Cómo lograr que la llegada de un segundo gato a la casa sea una buena idea

La convivencia entre los felinos puede ser complicada si no llevamos a cabo algunas medidas fundamentales que, por cierto, llevan un tiempo que está destinado a la adaptación. Por qué el sentido del olfato puede ser la clave de una relación armónica

Por naturaleza, los gatos son posesivos con los tutores, por lo que la llegada de un segundo felino puede ser complicada en un principio (Getty)

La llegada de un nuevo gato a nuestra casa puede generar un serio problema de convivencia felina. Se trata de un tema sumamente complejo para resolver. ¿Por qué? Porque si ya hay otro gato en el hogar, es muy importante conocer previamente su tolerancia a otros animales para no apresurarse en la decisión.

En muchos casos, siendo cuidadoso y siguiendo una serie de recomendaciones, puede lograrse que la situación sea amable o por lo menos tolerada y no se torne estresante para tutores y mascotas.

Los gatos son actualmente uno de los animales de compañía más elegidos para convivir, ya que se adaptan fácilmente al ritmo y los horarios del mundo moderno. No obstante, son muy posesivos con sus tutores y, en consecuencia, con la llegada de otro gato. En ese contexto, el equilibrio de las relaciones del grupo puede alterarse seriamente generando una situación violenta y compleja de resolver.

Es por ello que es importante, por lo menos, preparar al gato que ya está en la casa para aceptar a otro gato advenedizo. Los felinos tienen un olfato superior al del ser humano, y es por ello que la presentación debe hacerse siempre priorizando este sentido. En primera instancia, será el olfato el signo que servirá como un canal de conexión entre ambos animales.

Con tiempo y paciencia, la relación entre los gatos puede ser pacífica y armónica (Getty)

Esta dinámica del olfato se puede aprovechar recurriendo a feromonas de apaciguamiento en forma de difusor, ubicado en el ambiente del encuentro. Es importante, para evitar interpretaciones erróneas del gato residente, que el nuevo integrante no llegue en brazos del tutor generando una competencia afectiva indeseable. En cambio, es preferible que lo haga a través de un familiar o de un amigo. El acercamiento debe ser lento y progresivo, vigilando atentamente cualquier acto de agresión.

Se puede intentar que el residente asocie la llegada del nuevo integrante con un acto agradable brindándole un juguete nuevo, un alimento muy sabroso o cualquier elemento que le agrade y lo haga feliz.

Esto servirá para que asocie al recién llegado con un elemento positivo, y puede ser el principio de una sana empatía. Cabe aclarar que durante el primer lapso, los primeros días, al momento de comer y hacer sus necesidades, los gatos deben estar separados.

Recordemos que el numero de bandejas sanitarias debe ser igual al número de animales más una. De esta forma, evitamos la sensación de invasión que pueda sentir el residente por parte del gato recién llegado, complicando la aceptación. Por otra parte, debemos jugar intensamente con ambos distrayendo a nuestro felino para que no ataque al recién llegado. También debemos evitar que la vida y los hábitos de nuestro gato cambien drásticamente debido a la llegada del nuevo gato, generando un factor adicional de inestabilidad.

Los primeros acercamientos deben estar supervisados por el tutor (Getty)

A pesar de haber seguido todas las indicaciones, el tiempo para juntarlos sin preocupación es muy variable, abarcando desde una semana hasta meses según la tolerancia individual para que lleguen a compartir los espacios del casa. Esto puede llegar a suceder tanto para comer como para hacer sus necesidades, llevando finalmente una vida de sana y pacífica convivencia.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.

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