Los pumas, depredadores nativos del continente americano, enfrentan una amenaza cada vez más grave: la caza indiscriminada. Estos felinos, también conocidos como leones de montaña, juegan un papel crucial en el equilibrio ecológico de sus hábitats, ya que controlan poblaciones de presas y ayudan a preservar la biodiversidad. Sin embargo, la caza ilegal y la pérdida de su hábitat natural llevaron a una disminución alarmante de pumas en las últimas décadas.
En Argentina, la caza furtiva o deportiva, y la falta de regulaciones efectivas empeoraron esta situación, y actualmente la supervivencia a largo plazo de estos animales está en riesgo. Muchas de estas muertes pueden llegar a ser causadas por productores agropecuarios que, al ver amenazado a su ganado, deciden intentar eliminar a los depredadores.
En un nuevo capítulo de Data Animal, el veterinario e investigador en cuestiones de fauna silvestre Eduardo de Lucca contó que desde hace 15 años, viene trabajando sobre la situación de los pumas en la región pampeana, y mientras estudiaba sus poblaciones, el felino empezó a recolonizar la ecorregión.
“Un proceso de recolonización que es muy raro que se dé en los carnívoros, pero que se empezó a dar y lo fui siguiendo junto con un biólogo, Nicolás Chimento. Mapeamos la distribución del puma en la ecorregión y ubicamos las zonas de conflicto”, comentó.
Además, explicó el trabajo que está llevando a cabo actualmente en esas áreas: “Hice 200 encuestas a productores que habían sufrido ataques de puma, en total más de 200 productores, y estoy asesorándolos con las medidas de mitigación de conflicto para prevenir ataques y disminuir la severidad y la frecuencia de ataques”.
-¿Cuál es el mayor conflicto en esa zona con respecto al puma y los productores agropecuarios?
-El conflicto que tiene el puma como todo depredador tope, o a veces meso predadores que son los predadores intermedios como los zorros, es que matan ganado, o sea matan potrillos u ovejas y vacas, y en algunos casos se da la matanza de varios animales en un solo episodio. Eso genera en los productores esa intolerancia que es comprensible hacia los predadores y se empieza a dar la matanza en represalia.
-Y desde tu lado, ¿cómo participas en esa lucha para estar un poco del lado de los agropecuarios y del animal?
-Lo que pasa es que muchas veces, yo lo que noto en la gente que es proteccionista, por ahí entre el campo y la ciudad, se genera como un conflicto. Y para mí, para mitigar un conflicto, lo importante es poder ponerse en el lugar del otro. Entonces, como primera medida, lo que hice son esas encuestas a estos productores. Me tomé el trabajo, que fue bastante arduo, de ubicar esta cantidad de productores en un lugar donde el puma está recolonizando, y en base a eso, conocer cuáles son sus actitudes hacia el puma, cuáles son sus percepciones, cuáles son sus metodologías para prevenir ataques, cómo combaten al puma también. Tratar saber lo máximo posible y aprender de ellos primero. Porque yo no puedo aconsejar desde un lugar en Buenos Aires a gente que está en el campo. Primero tengo que empaparme en la problemática, juntar toda la información que me dan y de ahí creo que encontré algunas pautas para poder asesorarlos modestamente para que tengan menor depredación.
Sobre estas pautas, el veterinario comentó que está tratando de difundir las intervenciones no letales, que se basan en la protección del ganado más que en el ataque hacia el puma. Entre estas medidas, destaca la de utilizar al burro como animal protector:
“El burro tiene una serie de características que lo hacen un animal protector. Primero, las orejas de burro: tiene una gran audición. Detecta al predador desde esa distancia. Tiene un carácter muy fuerte, es muy inteligente. Al contrario de lo que suele decir la gente, cuando dice que alguien es un burro. Pero no, es muy inteligente, muy terco aparte, y, si es necesario, hasta se enfrenta al depredador. Primero alerta con su rebuzno, que es un rebuzno que se escucha a kilómetros, reúne a la majada en un rodeo, y de última instancia, si es un burro con carácter, se puede enfrentar al depredador. Y el depredador prefiere irse”, dijo De Lucca.
“En otros lugares de Argentina se utilizan los perros Maremmanos o los perros pastores mastines de los Pirineos. Hay varias razas que son de Europa y también del centro de Asia que se utilizaban para proteger a los rebaños de lobos y de osos. Y bueno, acá se están empleando para el tema del puma, pero eso se emplea más para ovinos, porque a los perros les importa para que defiendan a los ovinos. Pero acá en la región pampeana hay pocos ovinos, hay casi todo bovinos y caballos también, entonces los perros acá no funcionan bien”, aclaró el especialista.
En relación con las muertes causadas por pumas, De Lucca declaró que desde, aproximadamente, el año 1500 hasta ahora se reportaron solamente dos casos de ataques fatales a personas.
-En la Patagonia, ¿qué está pasando con la caza indiscriminada del puma?
-En la Patagonia, desde hace décadas y décadas, cazan pumas con pago de recompensa de forma indiscriminada. No importa qué puma. Es un problema muy grave. A partir de una ley, que es la ley 763 del año 72, se empezaron a pagar recompensas por puma muerto. O sea, no importa qué puma, pero por puma muerto. Y eso se sigue haciendo. Ahora se agregó lo de la caza deportiva en Santa Cruz, que no entiendo para qué, por qué. Es incomprensible. Pero bueno, viniendo de la Patagonia, de las autoridades de fauna y de ambiente que hay en Patagonia, no me extraña. Porque ahí pasa de todo. El extractivismo que hay en la Patagonia, desde las mineras que destruyen todo y contaminan el suelo, las petroleras con todos los desechos que producen. Y bueno, no me extraña. Las Secretarías de Ambiente generalmente están ligadas con la industria petrolera. La fauna, digamos que es lo último de lo último.
-La pregunta Vital Can: ¿hay alguna forma de regular esta caza indiscriminada legalmente?
-Es muy difícil, porque el manejo de la fauna no corresponde a la Nación. Algunos dicen “vamos a pedir al presidente que haga esto”. Pero la realidad es que la fauna, los recursos naturales, las manejan las provincias por sí mismas, así que ellos son los que tienen la autoridad y la decisión, y no hay nada que indique que vayan a revertir esto. Es una mentalidad muy retrógrada, porque incluso ellos participaron de un estudio que se hizo por parte de biólogos del CONICET, entre ellos Alejandro Travaini, Romina Llanos, y la directora de Fauna de ese momento, Silvana Montanelli. Hicieron un estudio donde mostraron que la caza indiscriminada con pago de recompensas no era una solución para los productores. Más aún, era un boomerang que los afectaba a los productores. Les afectaba más incluso. Y participó también el Consejo Agrario de Santa Cruz en ese trabajo. Pasó ese trabajo, llegaron a esa conclusión y siguen con la caza indiscriminada. Así que no es entendible desde ningún punto de vista. Y ahora salen con la caza deportiva. Otra locura que no me entra en la cabeza.
De Lucca manifestó que es reticente a reunirse con políticos, y que prefiere trabajar por su cuenta con los productores. Comentó que está obteniendo buenos resultados, fruto de sus asesorías con la utilización de burros y de la colocación de luces intermitentes especiales que sirven para que los depredadores no se acerquen a los corrales. “Así que me parece que por ahí es mi camino”, concluyó.