Las enfermedades en la piel de los animales de compañía, son un tema delicado que puede traer serias consecuencias a estos compañeros en el hogar. La dermatitis atópica, la alergia a pulgas y la alergia alimentaria, son las enfermedades de piel más comunes en los perros.
Cuando la causa es de tipo nutricional, puede deberse a situaciones como la carencia de ácidos grasos o de vitaminas del complejo B, o bien a la disminución en la oferta de proteínas o de mala calidad de las mismas. Las dermopatías son las enfermedades o afecciones en la piel que se pueden presentar mayoritariamente en el perro, sin discriminación de raza, sexo o edad, aunque son más frecuentes en algunos individuos.
Mas de la mitad de los perros padecen o han tenido al menos un episodio de enfermedad en su piel, donde a su vez la mitad de ellos fueron por causas alérgicas. Estas mismas estadísticas muestran una mayor incidencia en algunas razas como Golden Retriever y Bulldog Francés.
Cabe destacar que en los felinos, los problemas de piel tienen una menor incidencia, quizás sea debido a que ellos mismos se acicalan permanentemente, lo que ayuda sin duda, a disminuir este tipo de enfermedades, por el arrastre de sustancias alergénicas.
La piel es la primera barrera de interacción entre el ser vivo y el medio ambiente, es el órgano más grande del organismo y es una frontera biológica que presenta un papel fundamental en la salud de los animales. Su conformación y características dependen de muchos factores entre ellos la alimentación y la genética, pero pueden verse afectados por diversas situaciones, como la higiene de los perros, un hábito frecuente e imprescindible.
Entre las medidas necesarias para evitar que los animales sufran enfermedades en la piel, está el baño que se debe realizar usando exclusivamente champús especialmente formulados para animales, evitando los champús humanos. La piel del perro tiene un pH (índice de acidez) ácido mientras que el cuero cabelludo humano lo tiene alcalino. Esto determina que la formulación de los champús humanos dista enormemente de satisfacer las necesidades de la piel canina.
No deben usarse tampoco los jabones alcalinos, por ejemplo el jabón blanco para lavar la ropa, en la piel de los perros. Lo correcto es seguir la recomendación del médico veterinario de confianza, y en caso de necesidad recurrir a los jabones neutros como el de glicerina. La recomendación con respecto a la periodicidad del baño de los perros depende mucho del tipo de perro y de su pelo pero en términos generales y para un perro sano podría establecerse ese intervalo en 21 días.
La excesiva frecuencia en el baño, salvo indicación médica, hace que el agua y el poder detersivo de los elementos que usamos aumente la humedad residual y arrastre sustancias protectoras naturales, lo puede traer serios problemas. Ante el primer indicio de afección de la piel, se debe recurrir al médico veterinario de confianza para tratar desde el primer momento cualquier afección que pueda complicarse a futuro.
Para la prevención y tratamiento de problemas dermatológicos se puede utilizar, entre otros recursos, champús que tengan en su formulación ceramidas, que ejercen un papel fundamental en la construcción y mantenimiento de la barrera de defensa de la piel del animal. Además, estos productos actúan como hidratantes, potencializando la impermeabilidad de la piel, lo que evita la pérdida de agua y la penetración de agentes que pueden resultar nocivos para perros.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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