Durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, el aumento de actividad en el hogar puede provocar estrés o ansiedad en los gatos. Las luces, los adornos, los ruidos y la presencia de visitas suelen alterar su rutina. Para reducir el impacto, es esencial ofrecerles un espacio seguro y tranquilo donde puedan refugiarse.
En épocas de vacaciones, cuando los tutores no están en casa, es necesario planificar con anticipación el cuidado del gato. Si no viaja con ellos, debe quedar al cuidado de una persona de confianza o de un servicio especializado que asegure su comfort. Mantener sus horarios habituales de alimentación e higiene, junto con atención adecuada, ayudará a que el animal se sienta cómodo a pesar de los cambios en su entorno.
En un nuevo capítulo de Data Animal, Nadia Osepyan, conductista felina, compartió consejos para proteger el bienestar de los gatos durante las fiestas de fin de año. Estos animales, conocidos por sus reacciones particulares ante cambios en el entorno, pueden enfrentar niveles altos de estrés si no se toman las precauciones necesarias.
-¿Cómo preparamos a nuestro gatito o gatita si la Navidad la vamos a pasar en casa y viene mucha gente?
-Bueno, depende en principio del animal, porque también tenemos ya de por sí los gatos que no son muy afines con las visitas. Sabemos que si bien tienen el rótulo de territoriales, en realidad no difieren de nosotros. O sea, nosotros protegemos nuestra casa de los extraños y ellos también. Para nosotros pueden ser todos amigos y familia, pero para ellos las fiestas no hacen la diferencia. Generalmente en lo que es Navidad, Año Nuevo, como tiene mucho que ver con los sonidos y que si los gatos se asustan ahí la gente no tiene tanto problema en prepararles una habitación aparte, que es lo mismo en realidad, que se recomienda si vas a tener un cumpleaños, una cena con mucha gente. Pero ahí juega la culpa porque es como ay, pobrecito, ¿cómo lo voy a dejar encerrado? Y en realidad es lo mejor para el animal.
Según la experta, lo más importante es trasladar todos los recursos del gato a un espacio seguro, tanto para evitarle un mal momento como para reducir el estrés general. Si el animal percibe que sus objetos están dispersos por la casa, es probable que se esconda ante una situación de miedo. Sin embargo, contar con su bandeja, agua y otros elementos esenciales dentro del lugar donde se refugia, como un placard, lo ayudará a sentirse más tranquilo.
Si el gato ya tiene un espacio seguro, es fundamental respetarlo. Aunque las visitas deseen dejar camperas u otros objetos en esa habitación, lo ideal es buscar otro sitio para evitar interferencias. Osepyan recomendó mantener las persianas bajas, las ventanas cerradas y utilizar música que contribuya a calmar al animal. En particular, sugiere las canciones de David Teie, quien estudió específicamente los efectos de distintos sonidos en los felinos.
Cada gato reacciona de manera diferente, aclaró la especialista. Algunos sonidos agudos, como los violines estridentes, o muy graves, que pueden asemejarse a depredadores, resultan contraproducentes y aumentan el malestar. En cambio, la música adecuada, como la mencionada, puede ayudar a mitigar los ruidos externos sin generar efectos negativos en el animal.
-Hablando de los sonidos, la pirotecnia sigue siendo común durante las fiestas. ¿Cómo afecta esto a los gatos?
-Mira, para los gatos depende. Cada gato es un mundo. Hay gatos que alguien grita y salen corriendo, desaparecen. Gatos que de repente, los míos yo me acuerdo que quise hacer un video, necesitaba filmar una reacción y les ponía sonidos de tipo sirenas nucleares, y ellos nada, ningún tipo de reacción. Pero depende mucho, no solo del inicio de vida que tuvieron, de qué tan socializados están, después es finalmente algo instintivo.
“Lo mejor es prepararse para el peor escenario posible. Por eso esto de tener la música, de tener los ambientes más o menos cerrados. No tener todo tan abierto, porque ahí es donde el animal seguramente esté más expuesto y lo más lógico es que se asuste y se esconda y entre en modo supervivencia. Y ahí también es donde nosotros tendemos a querer consolarlo. Y una cosa es si el animal te busca, pero si está escondido, que justamente el gato, al no ser un animal gregario, probablemente vaya y se esconda en su lugar seguro, lo que menos necesita es que nosotros lo estemos sacando. Dejalo. Provéele toda la seguridad que él necesita. Quédate en su campo visual y eso ya le va a dar la seguridad suficiente”, agregó la conductista.
