La primera cosa que tenemos que aprender sobre el maullido de los gatos es que los felinos domésticos no se maúllan entre sí.
Los gatos aprendieron el maullido para comunicarse con el ser humano. Se debe terminar con esta historia de “mala prensa” que dice que el gato es traicionero, que supuestamente no se vincula afectivamente con nosotros.
El gato necesita de nosotros y se vincula, casi diría que establece un vínculo filial, de hijo, con sus tutores, a quienes observa en un rol maternal o paternal. Necesita de nuestro cuidado y protección, pero aún así es independiente, a diferencia del perro.
Un estudio hecho entre tutores de gatos mostró que cuanto mejor vínculo y más tiempo de convivencia tiene una persona con su gato, mejor comprende sus maullidos.
Muchos tutores llegan a comprender la casi totalidad de la variedad de maullidos que emite su gato con sólo escucharlos, sin verlos. El maullido del gato es la voz de alerta hacia el ser humano. Nunca jamás se va a encontrar que un gato le maulle a otro para pedirle algo, para requerir alguna cosa o, tal vez, para pelearse o amigarse con él.
Ese maullido tiene distintos tonos y todo aquel que tenga y conviva con un gato sabe que hay un maullido para decir “dame de comer”, hay otro maullido para “abrime la puerta”, hay un maullido para “cambiame las piedritas sanitarias de la bandeja”. Porque el gato tiene una capacidad intelectual verdaderamente maravillosa.
Si el maullido es más largo o pronunciado, lo más probable es que sea una demanda o un reclamo, buscando atención, pidiendo comida o, por ejemplo pidiendo paso porque se quedó encerrado. Además, hay muchas más posibilidades como, por ejemplo, la sucesión de maullidos cortos pero repetidos rápidamente. De esta forma, suelen manifestarse cuando están ansiosos o emocionados por alguna causa o cuando están esperando algo, como por ejemplo a la hora de comer.
También que hay que prestar especial atención si sus maullidos son agudos y fuertes, ya que podrían indicar que el gato esté experimentando dolor, estrés o miedo.
Comprender lo que un gato pretende decir resulta casi obligatorio para el tutor responsable. Entonces, la gama de posibilidades va desde saludar hasta pedir ayuda, cada maullido tiene un significado diferente. No siempre es fácil identificar la intención, pero cada tutor puede llegar a reconstruir un lenguaje propio de cada uno de sus gatos, dentro del “idioma” general.
El maullido de los gatos es un sonido agudo. Y está comprobado por un trabajo científico de expertos japoneses que las mujeres se comunican mejor con el gato. ¿Por qué? Porque tienen una voz más aguda que el varón y si se les habla con tono agudo, el mensaje llega mejor. Por eso decimos “mish, mish, mish, mish, mish, mish” y no “mosh, mosh, mosh, mosh”. Probalo y te vas a dar cuenta de que tengo razón.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional