Con un perro adulto mayor se puede y se debe seguir jugando. El juego para el perro es parte de la esencia de su vida y sostener esa actividad lo hace sentir vivo y lo mantiene en buena forma física y cognitiva .
Existen algunas recomendaciones básicas para jugar con él, cuando la edad es mucha, para que se pueda entretener mucho más minimizando los riesgos.
Los perros, como todas las especies, llegan a una edad en la que ya no pueden moverse como antes. Esto es más cierto con los mayores cuidados y avances de la ciencia que han hecho realidad una longevidad mayor en la especie en los últimos años.
El organismo no es el mismo y la energía irá mermando porque está envejeciendo. Con el paso del tiempo necesita mayores cuidados, tantos como lo tuvo cuando era un cachorro.
Es en esta etapa, en la que se lo deberá de cuidar más y más de cerca, ya que sus articulaciones no son las de antes y necesitará reactivarse emocionalmente para seguir estando en forma.
Seguramente se podrá seguir jugando con él pero la intensidad irá disminuyendo para evitar que sufra alguna lesión. La mejor forma de que se active y siga poniendo a prueba todos sus instintos caninos es salir a caminar con él.
Los paseos no tendrán la misma duración y serán de entre 15 a 20 minutos, evitando correr o trotar. La caminata se hará al ritmo que pueda mantener el perro. Si no pueda caminar mucho, tal vez pasar la tarde en el jardín o en el porche lo aliviará mentalmente.
Si fuera posible nadar, esto lo ayudará a reactivar todos los músculos, así como también a fortalecerlos. Las cosas que más les gusta hacer a los perros de la tercera edad son descansar, no ser perturbados y poder mordisquear sus juguetes favoritos. Seguramente rechazarán las provocaciones y se mostrarán más calmados.
Pero, ¿cuándo un perro es viejo?
La edad para que un perro sea considerado viejo varía mucho dependiendo de la raza a la que pertenezca y sobre todo del tamaño que tenga.
Si es miniatura, comenzará a ser considerado un perro viejo a partir de los 11 años (tipo un Caniche Toy), si es mediano a los 9 años (tipo un Viszla o un Cocker), si es grande a los 8 años (tipo un Ovejero Alemán) y si es gigante (tipo un San Bernardo) a los 7 años.
Cuando un perro llega a viejo, podrá tener problemas dentales, articulares, cardíacos, cambios en hábitos urinarios, pérdida en la calidad de su pelaje y seguramente estará más cascarrabias.
Otro de los signos de la vejez es la disminución o pérdida del sentido del oído y de la vista, por lo que, en esta etapa, lo mejor es acudir a la consulta profesional veterinaria para ver cómo se encuentra con el paso del tiempo y para tomar las precauciones del caso, aliviando las dolencias.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.