Los gatos son animales fascinantes que han convivido con los seres humanos desde hace milenios. Aunque muchas veces se les considera animales independientes y solitarios, son animales sociables que establecen fuertes lazos con sus tutores.
Si bien tienen instintos más independientes que los perros, los gatos pueden establecer relaciones de confianza y lealtad, percibiendo a sus tutores como figuras parentales. Algunos gatos pueden ser más independientes, mientras que otros pueden mostrar un mayor grado de dependencia y cercanía hacia sus cuidadores humanos.
La relación entre un gato y las personas es una combinación de los factores genéticos, las experiencias de sociabilización y el cuidado y atención que reciben a lo largo de sus vidas.
Cuando los gatos son cachorros, pasan mucho tiempo con la madre y sus hermanos de camada, donde aprenden habilidades sociales y reciben placenteramente grandes cuidados maternales.
Es en ese momento en el que se establecen fuertes lazos hacia su madre, que influirán en cómo llegarán a percibir a los seres humanos durante el resto de su vida.
Al ser adoptado un gatito, asocia a la persona que le ofrece atención, cuidado y alimento con la figura materna que se construyó en su mente durante el período inicial de vida. Los tutores vendrían a ser como una madre gata, proporcionando de igual modo que aquella, protección, cariño y alimentación.
Cuando crecen, siguen mostrando conductas que reflejan esta relación, como son la de buscar la compañía y atención de los seres humanos, ronroneando para manifestarles satisfacción y frotando sus cabezas y cuerpos contra ellos, en señal de afecto, marcándolos con sus feromonas de apaciguamiento.
Los gatos nos perciben de forma muy diferente a los perros, nos ven como si fuéramos iguales, es por eso que hacen con nosotros lo mismo que harían con otros gatos como por ejemplo levantar la cola, frotarse en las piernas y sentarse al lado.
A pesar de algunas diferencias en la visión, los gatos pueden reconocer a sus tutores por su apariencia y al tener un fantástico sentido del olfato pueden identificar a las personas también por su aroma.
Además, son capaces de reconocer las voces de sus tutores, y responder a ellas. También pueden llegar a reconocer cómo se comporta alguien de la familia, de manera diferencial, y si esto los favorece, establecer un trato especial hacia esta persona.
Los gatos, también pueden interpretar nuestra postura y nuestros gestos, para tratar de entender, de esa forma, nuestro estado de ánimo y leer así nuestras emociones.
Si estamos tristes pueden detectar nuestro cambio de ánimo y tratar de consolarnos con caricias y ronroneos.
Los animales que tienen una relación cercana con sus tutores tienden a ser más sociables y amistosos que los que están solos la mayor parte del tiempo, por lo que es muy importante pasar cierto tiempo con nuestros gatos, jugar con ellos y darles mucho cariño para fortalecer nuestro vínculo con ellos.
En resumen, los gatos necesitan el contacto humano para ser felices y también pueden llegar a establecer vínculos muy estrechos con sus tutores.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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