¿Cómo el conejo doméstico se convirtió en un maestro colonizador? La ciencia tiene la respuesta

En un estudio reciente, los investigadores revelan cuáles son los cambios genéticos que permiten a estos animales prosperar como especies invasoras en la naturaleza. Las claves del trabajo

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Secuenciaron los genomas de casi 300 conejos de tres continentes para revelar cambios genéticos clave (Instagram/woodstocksanctuary)
Secuenciaron los genomas de casi 300 conejos de tres continentes para revelar cambios genéticos clave (Instagram/woodstocksanctuary)

Thomas Austin, un colono británico en Australia, liberó 24 conejos domésticos en su propiedad en 1859, creyendo que harían de su nuevo hogar un lugar más familiar. Sin embargo, su decisión transformó el paisaje australiano y desató una plaga que persistió durante más de un siglo, afectando tanto al medio ambiente como a la economía del país.

Estos conejos encontraron en esta zona un paraíso sin depredadores naturales y con abundante alimento. Así, comenzaron a multiplicarse a un ritmo acelerado, y transformaron rápidamente el paisaje, con consecuencias drásticas en los ecosistemas locales. Este fue el puntapié de los científicos para continuar con esta pista.

Un reciente estudio de un consorcio internacional dirigido por científicos de BIOPOLIS-CIBIO (Portugal) y la Universidad de Uppsala (Suecia), publicado en Nature Ecology & Evolution, reveló detalles fascinantes sobre cómo los conejos domésticos se convirtieron en invasores tan efectivos.

Según el estudio, la adaptación rápida a la vida salvaje por parte de los conejos se explica por la eliminación de alelos domésticos
Según el estudio, la adaptación rápida a la vida salvaje por parte de los conejos se explica por la eliminación de alelos domésticos

Para la investigación, se secuenciaron los genomas de casi 300 conejos de poblaciones ferales y domésticas, incluidas seis poblaciones salvajes de tres continentes (Europa, América del Sur y Oceanía), así como conejos domésticos y salvajes de su área de distribución nativa en el suroeste de Europa. Esta información es el mayor conjunto de datos genéticos sobre conejos jamás producido.

¿Qué descubrieron los científicos? Que los conejos ferales habían eliminado muchas de las variantes genéticas asociadas con la domesticación.

Históricamente, los humanos han criado animales domesticados bajo su cuidado, con variantes que apenas recuerdan a sus ancestros salvajes. Sin embargo, según los investigadores, en ocasiones, ciertos animales logran readaptarse al medio natural, término conocido como feralización.

Esta eliminación fue impulsada por la selección natural, que favoreció a aquellos conejos con características más adecuadas para sobrevivir en el medio salvaje. Los conejos domésticos, seleccionados durante generaciones por sus rasgos dóciles y su capacidad de reproducción en cautiverio, encontraron en Australia un entorno sin depredadores naturales y con abundante alimento.

Los conejos domésticos liberados en Australia en 1859 se adaptaron rápidamente eliminando variantes genéticas de domesticación y causando graves impactos ambientales
Foto:AP Foto/Wilfredo Lee
Los conejos domésticos liberados en Australia en 1859 se adaptaron rápidamente eliminando variantes genéticas de domesticación y causando graves impactos ambientales Foto:AP Foto/Wilfredo Lee

Esta situación permitió que las variantes genéticas salvajes prevalecieran, facilitando su rápida adaptación y expansión. La capacidad de estos conejos para proliferar en nuevos entornos ha sido clave en su éxito como especie invasora.

“Algunos han cambiado tanto con respecto a sus ancestros salvajes que es difícil imaginar que estén relacionados, como los chihuahuas descendientes de los lobos”, explicó el doctor Pedro Andrade, investigador de BIOPOLIS-CIBIO y primer autor del estudio. “Los cambios suelen ser tan drásticos que si devuelves a tu mascota a la naturaleza, le resultará muy difícil sobrevivir”, agregó.

Por su parte, el doctor Miguel Carneiro, uno de los autores principales del estudio explicó que “los conejos domésticos son tan comunes que nuestra expectativa inicial era que estas poblaciones salvajes estuvieran compuestas por conejos domésticos que de alguna manera lograron readaptarse a la naturaleza, pero nuestros hallazgos apuntan a un escenario más complejo”.

“Algunos han cambiado tanto con respecto a sus ancestros salvajes que es difícil imaginar que estén relacionados", dijo el Dr. Pedro Andrade (Wikipedia)
“Algunos han cambiado tanto con respecto a sus ancestros salvajes que es difícil imaginar que estén relacionados", dijo el Dr. Pedro Andrade (Wikipedia)

Según él, “a pesar de haber seis colonizaciones en gran medida independientes, todos estos conejos salvajes comparten un origen mixto, doméstico y salvaje”.

“En estas poblaciones salvajes, normalmente no se ve un conejo albino o completamente negro, incluso si estos elegantes colores de pelaje son muy comunes en los conejos domésticos. Sin embargo, es muy posible que se encuentren conejos que porten la mutación del color del pelaje diluido, una variante doméstica que tiene un efecto mínimo sobre el camuflaje”, añadió el doctor Leif Andersson, profesor de la Universidad de Uppsala y otro autor principal del estudio, y continuó: “Esto es un ejemplo concreto de selección natural en acción”.

El equipo encontró evidencia de una fuerte selección natural que opera sobre genes relacionados con el comportamiento y el desarrollo del sistema nervioso.

“La mansedumbre es crucial para permitir que los animales domésticos vivan cerca de los humanos, pero no ayudará a sobrevivir a un conejo que se encuentra de regreso en la naturaleza, por lo que la selección natural elimina las variantes genéticas relacionadas con la mansedumbre”, explicó el doctor Andrade.

Un impacto devastador

Los científicos sugieren evitar la introducción de especies exóticas es clave para mitigar futuros riesgos de invasión (Foto: Jan-Peter Schmidt/Kaninchenhilfe Deutschland e.V./dpa)
Los científicos sugieren evitar la introducción de especies exóticas es clave para mitigar futuros riesgos de invasión (Foto: Jan-Peter Schmidt/Kaninchenhilfe Deutschland e.V./dpa)

La rápida expansión de los conejos tuvo consecuencias desastrosas para los ecosistemas australianos, según los investigadores. Al alimentarse vorazmente de la vegetación nativa, los conejos causaron una erosión significativa del suelo y la destrucción de hábitats cruciales para muchas especies locales.

Esta situación llevó a la disminución y, en algunos casos, a la extinción de especies nativas que no pudieron competir con los conejos por los recursos.

Los conejos salvajes a menudo se convierten en plagas invasoras que causan daños por cientos de millones de dólares, y otros animales domésticos convertidos en salvajes causan problemas similares, como los cerdos o los gatos salvajes.

“La mejor estrategia para mitigar los impactos de las especies invasoras es, en primer lugar, evitar su introducción, por lo que esperamos que nuestro estudio proporcione evidencia importante para ayudar a evaluar e identificar futuros riesgos de invasión”, concluyó el doctor Carneiro.

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