La crispación y el descontento social crece cada día en el Perú. En los últimos dos días fallecieron tres personas más, una mujer de 35 años con una herida de bala en la cabeza (Puno) y dos hombres en esta misma región y Arequipa. Sus muertes suman al largo historial de decesos que pesa sobre el gobierno de Dina Boluarte, pues en menos de mes y medio de gobierno ya se cuentan 54 fallecidos, entre los que se cuentan 44 civiles y un policía producidos durante enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden. Y este viernes por la noche se sumó una víctima más en Ilave, Puno.
Pese a la crisis, en su último discurso, la presidenta ignoró las principales demandas políticas de los manifestantes y dejó claro que no renunciará.
Este 19 de enero se produjo la convocatoria más grande, denominada La Toma de Lima, en la que ciudadanos del sur andino, principalmente, y el norte (Puno, Cusco, Ayacucho, Andahuaylas, Apurímac, Chiclayo, Ica y Piura) llegaron a la capital. Ellos exigen la renuncia de Boluarte, su gabinete y el adelanto de elecciones para este 2023 y no 2024, como se impuso el Congreso pese a la crítica situación sociopolítica.
Fue la jornada más dura para el país, pues hasta la noche se contabilizaron hasta 180 puntos bloqueados, mientras que el 38% de las provincias del Perú registraban un bloqueo, movilización o marcha pacífica, de acuerdo a los reportes actualizados de la Defensoría del Pueblo.
“Solo hemos tenido un conflicto semejante a este en noviembre del 2020, donde la agenda estaba compuesta por demandas exclusivamente políticas, como ahora, en los que este caso son el cierre del Congreso, la renuncia de la Presidenta de la República y la instalación de una Asamblea Constituyente. Hay una complejidad muy grande en este conflicto y lo que se requiere es apurar la salida política respecto de la cual ya hay un consenso en relación al adelanto de elecciones, pero una discrepancia sobre los plazos, sobre los tiempos. Para algunos es el 2024 y ese es el sentido del proyecto de ley que se ha presentado. Sin embargo, hay una demanda ciudadana que presiona porque sea el 2023. Ese es un punto álgido, yo diría que central, que tiene que ser terminado de debatir y de analizar según las circunstancias que está pasando el país en un plazo bastante corto”, explica el adjunto para la Prevención de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, Rolando Luque.
Marcha por Lima
El 19E, Lima vivió horas de polarización, desconcierto y angustia. En el Centro Histórico se registraron enfrentamientos con la Policía que, por fortuna, no dejaron ninguna víctima mortal que lamentar. Imágenes captadas muestran que algunos manifestantes arrojaron piedras y otros objetos contundentes a los oficiales, mientras que estos respondían lanzando lacrimógenas y disparos directamente al cuerpo, lo que contraviene a los protocolos que rigen en el país.
Además, se originó un incendio en una antigua casona del Centro de Lima, ubicada en el jirón Contumazá. Según declaraciones a medios locales de algunas personas que residían allí, el fuego lo inició un artefacto lacrimógeno lanzado por la PNP; sin embargo, el ministro del Interior, Vicente Romero, negó tales acusaciones. A las versiones ciudadanas se añadió la información de que los manifestantes no tenían pase hacia esa zona del Cercado, puesto que los efectivos cercaron la Plaza San Martín desde temprano, ante la inminencia de la llegada en masa de los grupos en protesta.
En Miraflores las marchas se desarrollaron pacíficamente, aun así los efectivos policiales hicieron uso de lacrimógenas para dispersar a los grupos, sin respetar su derecho a la protesta.
Otro punto que llamó la atención de las marchas fue su poca organización, puesto que estuvieron bastante dispersos por varios puntos de la capital, lo que hizo más sencillo la labor de la Policía para controlarlos.
En regiones, nuevamente la situación fue de violencia, puesto que se registraron daños a los aeropuertos de Arequipa y Cusco, donde se dejaron destrozos y daños graves en los muros.
Mensaje a la Nación que no llama al diálogo
Ya a las 21 horas la presidenta Dina Boluarte dio un mensaje a la Nación en el que saludó la actuación de la Policía, pues en Lima no hubo decesos ni heridos de gravedad. Según el experto, esto demostraría que la PNP puede controlar los actos de violencia sin tener que recurrir a disparos, tal como ha ocurrido en regiones del sur, de donde provienen la mayoría de las 53 víctimas mortales.
“Estamos viviendo en un momento de mucha tensión donde en cualquier momento puede haber un desenlace trágico de hecho. El día de ayer en Puno y en Arequipa hubo dos fallecidos en enfrentamiento con la PNP. Acá en Lima ha habido enfrentamientos muy duros en varios puntos del Centro Histórico, felizmente la Policía Nacional ha tenido un comportamiento mucho más prudente, ha resistido los ataques de los manifestantes y ha logrado conjurar la situación de violencia. Sí, ha habido su cuota de violencia ayer, pero no han habido muertos ni heridos graves. Entonces, hay que tenerlo en cuenta, porque efectivamente la Policía puede tener un comportamiento ajustado a la ley de uso de la fuerza y a su propio reglamento, pero no podemos seguir viviendo en esta situación de permanente tensión”, explicó al respecto el representante defensorial.
Sin embargo, en el mensaje de la presidenta se recurrió, nuevamente, a tachar de manipulados a los manifestantes, a la vez que advirtió que ya han identificado a los “azuzadores” y que se iniciarán las investigaciones fiscales contra ellos. “Ustedes quieren quebrar el Estado de derecho, quieren generar caos y desorden, y dentro de ese caos y desorden, tomar el poder”, dijo a los ciudadanos, lejos de tender el diálogo. Además, desconoció sus demandas, pues, en su perspectiva “no hay ninguna agenda social que el país necesita”.
Continúan las manifestaciones
Este 20 de enero las multitudinarias protestas en diferentes regiones aún continúan y al menos la cuarta parte de las provincias registran una manifestación, paro parcial o total y toma o bloqueo de carreteras. También reportan que decenas de heridos dejaron enfrentamientos con las fuerzas del orden en Lima, Arequipa y Cusco.
Además, hasta la fecha los reportes oficiales dan cuenta de que un total 772 resultaron heridos durante los enfrentamientos y poco más de 400 agentes de la Policía Nacional.
Hasta hoy el departamento de Puno es donde el luto se vive con más fuerza, pues solo en la región se cuentan 20 fallecidos, 17 de ellos en un solo día: el 9 de enero, fecha que marcó el crecimiento del rechazo al régimen de Dina Boluarte y su premier Alberto Otárola, quienes han sido denunciados penalmente por los delitos de homicidio calificado y lesiones graves.
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