Ante la prescripción de un colirio por parte de nuestro veterinario de confianza, lo primero es asegurarse que los ojos están bien limpios. La presencia de costras, legañas o secreciones en el borde palpebral o en la superficie del ojo, amerita una limpieza antes de medicar, usando toallitas oculares o gasas con un líquido de limpieza ocular o simplemente con agua tibia limpia.
Cuando los ojos estén bien limpios, podemos empezar a medicar. Se debe evitar siempre que el extremo del frasco toque la superficie del ojo, teniendo especial cuidado de que no toque tampoco los pelos que lo rodean.
En el saco lagrimal, cabe una gota o dos, si se pone demás drenarán por el conducto lagrimal o sobresaldrán por encima del párpado quedando en la superficie ocular solo la cantidad necesaria.
Si la prescripción ha sido de dos tipos de gotas distintas, habrá que esperar 5 o 10 minutos entre ambas para evitar que el segundo producto expulse o diluya al primero.
Reforzar con una recompensa adecuada, con una gran muestra de alegría, o incentivarlo con el tono de voz complaciente facilitará todo.
Muchas veces, según el temperamento de los perros, es necesaria una buena contención o sujeción. Si pudiéramos recurrir a otra persona, una puede sujetarle el morro con la cara hacia arriba, y la otra abrir ligeramente los párpados, siempre con las manos bien limpias, procediendo a colocarle las gotas en la superficie de la córnea.
Es conveniente acercarse despacio y con cariño al ojo separando con el índice y el pulgar suavemente ambos párpados, dejando tan solo una pequeña apertura entre ambos, donde deberá caer la gota. Es conveniente aproximar el frasco desde atrás.
En el caso de que se trate de una sola persona para medicar, es conveniente sentarse a la altura del perro, y ponerlo entre las piernas mirando en la misma dirección. De esa forma, levantando el morro hacia atrás, los ojos quedarán expuestos hacia arriba, y tan solo habrá que dejar caer una gota en el espacio entre los párpados.
La utilización de un bozal, si bien puede ser un recurso extremo, debe considerarse una herramienta que colaborará para cumplir el objetivo, en algunas circunstancias.
En general con uso del bozal se logra la calma permitiendo sujetarle el morro aplicándole mejor las gotas al poder controlar la posición de la cabeza.
Para aplicar una pomada, gel o crema en lugar de un colirio líquido, se usa la misma estrategia, solo que la pomada al ser más espesa tarda un poco más en caer, por lo que se debe tener la gota de pomada preparada antes de acercar el tubo.
Es muy útil hacer un masaje palpebral después ya que ayuda a que la pomada se distribuya y actúe correctamente.
Resumiendo:
- Tratar siempre a nuestro animal con los medicamentos indicados por prescripción veterinaria evitando la automedicación.
- Limpiar el ojo antes de aplicar el colirio o la crema o pomada.
- Sujetar adecuadamente al animal.
- Esperar siempre 5 a 10 minutos entre dos colirios o pomadas.
- En el caso de tener dos medicaciones diferentes (colirio y gel o crema) comenzar con los colirios, y dejar las pomadas para el final.
- No interrumpir la medicación sin orden médico veterinaria.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Seguir leyendo: