La historia de un peruano que brilla en el exterior suele ser motivo de alegría para sus compatriotas. Jessica Retis es una de las peruanas que ha conseguido labrar un camino exitoso por donde se le mire. Horas de estudio, momentos de tensión, miedo, alegrías y más emociones formaron parte de quien ahora se ha convertido en la primera mujer inmigrante en asumir la dirección de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona en Estados Unidos.
La periodista y catedrática reveló a Infobae cómo fue la construcción de ese camino que inició desde muy pequeña en el seno de una familia que nunca antes había cursado estudios universitarios.
El arte de enseñar, la mentoría y ser consciente son las cualidades que Retis manifiesta como pilares fundamentales para el éxito de su carrera y el de cualquier estudiante en el mundo.
Desde muy pequeña Jessica vivía rodeada de periódicos. Su padre era linotipista, por lo cual era usual ver todos los días un periódico en casa. Entre los recuerdos más añorados de su infancia está el haber conocido a profesores que no solo cumplían con su labor académica, sino que también ejercían una práctica crucial para el futuro de la catedrática. Ellos más que profesores, eran mentores.
“Para mí el tema de los mentores es muy importante. Por eso, gran parte de mi trabajo busca tener presente el rol de la mentoría no solo dentro del salón, sino también fuera. Yo aún sigo en contacto con muchos de mis estudiantes que ya se graduaron hace años”, alega la peruana.
Las dudas no son ajenas a ningún ser humano y Jessica lo sabe. En los momentos que dudó de su capacidad, una vez más encontró a docentes que estaban dispuestos a abarcar todo lo comprende el rol de educar.
“Encontré mentores que reconocieron en mí cierto potencial e hicieron ese esfuerzo extra por conversar conmigo y decirme ‘tú vales’ y eso es importante para cualquiera. A veces uno tiende a no creer en su potencial y ahí es imprescindible el reconocimiento”, sostiene Retis.
La retribución es una de las actividades que fomenta y ejerce la periodista. Se trata de una cadena positiva y para que esta siga, es necesario que se cumplan dos cosas, encontrar a un mentor que esté alerta a los estudiantes que necesiten ese apoyo y por otro lado, la iniciativa del estudiante de acercarse a los mentores y pedir apoyo. “Debe ser una fórmula recíproca”, refiere la comunicadora.
“En mi entorno familiar soy la primera integrante en ir a la universidad. Mi interés por cursar estudios superiores nació en la escuela. Yo sacaba muy buenas notas, era muy curiosa y recuerdo que conversaba con las profesoras. Ellas me preguntaban si había pensado qué estudiar en la universidad, incentivándome a tomar esa decisión”, narró mientras recordaba aquel episodio de su vida.
Sin embargo, el factor económico trataba de interponerse entre los estudios y Jessica, pero esto no duró mucho tiempo, debido a que el trabajo intelectual que forjó desde el colegio comenzó a relucir.
“Yo no tenía la capacidad económica para una universidad, así que mi única opción era trabajar para pagar mi educación. En el colegio estuve becada y en la universidad también por mi promedio de notas. Pasé la mayor parte de mi vida universitaria con becas parciales”, comentó.
Trabajar y estudiar es casi una constante en los jóvenes peruanos. La catedrática peruana también pasó por lo mismo y cuenta que esto hizo que acabara sus estudios en un tiempo mayor al establecido por la carrera.
La educadora hace hincapié en que es necesario que las personas realicen sus trabajos a conciencia porque los logros no son sorpresivos.
“Los logros no vienen de sorpresa. Yo era bastante consciente de que tenía que esforzarme el doble. Ser consciente de este doble esfuerzo me puso un parámetro y tenía en claro cómo eran las cosas para mí”, afirmó.
Su primer trabajo para costear sus estudios universitarios curiosamente estuvo ligado al periodismo. Inició como reportera de una revista nacional y luego, pasó a ser jefa de edición. Como todo profesional abarcó más rubros de la carrera de comunicaciones, entre ellos la publicidad y la televisión.
No obstante, desde el colegio estuvo realizando periodismo. Sin saberlo, un periódico escolar se había vuelto su lugar de publicaciones y su primer espacio de prácticas.
Pasó por varios medios nacionales, hasta que decidió escalar en su vida académica. Inició su maestría en México desde donde trabajaba enviando notas a Perú y donde en poco tiempo descubriría su segunda pasión, la educación.
“Como parte de los requisitos para llevar adelante la maestría me pedían que de una cierta cantidad de clases y yo nunca lo había hecho. Fue así que busqué la oportunidad, dicté y supe cómo era manejar a un grupo de alumnos siendo yo muy joven. Tenía solo 24 años y la diferencia de edad entre los alumnos y yo era mínima”, expresó entre risas la directora de la escuela de periodistas de la Universidad de Arizona.
“Aquella experiencia hizo que descubriera mi otra pasión, que era compartir mis avances de investigación con estudiantes de periodismo y comunicaciones. Desde esa primera vez no he dejado las aulas. He cambiado los idiomas y países, pero las aulas siempre se han mantenido. Mi vida universitaria ha sido paralela a mi vida profesional”, añadió.
Pasaron varios años y continuó sus estudios con un doctorado en España. Similar a años anteriores, el tiempo de estudio duró más de lo normal. Pasaron 10 años para sustentar el grado de doctora y ‘tirar la toalla’ se había vuelto una opción, pero finalmente, no se dio.
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“Mi compañero de vida ha sido mi principal apoyo para que yo pueda encerrarme horas y escribir los capítulos de la tesis. Él se llevaba a los niños a los parques y museos. Mis hijos conocen todos los museos de Madrid”, agrega entre risas, recordando aquel episodio.
“Mis hijos escuchaban constantemente la palabra tesis, inclusive las madres en el colegio me preguntaban cómo iba la tesis y cuando por fin la terminé y le enseñé a mis hijos el trabajo, se sorprendieron porque prácticamente era un libro”, dice Retis.
Su trabajo profesional la llevó a trasladarse a Estados Unidos, donde luego de varios años de estudios, mentoría y reconocimientos, le llegaría una propuesta que la llevaría a hacer historia convirtiéndose en la primera latina en asumir la dirección de la Escuela de Periodismo en la UA.
Una vez más, Jessica Retis, recordó aquellas veces de pequeña en la que sus profesores la aconsejaron y los buscó para que la orienten en este gran paso para su carrera.
“Al recibir la noticia para asumir la dirección, llamé a mis mentores de la Universidad de Lima y me escucharon, aconsejaron y orientaron y eso es invaluable. Yo no hubiera podido hacer estas cosas si no hubiera contado con mentores a lo largo de mi carrera”, dice la peruana que destaca en Estados Unidos.
Es así que la peruana que creció en el seno de una familia de clase trabajadora se convirtió oficialmente en la directora de una de las universidades más importantes de norteamérica. Ahora, bajo su dirección fomenta el estudio bilingüe, la enseñanza de la mano con la mentoría, entre otras actividades más que ayudan a mejorar la calidad de estudio de los migrantes y demás estudiantes.
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