Los gatos son animales adorables no solo por su compañía sino también por sus características, que los hacen únicos. Los seres humanos que conviven con ellos no terminan de sorprenderse acerca de las actitudes de estos felinos, entre las que existen algunas que sorprenden y son sumamente curiosas.
Por caso, los gatos tienen distintos gestos muy característicos, y uno de ellos es abrir la boca cuando huelen algo que realmente les interesa. En ese sentido, recientes investigaciones pudieron determinar por qué hacen esto, cómo esta actitud afecta la percepción y qué consiguen
Los gatos al oler algo de particular interés o que nunca haya tomado contacto abren la boca. Esta es una rutina muy curiosa que llevó a la conclusión de que podrían oler por la boca.
A pesar de que suene descabellado y aunque parezca mentira, de alguna manera, estos animales están oliendo por la boca, y vale la pena conocer por qué y cómo.
Cuando un gato está oliendo algo extraño, ya sea un buen o mal olor, mantiene la boca abierta durante un periodo de tiempo prolongado. Este fenómeno tiene un nombre conocido como efecto flehmen (en alemán) o flemido (en castellano), siendo la forma en la que gatos y otros animales huelen y analizan los distintos olores que se producen y son captados en su medio para conocer el ambiente.
También, en otro sentido, el flemido es interpretado como una manifestación de placer, sobre todo sexual, y se repite muy frecuentemente en otras especies como el caballo y con mucha menor incidencia en el perro (cuando se dice que se ríe).
Cuando un gato abre la boca y deja correr el aire a través de ella, el olor transportado por ese flujo de aire viaja hasta el órgano de Jacobson, conocido también como órgano vómeronasal, que se encuentra en la parte superior de la boca, y allí es procesado por un conjunto de células sensoriales propias del sistema olfativo.
En estos casos, el gato está oliendo pero no utiliza la nariz, sino que lo hace literalmente “por la boca”, aspirando, procesando e interpretando “olfativamente” una gran cantidad de aire que llega a esta zona.
Se sabe que la información sensorial que se produce en este órgano vómeronasal, se elabora en el áreas específicas del cerebro, aumentando la calidad del sentido del gusto y del olfato, permitiendo de esa forma una mejor conexión con el entorno y sus estímulos.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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