Jorge Nieto cuestiona el discurso de la presidenta Dina Boluarte : “Veo un pedido de perdón, pero sin propósito de enmienda”

El exministro de Defensa y Cultura señala en diálogo con Infobae que el Gobierno ha tomado una ruta equivocada para afrontar la crisis. Además, crítica que no se establezca la responsabilidad política del premier Alberto Otárola por los fallecidos durante las protestas en el sur del país.

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Jorge Nieto es político y sociólogo peruano.
Foto: Andina.
Jorge Nieto es político y sociólogo peruano. Foto: Andina.

La crisis política en Perú no tiene cuando acabar. Esta semana, la espiral de violencia llegó a su punto más alto que cobró la vida de más ciudadanos que salieron a protestar contra el gobierno de Dina Boluarte. Al respecto, la presidenta de la República acabó con su silencio el viernes pasado para brindar un discurso que, lejos de bajar la tensión, lo agudizó y se prevé que la polarización se mantenga en los próximos días.

Frente a este panorama, Infobae buscó la opinión de Jorge Nieto, exministro de Defensa y Cultura, para que nos brinde su análisis agudo sobre lo que pasa. En su impresión preliminar es que el Ejecutivo ha tomado una ruta equivocada y no existe propósito de enmienda ante los errores cometidos.

Las últimas encuestas de IPSOS y el Instituto de Estudios Peruanos revelan que Dina Boluarte tiene más del 70 por ciento de desaprobación en su primer mes de gestión. ¿Es un signo claro que no cuenta con legitimidad social?

Bueno, yo lo vengo advirtiendo desde hace unos días. Se ha elegido una ruta que no es la más adecuada y, luego, se ha insistido en ella de una mala manera. De modo que no podemos persistir en esa discusión. Necesitamos abrir un espacio para dialogar, encontrar rutas que busquen tranquilizar los ánimos y encontrar formas de salida. De lo contrario, lo que nos espera por delante son más muertos y no lo podemos seguir tolerando. El país no puede concebir una democracia sobre la base de las muertes de ciudadanos y no encontrar, además, de parte de sus autoridades un reconocimiento político de esas muertes.

No estoy hablando del tema judicial que eso tiene su curso y ya se verá, pero el reconocimiento político. Casi medio centenar de muertes no es normal ni está correcto. Por tanto, ahí hay una insatisfacción que se ha dado y las encuestas nos están mostrando ese rechazo. En las encuestas también se ve un rechazo muy grande de la ciudadanía a la violencia. Todo acto violentista es rechazado con contundencia. Por tanto, requerimos abrir un espacio de diálogo, con todas las dificultades que supone, en el cual estén involucrados todos aquellos que tengan predisposición de sentarse a conversar. Los únicos que se han excluido de ese diálogo son los violentistas que deben llevados a juicios para que respondan por sus actos.

Las encuestas nos muestran una sociedad todavía bastante sana que tiene la capacidad de señalar lo que le parece incorrecto.

La presidenta Dina Boluarte brindó un mensaje a la Nación, el último viernes, con varios componentes. Por un lado pidió perdón, pero también siguió con este discurso confrontacional y con la consolidación institucional del terruqueo. ¿El discurso fue contradictorio?

Lo que pasa, Rodrigo, es que no hay perdón que valga si no hay propósito de enmienda. Y lo que hemos visto en ese discurso es que no hay propósito de enmienda. Se persiste en la misma distinción y que se anuncie, por tanto, nuevas situaciones complicadas. Ojalá que eso no derive en más muertes. Pero todo pedido de perdón, eso lo sabemos por la cultura católica, tiene que tener junto con él un propósito de enmienda. Y aquí es lo que no hemos visto.

Un ejemplo de que no hay un propósito de enmienda es que ayer se haya decretado Estado de Emergencia a Lima y otras regiones, así como declararán este 2023 como el “Año de la unidad, la paz y el desarrollo” a pesar de las casi cincuenta muertes que hay por las protestas en el país ¿Piden diálogo, pero hacen lo contrario con estas acciones?

