El Pleno del Congreso de la República decidió retroceder y ya no interpelará a la canciller Ana Cecilia Gervasi. Más temprano se había aprobado con 44 votos a favor, 71 en contra y dos abstenciones que la titular de la cartera de Relaciones Exteriores sea citada ante la representación nacional para que responda por la expulsión el embajador de México del país.
La solicitud había sido presentada por la congresista Silvana Robles (Perú Libre). Durante su intervención, calificó como “desatino” que la canciller Gervasi haya dispuesto la expulsión del embajador Pablo Monroy por el solo hecho que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se haya referido a la crisis en el Perú.
Además, la parlamentaria Robles agregó que “la repulsa de la comunidad internacional es cada vez más extensa”, en relación a los comentarios de los jefes de Estado en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
En este evento internacional, los presidentes Gustavo Petro (Colombia), Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Xiomara Castro (Honduras) y Miguel Díaz Canel (Cuba) se pronunciaron sobre la crisis política y social en Perú, donde las manifestaciones sociales no cesan contra el régimen de Dina Boluarte.
Sin embargo, la congresista Patricia Juárez presentó una reconsideración a la decisión de interpelar a la canciller Gervasi. De esta manera, con 40 votos a favor, 73 en contra y 1 abstención se dejó sin efecto la moción aprobada horas antes.
Las bancadas de Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País, Acción Popular, Alianza para el Progreso, Somos Perú, Podemos Perú e independientes como Flor Pablo, Carlos Anderson y Edward Málaga respaldaron la propuesta de Juárez.
La tensa relación Perú y México
Tras el fallido golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, los lazos diplomáticos entre Perú y México se agudizaron.
El mandatario López Obrador lamentó que el profesor rural haya sido destituido por el Parlamento. “(...) condenamos lamentablemente que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra, hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”, escribió el pasado 7 de diciembre.
Días después, AMLO sostuvo que su gobierno seguía reconociendo a Pedro Castillo como el presidente de Perú hasta que su destitución “se resuelva en términos de legalidad”.
Además, el jefe de Estado de México lanzó una serie de señalamientos, no sólo en contra de la postura de la actual dirigencia peruana, sino también en contra de Estados Unidos (EEUU) asegurando que país vecino “avala” la destitución del ex presidente Pedro Castillo.
“Lamento mucho que el gobierno de Estados Unidos (que siempre habla de democracia) en vez de pedir que se respetara la voluntad del pueblo, lo que hace es que avala toda la maniobra truculenta para destituir al presidente (Pedro Castillo)”, atajó.
El punto de quiebre fue cuando se supo que el Gobierno mexicano le había dado asilo a Lilia Paredes, esposa del expresidente Castillo, y sus hijos para abandonar el país. En ese contexto, el Gobierno de Dina Boluarte decidió declarar ‘persona no grata’ al embajador Pablo Monroy.
“Informó que el Gobierno de Perú ha declarado persona non grata al embajador de México en Perú, Pablo Monroy, por las reiteradas expresiones de las más altas autoridades de ese país (...) que constituyen injerencia en nuestros asuntos internos y son violatorias del principio de no intervención”, dijo la canciller Ana Cecilia Gervasi en una declaración.
Tras la decisión, AMLO lamentó la decisión del gobierno peruano, calificó como “arbitraria” y refrendó su apoyo al diplomático Monroy.
“Lamento la decisión que tomó el Gobierno de Perú, un gobierno muy cuestionado en su conjunto por su proceder, sobre todo por optar por la represión y no buscar una salida, mediante el diálogo y con el método democrático de convocar a elecciones lo más pronto posible para evitar una situación de inestabilidad política”, dijo.