Son muchos los posicionamientos corporales que pueden indicar diferentes situaciones en un gato. La posición de las orejas, el movimiento de los ojos, la colocación de la cola o mostrar las uñas o los dientes pueden ofrecer clara información sobre el estado de ánimo de un gato. A través del tiempo, los gatos han sido injustamente tildados de ariscos, traicioneros y egoístas.
Muchos conocen a los gatos como animales fríos en comparación con los amigos caninos. En el caso de estos últimos, sus expresiones emocionales son externalizadas de manera directa y precisa. Pero los gatos comunican mucho más de lo que se cree.
La comprensión de la comunicación felina puede ser una bisagra fundamental para cambiar esta falsa y ligera opinión. Los perros y los gatos tienen distintos rituales de comunicación y entender que son lo mismo conlleva el riesgo de malinterpretar muchas conductas. Los gatos son animales con un complejo y completo repertorio de comunicaciones tanto visual, como auditiva, olfativa y táctil.
La cola de un gato es su marcador nato de expresión, el clásico ejemplo es cuando la mueven de lado a lado de manera enérgica, todos saben que este accionar es señal de enfado y ofuscamiento. Pero existen muchas posiciones más que, comúnmente, pasan desapercibidas y que ayudan a comprender qué quieren comunicar los felinos a través de esta extremidad.
Si el gato se muestra con la espalda arqueada con el pelo erizado, con las patas traseras más elevadas, y con la cola envuelta alrededor de su cuerpo, está advirtiendo de que se siente muy incómodo y con miedo. Con respecto a las expresiones faciales, un gato con miedo posicionará sus orejas pegadas a su cabeza y evitará el contacto visual, mientras que un gato agresivo posicionará las orejas fijando la mirada hacia dónde viene la amenaza.
En ambos casos, las pupilas están dilatadas y puede llegar a mostrar los colmillos y las garras. Por otra parte, un gato que está interesado en algo posicionará las orejas hacía adelante y mostrará una mirada relajada. El contacto visual prolongado suele interpretarse como que el gato no está cómodo o expectante y ocurre muchas veces cuando dos gatos se encuentran.
En esa circunstancia hay una postura tensa, el pelo erecto y un contacto visual constante con parpadeos continuos y cortos. La cola es también un órgano claro de la expresión corporal felina. Si la mueven con movimientos cortos, como si fuera un látigo, están advirtiendo una situación que no les está gustando. La cola metida entre las patas traseras, o enrollada alrededor del cuerpo, traduce que el gato está incómodo o con miedo, mientras que la cola esponjosa se observa con frecuencia cuando un gato está muy asustado o listo para atacar.
Todo ello hace que el animal parezca más grande y más peligroso ante cualquier cosa que lo asuste. Cuando un gato se encuentra a gusto, la cola se mueve de manera suave y lenta, con la punta para abajo. En resumen, los gatos son animales muy expresivos en cuanto a gestos y posiciones de todo su cuerpo por lo que es menester tomarse el tiempo de aprender sus formas de comunicación evitando así problemas de comportamiento o interviniendo a tiempo para remediarlos.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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