicidios.
Según la Policía, ‘Mamut’ ordenaba a traer las chicas de Venezuela al Perú, captándolas -muchas veces- con engaños. Algunas trabajadoras sexuales revelaron que les ofrecían trabajos formales, pero cuando llegaban a suelo patrio eran puestas en las calles.
“En su país hay parte de su organización criminal que se dedica a captar a mujeres que necesitan empleo en nuestros país. La captan, las estafan y acá las ubican en hostales, parques y zonas concurridas, como Plaza Norte”, aseveró el coronel.
La captura
La Policía descubrió que el líder de la mafia se había borrado un tatuaje en el brazo derecho para no ser reconocido por sus adversarios.
Para dar con su captura y la de otros ocho integrantes de la red criminal, la División de Homicidios de la Dirincri y la Brigada Especial de Investigación contra la Criminalidad Extranjera hizo un seguimiento de varios días.
“Soy inocente de lo que se me acusa. Yo soy comerciante”, dijo ‘Mamut’ de manera desafiante, a su ingreso a la sede policial de la avenida España, en el Cercado de Lima.
Pese a que negó las imputaciones, las autoridades encontraron durante la intervención drogas, armas, granadas y gran cantidad de municiones, además de un cuaderno con apuntes de los cobros que hacían a las meretrices. En un mes con sus extorsiones, solo en una zona, podían sacar más de nueve mil soles.
“Los cuadernos que ha sido incautados en esta exitosa operación hablan de que son abundantes sumas de dinero que fluctúan entre los 20 y 50 mil soles”, dijo el coronel Revoredo.
Guerra entre mafias
Las ‘mafias del sexo’ integradas por proxenetas colombianos y venezolanos están sembrando el terror en las calles del Cercado de Lima, entre los jirones Cailloma y Zepita, que ya se han convertido en ‘zona rosa’.
Se supo que son varias las mafias que han tomado el control de estas calles lideradas por ciudadanos colombianos, pero desde hace meses varias mujeres han comenzado a recibir mensajes amenazantes de bandas venezolanas exigiéndoles el pago de 200 a 300 soles semanales para trabajar ‘tranquilamente’ en esta zona.
La mafia de venezolanos, algunos integrantes de la peligrosa banda ‘Tren de Aragua’, buscan tener el control de esta parte de Lima debido a que es una de las zonas en las que hay poca presencia policial y es muy asidua por parroquianos que buscan pasar un momento de placer.