Una de las características de casi todos los gatos es que aman las cajas, especialmente si son de cartón. La principal razón es que son espacios confinados con un solo lado abierto y les proporcionan una gran sensación de protección.
Los gatos son depredadores de pequeño tamaño, por lo que también pueden ser presas, por lo que su instinto les dice que una caja es un refugio mucho más seguro que una cama o un sofá.
No solo los esconde, sino que tienen que estar atentos a lo que pasa en una sola dirección, ya que, los gatos como todos los carnívoros, al contrario que los herbívoros, no tienen una visión panorámica.
En una caja, no hay sorpresas, lo que les permite reaccionar a tiempo y, si es necesario, escapar. Los gatos son cazadores de acecho, por lo que deben atrapar a sus presas permaneciendo ocultos hasta el momento del ataque. Entonces, la caja sirve de escondite para el acecho o la emboscada.
Las cajas son una herramienta muy útil para ayudar a los gatos a adaptarse a situaciones de estrés como puede ser un cambio de hogar. En varios estudios, se comprobó que los felinos domésticos que disponían de una receptáculo en el momento de cambio de ambiente, se adaptaron mejor y más rápidamente a un nuevo entorno.
Lo que desde afuera y para la visión humana es una simple caja, para un animal en situación de estrés, es una cueva donde no solo puede estar seguro, sino aislarse de elementos estresantes del exterior como el ruido, el movimiento de personas y otros animales.
El material en el que está hecha una caja tiene mucha importancia en el rol que ocupa en la vida del gato.
El cartón es un aislante excelente y tiene una textura agradable para echarse. Además, en verano, no da tanto calor como una superficie de tela. Por otra parte, una caja de cartón es a la vez refugio y rascador.
A los gatos les gusta afilarse las uñas y marcar su presencia de ese modo y el cartón cumple muy bien dicha función.
Al contrario de lo que ocurre con muchos rascadores convencionales, pueden morderlas y romperlas descargando una cierta tendencia destructiva.
De este modo resulta que una caja de cartón también es un juguete perfecto para liberar el estrés.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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