Están en la ruta equivocada y no lo están corrigiendo. Mientras sigan en esa ruta, va ser muy complicado que ella [Dina Boluarte] tenga posibilidades de priorizar una obra positiva para el país. Ese es un hecho. No podemos seguir, como hemos estado durante tanto tiempo, regoniandonos en matar indios, perdón que lo diga con el lenguaje que se usaba en el siglo XVI o XVII. Una democracia no se puede construir sobre las facilidades de cincuenta cadáveres de ciudadanos sin que no haya ninguna responsabilidad política. El modo en el que el Gobierno, y un político, pide perdón es poniendo a disposición los cargos de los ministros que estaban de responsables en esas situaciones que dieron como resultado esas muertes. No se prejuzga en absoluto cuando se hace eso porque no hay culpabilidad alguna. Pero si hay un hecho político, no es normal que haya medio centenar de muertos. Por tanto, veo un pedido de perdón pero sin propósito de enmienda y eso es lo que está fallando.

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¿El premier Alberto Otárola es el responsable político de todas las muertes que se han dado?

Bueno, es claro que fue responsable político cuando fue ministro de Defensa y ocurrieron las manifestaciones en diciembre que tuvo 22, 23 o 24 muertos. En vez de asumir responsabilidad política, cosa que yo le propuse a la señora [Dina] Boluarte cuando conversé con ella, fue ascendido a primer ministro, lo cual nos indica en qué dirección va la política de este gobierno. Es lo que tiene que ser corregido porque esto no se trata de tener timidez o ser precario para resolver el tema de los grupos organizados violentistas. Eso tiene que hacerse porque lo he venido reclamando desde hace días. Necesitamos hacer lo que se hizo en su momento: investigar y colocar ante el fiscal y el juez a los violentos. La sociedad peruana no quiere violencia ni mucho menos regresar a las épocas nefastas del terror. Pero eso no implica, al mismo tiempo, que se tome como base la ley para castigar a los que no hacen daños vandálicos ni la propiedad de la gente. Necesitamos un espacio de diálogo y conversación.

Dina Boluarte pidió perdón, pero siguió con el discurso confrontacional. Foto: Presidencia del Perú.
Dina Boluarte pidió perdón, pero siguió con el discurso confrontacional. Foto: Presidencia del Perú.

Escuché el otro día que le planteó a la presidenta Boluarte que analice el escenario de la renuncia. Pero el premier Otárola sostiene que no lo hará. Si la escalada de violencia aumenta en los próximos días, ¿esta debe ser la salida a la crisis?

Ya desde hace tiempo debe pensar en eso [la renuncia]. La situación es muy complicada y dramática. No es un asunto personal, sino que ciertas acciones y actitudes pueden destrabar o resolver lo que pasa. [Dina Boluarte] Ella todavía debe analizar todas las posibilidades, pero creo que no se está dando cuenta.

¿Usted cree que esté rodeada de un entorno que le impide ver la realidad?

Mire, si ve las encuestas que es una forma de leer a la sociedad. [Dina Boluarte] Debe tomar en cuenta la opinión de la gente. Hay un Gobierno democrático cuando lee lo que la sociedad le está diciendo, asume sus responsabilidades y produce una efectiva rendición de cuentas. Por tanto, yo espera que lea las encuestas con sus ministros, incluso con los más reacios, y vea la situación del país para que salgan de este marasmo en el que están metidos.

¿Falló la estrategia del diálogo antes de emplear la fuerza de la represión para evitar tantos fallecidos y heridos?

Es difícil decirlo cuando ya ha pasado. Es fácil ser general después de la batalla. No lo sé, pero creo que una mejor política hubiese logrado mejores resultados.

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¿Fue un error la designación de Pedro Angulo como premier por parte de la presidenta Boluarte? Resultó alguien ausente en medio de las protestas...