-¿Cuáles son los riesgos de no preparar la casa ante la pirotecnia, los ruidos y la presencia de muchas personas? ¿Qué consecuencias puede tener para el animal?
-Depende del animal. Hay gatos que jadean. Es lo mismo que los perros, les da sensación de muerte. Entran en una reacción de que ellos no saben qué está pasando. Aparte, la capacidad auditiva que tienen es mucho mayor que la nuestra. Entonces no entienden nada. Y para mí lo más peligroso es que sea un departamento, o sea una casa, está todo abierto porque la mayoría de la gente sale a ver los fuegos artificiales. Abriste la puerta y de repente el gato huyó porque justamente no sabe qué está pasando. No, es solo que hay un montón de gente moviéndose alrededor de sus recursos, encima hay sonidos de muerte y es buscar protegerse.
Según Osepyan, el uso de collares en gatos puede ser complicado y requiere precaución. “Si nunca le pusiste un collar, no se lo pongas esa noche porque encima es un montón”, advirtió. Para acostumbrarlos gradualmente, aconsejó comenzar con una cinta de modal para que el animal se adapte a la sensación de llevar algo en el cuello.
Comentó que los collares de seguridad, que se abren con facilidad al tirar, suelen desprenderse con frecuencia. “Jugando, encontraba el de mi gato cada dos días tirado en el piso”, relató. Por eso, la elección del accesorio dependerá de si el tutor estará presente o no y del material utilizado. Además, sugirió priorizar aquellos con identificación: “Me encanta el que dice ‘Si estoy afuera, estoy perdido’, porque si no, piensan que es un gato que lo dejan salir”.
La experta resaltó los riesgos que puede enfrentar un gato asustado por los ruidos de las fiestas: “Imaginate lo que puede llegar a hacer un gato en una terraza con sonidos de este estilo o un gato en la calle que no tiene idea”. Por este motivo, es fundamental tomar precauciones para evitar accidentes en una noche con tantos estímulos que pueden alterar su comportamiento.
-Después de las fiestas, muchas personas se van de vacaciones o pasan esos días en otra casa. ¿Qué medidas se pueden tomar para cuidar a nuestro gato en esas situaciones?
-Y ahí también tenés un problema con los gatos. Porque si bien siempre se dice que al gato no hay que moverlo porque se estresa, yo lo que les hago mucho hincapié es: ¿Qué opciones tenemos? Porque ahora se ha puesto muy de moda el cat sitting.
-¿Qué es el cat sitting?
-El cat sitting es básicamente que te contraten como niñera, vas una hora o las veces que te pidan por día, a estar con el animal, lo cual suena como una idea fantástica, pero no es soplar y hacer botellas porque es una gran responsabilidad. A mí me pasó de ir tres semanas a cuidar a un gato y es un montón, porque si bien el gato se estresa cuando vos lo cambias de espacio, se estresa muchísimo cuando le cambian la rutina. El felino se apoya en la estructura. Entonces cuando pasan las horas y vos no volvés, el gato empieza como a decir “bueno, ¿qué hago?” Ni hablar si son animales que tienen la comida a disposición. Ellos saben que esa comida les tiene que durar hasta que vos vuelvas.
Los gatos pueden cambiar su comportamiento de forma inesperada cuando una persona desconocida ingresa a su territorio, incluso si suelen ser amigables. “Me han mostrado videos donde me dicen ‘pero me estaba maullando’, y cuando conocés la conducta del animal, entendés que el gato te está pidiendo que te quedes quieto”, indicó la conductista. Al acercarse directamente a sus recursos más importantes, como la comida o los objetos personales, el visitante actúa, sin querer, como si invadiera “su caja fuerte”.
La especialista destacó la importancia de que la persona a cargo del cuidado del gato esté preparada para actuar en una emergencia. “Si le pasa algo al animal, no puede esperar a que le contestes dónde hay una guardia o a qué veterinaria llevarlo”. Recomendó dejar las transportadoras armadas y listas, preferentemente cerca de la puerta: “Si hay una urgencia, se mete al gato adentro y se sale rápido. No lo podés sacar a upa como a un perro”. Esta medida también es útil durante las fiestas, cuando los tutores no están en casa y alguien más queda a cargo.
Para minimizar el estrés del animal, Osepyan sugirió que, si es posible, alguien se quede en la casa con el gato. “Esa siempre es la mejor opción porque mantiene la rutina lo más intacta posible”. Incluso si la persona trabaja fuera del hogar, su presencia nocturna es suficiente para conservar hábitos básicos, como alimentarlo y limpiar su bandeja sanitaria. “Si vos lo hacés todas las noches, esta persona también puede hacerlo”, concluyó.
