Las fascinantes diferencias en las pupilas de los animales

Desde las intrincadas pupilas rectangulares de las cabras hasta las redondas y expresivas de los perros, cómo estas variaciones impactan la supervivencia y la caza en la naturaleza salvaje

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El Dr Romero no cuenta cómo son las pupilas en los diferentes animales.

Mi abuela andaluza y mi viejo andaluz decían “la niña de tus ojos”. Y siempre hay una alabanza a la pupila, que en realidad es un agujero. La pupila es lo negro del ojo, que un diafragma, como el diafragma de la cámara a través del iris, que es lo que le da color al ojo, la cierra o la abre.

¿Todas las pupilas de todas las especies son iguales? No, depende del rol que la especie tenga en la vida. Por ejemplo, si soy siervo soy un predado, si soy cabra soy un predado, si soy oveja, soy un predado ¿Qué es un predado? Soy la víctima, me va a comer alguien.

Entonces tengo que tener un panorama amplio. La pupila de la cabra, la pupila de la oveja, la del ciervo es una pupila rectangular, no redonda como la tuya.

La pupila del halcón o la pupila de las aves rapaces es maravillosa, porque permite la adaptación a la presa, dice Romero
La pupila del halcón o la pupila de las aves rapaces es maravillosa, porque permite la adaptación a la presa, dice Romero

Es rectangular, para tener un campo visual total, poder ver por dónde viene el predador al hacer un barrido de todo el horizonte.

La pupila del gato, que es un predador, que a su vez puede ser predado, tiene la capacidad de transformarse en una línea cuando la luz es muy intensa, y cuando la luz es pobre, prácticamente no tener diferencia con el famoso diafragma, o el iris.

La pupila del perro es muy parecida a la nuestra, redonda con un puntito en el medio.

Los perros tienen una pupila similar a la de los humanos
(Foto: Dog Smile House/AP)
Los perros tienen una pupila similar a la de los humanos (Foto: Dog Smile House/AP)

Pero la pupila del halcón o la pupila de las aves rapaces ¿cómo es? Es maravillosa, porque permite la adaptación a la presa, a 300 metros de altura o más también, puedo focalizar en el centro como si fuera un telescopio, le puedo ver la cabeza a la presa y puedo en la periferia tener la imagen de todo el panorama que me brinda la naturaleza.

Las maravillas de la pupila les permite a los animales evolucionar maravillosamente a lo largo y a lo ancho del planeta.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional

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