Hubo una ausencia enorme porque nadie estaba en la conducción. ¿Cuál era la necesidad? La Constitución le pauteaba plazos. Si ese era su propósito [escoger a Pedro Angulo como premier], tuvo que ver de qué manera podría solucionar [las protestas]. Uno tiene que ver las informaciones de fuerza y ver de qué manera implementar una política u otra. [Dina Boluarte] Ella ha tomado la decisión de ir al adelanto de las elecciones, luego de las críticas. Y el Congreso ha aceptado adelantar las elecciones como resultado también de la presión. Lo que vemos, claramente, es una elite política en el Gobierno y el Congreso que está reaccionando solamente con la presión de la gente. No toman ninguna iniciativa, pero cuando lo hacen van en el sentido contrario de lo que la gente está demandando. Por tanto, eso se refleja en los resultados de las encuestadoras. De alguna manera, es la percepción de la gente y la opinión mayoritaria de lo que se desea hacer.

Con un cartel que reprocha los muertos en las protestas, manifestantes volvieron a marchas contra la presidenta peruana Dina Boluarte en Lima, Perú, el jueves 12 de enero de 2023. Quienes protestan exigen un adelanto electoral inmediato, la renuncia de Boluarte, la liberación del destitución presidente Pedro Castillo y justicia para los 48 manifestantes fallecidos en enfrentamientos con la policía. (AP Foto/Martín Mejía)
Con un cartel que reprocha los muertos en las protestas, manifestantes volvieron a marchas contra la presidenta peruana Dina Boluarte en Lima, Perú, el jueves 12 de enero de 2023. Quienes protestan exigen un adelanto electoral inmediato, la renuncia de Boluarte, la liberación del destitución presidente Pedro Castillo y justicia para los 48 manifestantes fallecidos en enfrentamientos con la policía. (AP Foto/Martín Mejía)

Dentro de las demandas del sur están la renuncia de la presidenta Boluarte, el cierre del Congreso y la asamblea constituyente que despierta polarización. ¿Este tema debería ser abordado y debatido?

Todo se puede conversar, pero eso no significa que se vaya a concretar. La verdad en política no es de cada actor, sino el resultado derivado del diálogo y la discusión pública. Debemos tener una agenda abierta en la cual se incluyan todos los temas de quienes llegan a la mesa de conversación. De la mesa de conversación, solamente se han excluido los violentos. Todos los demás que quieran establecer un diálogo o conversación para resolver la situación, deben traer sus propios puntos de vista. Nadie tiene derecho a recortar la agenda de la conversación de actores que tienen ideas distintas, pero al mismo tiempo nadie tiene derecho a imponer sus propios puntos de vista. La verdad en política siempre es resultado de la deliberación.

Si se diera la renuncia de la presidenta Boluarte, quien asumiría por sucesión constitucional sería José Williams. ¿Usted cree que, por la formación militar del titular del Congreso, la escalada de violencia podría aumentar si éste adopta medidas más duras de lo que estamos viendo para reprimir las protestas? ¿Podría plantearse el cambio de la Mesa Directiva para conducir una transición corta?

Mire, yo he visto el comportamiento del general [José] Williams en la presidencia del Congreso que ha sido bastante sensato y moderado. Pero, más allá del comportamiento personal, habrá que ver cómo se produce una salida y composición que sea la más favorable para resolver la crisis política. De antemano, sabemos que tenemos un horizonte de posibilidades muy abierto. De modo que eso solo puede resolverse en el proceso de diálogo y conversación política. Es allí donde estamos trabados porque no parece haber alguna comunicación abierta de los distintos actores que están en la escena política. Vemos que, por un lado, hay esta intención de arrasar, dinamitar y generar complicaciones en los actores minoritarios y organizados que tiene demandas legítimas, y; del otro lado, vemos el viejo reflejo punitivo. Con esas dos maneras de entender el proceso, no tenemos opción o una solución de cementerio.

Un gesto político que reclama la población es el adelanto de las elecciones generales para este año y no abril del 2024. ¿El Congreso debería revisar su decisión para calmar la tensión?