-¿Es recomendable que empecemos ahora a que empiece a conocer al animalito si no lo conocía de antes?
-100%. De hecho, cuando yo hacía cat sitting hacía eso primero, iba a una visita previa. Lo que pasa es que te puede pasar que el animal es un amor todo y de repente te encontrás con esa situación y por eso te digo que hay que estar muy seguro de a quién se contrata, no sea que vos estás en Mar del Plata y te dicen “che, yo no voy más porque el gato me atacó”. Siempre un plan B, siempre otra persona que tenga llave por si se rompe la cerradura, se atasca, lo que sea, que haya otra persona que puede ir. Que esté estipulado que otras personas van a ir. Eso se lo recomiendo a quienes van a dar el servicio, porque de repente vos decís “yo llegué y faltaban la mitad de las cosas” y saber si hubo alguien más que podía venir a chequear el animal.
“Si pueden, tener cámara. Porque entonces, por ejemplo, si se le dio vuelta el plato de agua, llama a alguien, que no pasen 24 horas, que el animal está solo hasta que va de nuevo la persona. Porque aparte lo que un gato nunca hace, lo va a hacer cuando está aburrido. Se va a subir a donde nunca tocó. Cuando está aburrido va a probar. Entonces también te vas a ir, guardá todo lo que pueda llegar a tirar y romper, después tirarse y cortarse las patas, masticarse, guardar los cables, desenchufar las cosas. Todo lo que tenga batería, desenchufarlo. Son épocas de mucho calor, de mucha sobrecarga. Evitar cualquier tipo de accidente”, añadió la experta.
-¿Dónde se puede contratar una catsitter?
-Hay varios emprendimientos. Yo, que soy voluntaria de Bicho Feliz, creo que las chicas lo siguen ofreciendo. Sé que Andrea de Hogar Gatitos Felices también, pero por ejemplo, Andrea, que trabaja con Alexis, ella tiene conocimientos. Entonces si vos llegás y decís “me encontré con el gato que vomitó, que está tirado”, ella va a reaccionar. O sea, sabe cómo manipular un gato. Ahora hay gente que dice piensa que es genial, va y le da de comer al gato y se hace unos mangos. Y yo te digo, a ver, costo-beneficio. También están las guarderías. Ahora no todos los gatos se adaptan a una guardería y así como hay algunas que tienen habitaciones privadas, quizás vos tenés un familiar que tiene una habitación que usa de escritorio y que puede tener al gato ahí.
Es importante evaluar las opciones para el cuidado de un gato durante ausencias prolongadas. La conductista señaló que dejarlo solo en casa, alojarlo en un pensionado con supervisión o dejarlo con alguien de confianza dependerá de lo que sea mejor para el animal. En cuanto a llevarlo de viaje, la especialista insistió en analizar el contexto: “Si es un viaje internacional por tres meses, no lo aconsejo. Pero si el gato viaja bien en auto y vas a un lugar tranquilo, como un departamento en la costa, no hay problema, se va a adaptar”. En destinos agitados, como hoteles o casas con mucha gente, es preferible optar por alternativas que garanticen su bienestar.
-¿Es posible acostumbrar a un gato desde pequeño para que se adapte a ser llevado a distintos lugares?
-Hasta un cierto punto, sí. Tenés el tema de que el gato tiene un periodo sensible que está buenísimo exponerlo y que entienda que sí puede ir y venir. De hecho, que no todas las salidas sean al veterinario. Lo mismo pasa con la transportadora, cuando vos solo sacas la transportadora para ir al veterinario, el gato desaparece. En los hogares donde la transportadora está ahí, van, se meten a dormir, es su lugar seguro y hasta en una emergencia te puede ayudar porque va a ir corriendo a meterse solo ahí adentro.
“Ahora no necesariamente un gato, porque desde chiquito lo sacaron, va a acostumbrarse a viajar bien. Hay gatos que les hace mal el movimiento del auto. Vos pasás determinada cantidad de kilómetros por hora y el gato vomita. Otros que empiezan a jadear también, que empiezan con palpitaciones y así lo vas a matar en el viaje. O sea, costo-beneficio, no tiene ningún sentido. Dejalo el fin de semana solo en casa y que vaya alguien a verlo. Pero en general sí sirve. Siempre es mejor proba,r porque si no, no va a tener idea”, finalizó.