Es habitual y más que normal que nuestro perro no nos haga caso, se ponga nervioso o salte de más, en algunas circunstancias. Todas esas conductas molestas, las más de las veces, pueden ser reorientadas con consejos sencillos de poner en práctica.
Cuando un perro no se porta siempre como debería o sería el deseo que fuera, para lograrlo es necesario saber que existen trucos fáciles a través de los cuales estos comportamientos pueden ser reorientados, y solo se necesita saber llevarlos a cabo correctamente.
Muchas veces los perros se ponen nerviosos con la correa, otras veces no hacen caso cuando se los llama, y en muchos casos se excitan por demás de más cuando viene alguna visita o cuando ven a otros perros.
Todos estos comportamientos pueden mejorarse siguiendo algunos consejos muy útiles que pueden ser puestos en práctica de inmediato.
De base, una alimentación adecuada así como también la correcta estimulación y el ejercicio, son fundamentales para el equilibrio emocional y conductual de los perros.
El primero de los consejos es utilizar el refuerzo positivo, técnica que probablemente hayamos usado alguna vez sin conocerla claramente y sin saberlo.
Los perros son altamente “sobornables” y las recompensas funcionan muy bien como incentivo para la modificación de una conducta indeseada o inadecuada.
Se puede utilizar cualquier golosina apetecible o un alimento preferido como recompensa cuando se comporte adecuadamente. Como premisa fundamental, se lo debe brindar casi inmediatamente de cumplida la acción planteada.
No debe estar separada la recompensa más de 4 segundos (el ideal es un segundo) para que el animal la relacione con el cumplimiento de la orden.
Si superamos los 10 segundos de separación del cumplimiento de la orden al suministrar el premio, la relación será nula y la recompensa no reforzará la conducta propuesta.
Si el perro salta cuando llegan extraños o visitas lo ideal es ignorarlo sin mirarlo y hasta ponerle la correa en muchos casos. Este es un comportamiento habitual, ya que se pone feliz en exceso cuando se entusiasma al llegar alguien a la casa y le salta.
Para controlar este comportamiento, un buen método es mirar hacia otro lado, no fijar la vista en él e ignorarlo, continuando nuestra rutina habitual sin su participación.
También se le puede colocar la correa y contenerlo en estos casos, tratando de plantearle que debe estar calmado cuando venga gente a casa. Si para de saltar es importante premiarlo, no solo con algo rico sino con caricias y un tono amable de vinculación.
Los juegos, los paseos y el contacto físico diarios son imprescindibles para su bienestar y buena conducta, garantizando el equilibrio emocional del perro.
La correcta sociabilización es fundamental para una conducta adecuada del perro. Es por ello que nuestro perro debe jugar con otros perros en la plaza o el parque, para que se sienta libre de relacionarse.
La mejor manera de conocer a nuestro perro y de reconocer sus necesidades es prestando atención a sus expresiones y a cómo se comporta en determinadas situaciones. Conocerlo y entenderlo es fundamental para reorientar su comportamiento, si fuera necesario.
Para ello son requisitos fundamentales la paciencia y la persistencia ya que todo proceso lleva su tiempo y no se consigue cambiar el comportamiento de un perro ni mágica ni rápidamente.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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