Para mi, el tema fundamental en el Perú es el proceso electoral que es lo que no estamos discutiendo. ¿Qué es lo que pide la sociedad? Que hayan nuevos actores que ingresen en la política. No quieren que el ‘que se vayan todos’ se convierta en ‘vuelven los mismos’. Por tanto, necesitamos en ese proceso de conversación de las elecciones poner por delante el tema de las mínimas reformas que supongan una apertura del sistema político a nuevos actores. Eso es fundamental y, creo que si alguna tarea tuviera por delante el gobierno de la señora Boluarte, sería colocar ese tema central [las reformas] en el debate parlamentario. El gobierno tiene la capacidad de hacerlo y, por tanto, debería garantizar mínimas reformas.

¿Cuáles?

Por ejemplo, que para ser candidatos a presidentes, vicepresidentes y congresistas solo se exija los requisitos que se exigen en la Constitución: ser peruano de nacimiento, tener una edad mínima y todo lo demás. Entonces, ahí sí realizamos una apertura efectiva del sistema político que hoy es un club cerrado, en el cual la mitad no cumple las reglas que le pide a los demás. Otro tema fundamental es impedir que sean candidatos aquellos que tienen sentencias judiciales o tienen procesos claramente establecidos en la judicatura. No queremos pillos, picaros y delincuentes en el Congreso como lo hemos visto.

Otro asunto fundamental es respetar los organismos electorales. No es que yo piense que los organismos sean perfectos porque creo que, por ejemplo, se necesita una auditoría técnica al mecanismo o instrumento estadístico que usa la ONPE. Y esa auditoría tiene que venir por movimientos o técnicos en la especialidad e independientes de los partidos políticos que son los actores interesados en que eso funcione perfectamente. Pero, al mismo tiempo, es necesario respetar el mandato constitucional tanto de la ONPE, Reniec y el Jurado Nacional de Elecciones. Son organismos constitucionales autónomos de los cuales el Congreso no puede intervenir. Estos tres temas fundamentales deben ser asumidas por este gobierno, pero no lo veo mirando el futuro y, más bien, están a la retaguardia viendo de qué se guarece de las protestas

Congreso de la República.
Congreso de la República.

¿Hay un retroceso en la lucha por la defensa de los derechos humanos a partir de la decisión de la Fiscalía de cerrar varias sedes especializadas en este tema cuando familias quieren justicia y saber si las balas que acabaron la vida de sus seres queridos vinieron de las fuerzas del orden y de otros grupos?

Los responsables son los políticos que han tomado las decisiones. Fuerzas armadas y policiales reciben instrucciones y órdenes que deben cumplirlas. Si las cumplen bien o mal, eso es un tema menor en el ámbito judicial que se verá en su momento. Los responsables son los políticos que toman las decisiones. No se pueden esconde detrás de un sentimiento de algunos sectores de impunidad ni detrás de la institución que es la operativa en estas circunstancias. No será la primera vez que la responsabilidad de los políticos se la trasladen a los militares y los policías.

Los reportes del extranjero nos muestran que estamos muy polarizados y resulta una pena porque el Perú se le percibía como un país prospero desde lo económico. ¿Qué imagen vamos a dejar de todo esto cuando pase a la comunidad internacional?

Ya lo vimos en la pandemia, ¿no? En la pandemia nos enteramos de lo que ocurría con la contabilidad de los ciudadanos. Todo por la prensa extranjera y sus cables digitales. Entonces, no es la primera vez que ocurre porque las crisis desnudan a las sociedades y los hombres. Desde aquella vez de la pandemia nos mostró un Estado que no tenía las capacidades ni la voluntad para hacerse cargo de la invitación. Miles de ciudadanos murieron sin oxígeno abandonados por el sistema público de salud y el privado que era tan caro que no podía aspirar a ello. Diría que estamos pasando lo mismo porque tenemos una sociedad con altas cuotas de discriminación y racismo. Usted ponga un mapa de la pobreza y de la electricidad del país, y verá justamente zonas más indias y pobres. Lo que estamos viendo es lo que somos. Cuando fui ministro de Cultura, la tarea fundamental es definir la lucha contra la discriminación, especialmente de los que están en Ética. Es una mirada que comprende al país y debe corregirse.

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