Hace muchos años que vimos esto por primera vez, pero cada tanto se reactiva y “se pone de moda” el uso de botellas de agua en los árboles para tratar de evitar que los perros orinen. Lo cierto es que no hay evidencia científica que avale el hecho de que colocar botellas con agua ahuyente a los perros y evite que orinen a su alrededor.
Es coincidente el negar que ese truco vaya a resolver el problema, aunque no se han hecho estudios serios al respecto. Sin embargo, el mito urbano existe y en algunos lugares la costumbre se ha ido transmitiendo de generación en generación. Si bien nadie sabe explicar exactamente el porqué, algunos sostienen la hipótesis de que los reflejos del sol en la botella llena de agua podrían evitar que los animales se acerquen a ella.
En ese caso toda la eficacia del método dependería de la ubicación, de la orientación e incluso de la hora del día en el lugar determinado. Se puede asegurar, en otro sentido, que hay productos químicos cuyo olor sí está demostrado que ahuyenta a los animales, como es el caso de ciertos compuestos azufrados.
Pero impregnar suelo y paredes con polvo de esos compuestos azufrados no sería correcto, ni está permitido porque puede ser peligroso no solo para los propios animales, sino también para los niños, por su alta toxicidad. En esa misma línea, pero sin toxicidad marcad, existen en el mercado repelentes de origen sintético o natural, fabricados con ese objetivo, de cierta eficacia y eficiencia.
Resumiendo, lo único probado como altamente eficaz son los compuestos azufrados, pero no se puede usar en ningún caso por el peligro que suponen. Deben agregarse los repelentes comerciales especialmente formulados algunos de los cuales son altamente eficaces y eficientes. Los repelentes a la venta en el mercado tienen eficacia, sobre todo en gatos y sobre todo en el caso de algunas marcas que envían a los felinos claramente a otra parte.
Sobre la eficacia de las botellas de agua no hay estudios científicos, siendo la opinión generalizada es que no funcionan para evitar la orina de los perros. Lo lógico y lo ideal es que las personas responsables de los perros sean civilizadas y se encarguen de evitar que sus perros hagan sus necesidades en sitios públicos poco apropiados o difíciles de limpiar después, en caso de que esto suceda.
* El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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