Los adoradores de gatos son una tribu humana cada vez más numerosa y fanática, con argumentos muy profundos que sostienen su posición. Desde los antiguos egipcios hasta la poesía moderna abundan mitos y supersticiones en torno a su presencia. La lista de admiradores célebres es numerosisima y francamente abrumadora, desde Hemingway hasta Neruda, y desde Da Vinci hasta Sartre.
Tanto ha sido así que Ray Bradbury solía afirmar: “Trata a las ideas como a los gatos, haz que te sigan”. Y alguien ha afirmado, como profunda reflexión: “He estudiado con detención a los filósofos y a los gatos. La sabiduría de los gatos es infinitamente superior”. Un antropólogo francés, en tanto, ha asegurado sin dudarlo: “Los gatos son los únicos animales que consiguieron domesticar al hombre”.
Es precisamente la naturaleza del vínculo que transita entre la confianza y el distanciamiento lo que maravilla del carácter felino abonando la teoría de que los gatos han creado un sistema de dominación sobre los seres humanos, según lo sostiene “El idioma de los gatos”, de Spencer Holst. Palabras como independencia, personalidad y carácter enigmático se reiteran cuando nos referimos a ellos.
El gato es un ser único, elegido como divinidad en la antigüedad y como compañero preferido en la actualidad. Balzac tenía un gato y Manuel Mujica Láinez tenía un gato llamado Balzac. Borges lo calificaba como un tigre de lo cotidiano. Sin duda, la presencia del gato doméstico no pasa desapercibida en ninguna sociedad y en la nuestra mucho menos
Los gatos tienen una naturaleza curiosa y exploradora, que agrega al vínculo con el ser humano un ingrediente fascinante. La elegancia y su gracia en el movimiento es una cualidad felina por excelencia. Detenerse a observar a un gato moverse con agilidad y destreza es realmente una escena de arte magistral, que nadie debería perderse en la vida.
Los gatos no permiten que frente a ellos se desarrolle la indiferencia. Aquel al que le gustan los gatos los ama con devoción, casi diría que los venera y, en términos generales, si no puede tener gatos en su casa trata de estar estrechamente vinculado con ellos, a través de amigos que los tengan o por medio de relaciones transitorias atendiendo gatos de la calle.
Además, por alguna razón poderosa eran los animales preferidos del profeta Mahoma. Sin embargo, el gesto misterioso del gato y su actitud fantasmal han incidido claramente en que se lo vincule con la brujería.
Las crónicas medievales relatan el proceso de la Inquisición sobre las brujas, donde miles de ellas terminaron en la hoguera junto a sus gatos. Insólitamente, los chillidos de los animales que se registraban en su horrible muerte actuaron como “testimonio” de la presencia del demonio en medio de las llamas. Por este motivo, los gatos suelen no agradarle algunas personas. Este odio está fundado en mitos, odios teológicos, supercherías, supersticiones, creencias mágicas o humanizaciones de actitudes que, las más de las veces, responden a patrones de conducta absolutamente diferentes de los supuesto
Los que los amamos coincidimos en afirmar que tienen la capacidad para mostrar afecto de manera sutil, disfrutando siempre de momentos de tranquilidad y cariño. Y así cada uno va contando su historia relacionada con los gatos sin que nadie deje de afirmar que son seres singulares y especiales frente a los cuales la indiferencia es lo único que no se puede dejar de sentir.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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