Luis Alfonso Adrianzén Ojeda juró este viernes como nuevo ministro de Trabajo tras la dimisión de Eduardo García Birimisa, quien presentó su carta de renuncia a la mandataria Dina Boluarte, a quien instó a pedir disculpas y a reconocer errores de su Gobierno frente a las protestas antigubernamentales que suman casi medio centenar de fallecidos desde diciembre, 21 de ellos en los últimos cuatro días.
Adrianzén Ojeda, jurista y exsecretario general de la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM), ha ejercido como Secretario General en el Ministerio de ProduccIón (Produce), Justicia y Derechos Humanos (MINJUSDDHH) y en el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE).
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También ocupó los cargos de Viceministro encargado de Trabajo y de Empleo y Capacitación Laboral, y presidió el Gabinete de Asesoramiento Técnico de la Mesa Directiva en el Congreso, así como el gabinete de asesores en el Ministerio de Defensa.
Su predecesor, Euardo García Birimisa, afirmó que la crisis social y política que vive Perú “amerita un cambio de rostros en la dirección del país y de un adelanto de elecciones que no puede esperar hasta abril de 2024″.
“No hacerlo creo que genera un desgaste que, al menos en mi caso, me inhabilita para poder poner en práctica la construcción de un diálogo que considero necesita el país”, señaló en su carta de dimisión.
El exministro, quien asumió el cargo en diciembre pasado, defendió la necesidad de “un acto político” y “de un pronunciamiento del Gobierno que exprese el dolor” por las 49 vidas que se han perdido en las protestas ciudadanas, que exigen la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y nuevas elecciones para este año.
“Se requiere que se pida disculpas a la población y que se reconozca que se han cometido errores que deben ser corregidos para que esto no se repita”, insistió.
García apostilló que la polarización que afronta el país “se refleja en las actitudes” del Parlamento y por ello expresó la necesidad de “entrar en un proceso de reflexión”.
“Necesitamos poder discutir con un diálogo serio, en el que validemos la posición del otro y nos esforcemos por comprender sus razones, solo así podremos respetarnos e identificarnos”, concluyó.
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