Mito o realidad: ¿los perros realizan sus necesidades fisiológicas apuntando al norte?

Según un estudio, al defecar o atacar, los animales se guían por su percepción del entorno. Cuál es la influencia de los campos magnéticos

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Según un estudio, estos animales se guían por su percepción a la hora de hacer sus necesidades (Getty Images)
Según un estudio, estos animales se guían por su percepción a la hora de hacer sus necesidades (Getty Images)

Los animales de compañía, como todos, necesitan su tiempo a la hora de realizar sus necesidades fisiológicas básicas. Una de ellas es la de defecar, para la cual existe una teoría muy llamativa sobre cuál sería su posición, la que siempre estaría orientada hacia el norte.

Para este tipo de acciones, los animales se toman todo su tiempo calculando el lugar, la dirección y algunos otros factores, muchos de los cuales suelen escapar al pensamiento del ser humano para este tipo de casos.

Al no tener incorporada una brújula, para realizar estos actos, pareciera que el mejor amigo del hombre tiene la virtud de saber y busca orientarse de acuerdo con el campo magnético terrestre.

El mejor amigo del hombre tiene la virtud de saber orientarse de acuerdo con el campo magnético terrestre (REUTERS)
El mejor amigo del hombre tiene la virtud de saber orientarse de acuerdo con el campo magnético terrestre (REUTERS)

Habiendo hecho esta observación, un grupo de científicos se aventuró a intentar conocer el por qué de este fenómeno. Además, la investigación trajo a colación otros casos parecidos de otras especies, en muchas circunstancias vitales.

De esa forma se dan casos similares con las aves y las tortugas, que utilizan ese supuesto “sexto sentido magnético” para orientarse en sus migraciones. Los zorros, por otra parte, lo tienen incorporado para calcular el salto hacia el lugar donde se encuentra una futura presa.

Lo que se pudo observar es que se encuentra una coincidencia con los perros y los zorros con respecto a la toma de referencia hacia el punto cardinal norte. Esto fue identificado tras observar que sus movimientos de ataque se orientan casi siempre en esa dirección, sin importar la hora del día, nubosidad u otros factores climáticos.

El zorro rojo (Vulpes vulpes) y el perro (Canis familiaris) son canes que se separaron evolutivamente hace unos 10 millones de años
El zorro rojo (Vulpes vulpes) y el perro (Canis familiaris) son canes que se separaron evolutivamente hace unos 10 millones de años

En estos animales, el secreto para conocer la dirección magnética radica en una “molécula sensible a la luz”, ubicada en los ojos, que les otorgaría este sexto sentido.

Esta capacidad de basarse en la luz es posible gracias a la existencia de los criptocromos, una clase de fotorreceptores de luz azul, que juegan, a su vez, un papel importante en la regulación de los ritmos circadianos, es decir en las variaciones biológicas durante el día.

Estos fotorreceptores están incluidos en el ojo del perro mientras que otras especies, cuyos conos no los contienen, como los ratones y los murciélagos, también pueden reaccionar al campo magnético por otros mecanismos diferentes.

Es más, otro estudio científico permitió dilucidar los mecanismos por los cuales los perros son capaces de orientarse para regresar a casa, a través de enormes distancias. Según detectaron, esto se relaciona también con el campo magnético de la Tierra.

Además de los campos magnéticos, los perros usan su sentido del olfato y su memoria visual para volver a su hogar tras recorrer grandes distancias
Además de los campos magnéticos, los perros usan su sentido del olfato y su memoria visual para volver a su hogar tras recorrer grandes distancias

Para ellos sería como una brújula para encontrar el camino a casa. Además, los perros tienen una extraña e importante habilidad para encontrar el camino a casa usando su increíblemente desarrollado sentido del olfato y hasta su memoria visual del paisaje.

De todos modos, el campo magnético proporciona un marco general de referencia, imprescindible a la hora de emprender largas travesías y posiblemente, éste sea el componente más importante que no tuvimos en cuenta en nuestro panorama actual sobre el comportamiento y la cognición de los mamíferos.

Para corroborar este aspecto, los científicos utilizaron aparatos GPS para estudiar cómo los perros se desplazaron a lo largo de travesías. En la experiencia se utilizaron perros de caza como los terrier y los dachshunds (salchichas), entrenados para encontrar presas en bosques muy tupidos y de difícil acceso, y luego hallar el camino de regreso al punto de partida.

Esta capacidad de basarse en la luz es posible gracias a la existencia de los criptocromos, una clase de fotorreceptores de luz azul
Esta capacidad de basarse en la luz es posible gracias a la existencia de los criptocromos, una clase de fotorreceptores de luz azul

Casi todos los perros volvieron sobre sus pasos hasta su punto de liberación guiados por su propio olor y complementados por la imagen visual del paisaje. Lo llamativo fue que un tercio de los perros tomaron por una ruta diferente en el camino de retorno a casa.

La mayoría de los perros comenzaron corriendo por alrededor de veinte metros a lo largo de un eje norte-sur de la Tierra, incluso cuando la dirección de su destino no se alineaba con esa orientación. Esta corrida a modo de brújula les permitió averiguar cómo están ubicados con relación con esos puntos, demostrando una impronta genética que era desconocida.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.

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