Narcotráfico en Perú: sus inicios, su principal impulsor y el conflicto armado que desató

El negocio de las drogas es uno de los peores flagelos que golpean a la humanidad. No solo destruyen a quien las consume, sino también a sus familias, seres queridos, la sociedad en la que viven y hasta al país entero.

Y como cada historia de terror, todo tuvo un inicio casi de casualidad, en la que la necesidad de sobrevivir se convirtió en la excusa perfecta para convertir un lugar que parecía un pedacito de cielo en la tierra en un verdadero infierno.

Este es el caso de cómo se dio inicio al terrible negocio del narcotráfico en un lugar más allá del Alto Huallaga, llamado Paraíso (Huánuco).

Aunque muchos no lo puedan creer, todo se inició el 31 de mayo de 1970. Aquella infausta tarde, un terremoto de 7.9 grados en la escala de Richter destruyó buena parte de Áncash y hasta se sintió en Lima y en La Libertad. Lo peor vino después cuando un aluvión destruyó la ciudad de Santa Domingo de Yungay y a casi 20 mil de sus habitantes. Una tragedia que es recordada hasta hoy.

Entonces decidieron mirar más adentro del país y cruzar la cordillera de los Andes hasta llegar al Alto Huallaga a una zona a la que llamaron Paraíso.

Al encontrarse casi en la miseria, el gobierno de ese entonces decidió apoyarlos económicamente con un subsidio total por casi tres años seguidos.

Tan solo una quinta parte de la población original que había llegado decidió quedarse en su nuevo hogar. Y comenzaron a dedicarse a la ganadería y a la agricultura. Hasta que en 1978 les cambió la vida al iniciar el cultivo de hoja de coca.

No pasó mucho tiempo para que se vieran los resultados de esa trascendental decisión, que logró convertir el poblado en una especie de pequeña ciudad cosmopolita en la que había absolutamente de todo. Desde restaurantes de lujo, discoteca, prostíbulos hasta vehículos de lujo, hoteles cinco estrellas. Todo pasando por los excelentes sueldos que tenían los obreros.

Para estos últimos también solían llevar a los cantantes y otros artistas de moda, las vedettes del momento llegaban. Estas bondades, y muchas más, causaron que muchos llegaran para tomar, aunque sea un poco, del gran pastel preparado a base de cocaína.

Un punto a favor para que todo vaya de las mil maravillas era que Paraíso era un sitio muy poco accesible. La manera más fácil de llegar era la vía aérea.

Con el nacimiento del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, también llegarían los verdaderos problemas a Paraíso. Y es que los miembros de esta insana agrupación terrorista vieron aquí el lugar ideal, pues podrían conseguir dinero fácil y no habría autoridad que se los impidiera.

Primero, sus miembros fueron llegando de a pocos y estudiaron el lugar. Luego dieron inicio a sus incursiones armadas, aunque sin causar daño a nadie. Solo querían hacerse notar.

Pero el poder de Sendero Luminoso estaba creciendo cada vez más (se hizo del control en Tocache y Uchiza) y de a pocos se convirtieron en la máxima autoridad de la zona. Tanto que intercedieron, mediante un comité popular, en los problemas pagos que algunos trabajadores tenían.

Este nuevo orden senderista creció tanto que, por fin, la Policía Nacional se vio en la obligación de intervenir y gracias a las Unidades Especiales de la PNP, lograron recuperar Tocache, el centro de la zona. Este solo fue el inicio del fin de la relación entre los narcotraficantes y los terroristas.

Según el Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) hay hasta tres teorías de lo que habría pasado para que se termine el vínculo entre Sendero Luminoso y ‘Machi’, el narco que mejores relaciones tenía con ellos.

La otra apunta a que los muertos eran en realidad once trabajadores de ‘Machi’ y que un grupo terroristas los vieron conversando con su jefe por radio. Estos creyeron que estaban coordinando un operativo con la policía y acribillaron a siete de ellos. Los otros cuatro fueron perdonados con la condición que se unan a sus filas.

La última hipótesis señala que el mismo ‘Machi’ mandó a secuestrar a un ganadero en Paraíso. Pero como este reconoció a sus captores, los convenció de que lo dejaran en libertad. De esta situación se enteró el mando senderista y decidió hacerle la guerra al capo.

Como haya sido, la cosa es que ya en 1987 la guerra estaba declarada en Paraíso. Para no quedarse atrás, ‘Machi’ llegó a armar un ejército de casi 100 hombres con los que se dedicó a buscar a cada miembro de Sendero que se le cruzase en el camino para matarlo. Bastaba con solo sospecharlo para acabar con alguien.

Lo más curioso es que, según el exlíder terrorista Florindo Eleuterio Flores Hala (a) ‘Camarada Artemio’ confesó años después en una entrevista brindada a Gustavo Gorriti que Marcelo Ramírez fundó el Movimiento AntiTerrorista (MAT) para acabar con las huestes senderistas.

Algo de cierto podría haber en esta situación, pues en la Comisión de la Verdad y Reconciliación quedó registrado que el pequeño ejército de ‘Machi’ recibió apoyo de la Policía Nacional. Hasta se vestía como si fuera un comandante.

Como aquella vez en noviembre de 1987, en la que durante una refriega entre el MAT y SL, Ramírez se encontraba acorralado a punto de ser ultimado por los senderistas. Pero como en las películas de acción, fue rescatado a último minuto cuando dos helicópteros de la PNP llegaron y lo sacaron de ahí.

Finalmente, nadie pudo dar una información certera sobre el paradero final de Marcelo Ramírez. Algunos apuntaron a que huyó a Panamá. Otros, que fue ultimado por los propios miembros de la Policía para que no hable todo lo que sabía sobre ellos.

Y aunque ese fue el final de Paraíso como La Meca de la cocaína, el ‘negocio’ quedó en manos terroristas y se trasladó a otros lugares más al sur de la sierra de nuestro país y hasta hoy sigue siendo uno de los problemas más gravitantes del Perú.

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